La artista peruana presenta Taxonomía de una conciencia animal, una serie de collages tridimensionales que analizan nuestra relación con la naturaleza y los mecanismos inconscientes de clasificación, en la galería Carlos Caamaño – Proyecto Fotográfico.
Es un impulso recurrente: cuando algo no funciona, Casandra Tola necesita salir de la ciudad. Rodearse del verde y del mar. No hay mística ni activismo en el ritual. Solo la mirada atenta, en busca de otras lógicas. “Cuando estás en la naturaleza, siempre surgen respuestas. Uno puede entender mucho más lo que lo rodea observando las plantas, la luz, los animales y la oscuridad”, dice la artista.
Y esa conexión que, durante años, aparecía sin cálculo en sus obras, ahora ha tomado fuerza. “La idea no es ofrecer un discurso ecológico, pero sí sacar a la luz algunas de nuestras actitudes y generar sensibilidad”, explica.
Taxonomía de una conciencia animal, la exposición que presenta en la galería Carlos Caamaño Proyecto Fotográfico hasta el 27 de julio, analiza esta relación, pero, también, los mecanismos de clasificación que utilizamos a diario, como una manera de entender el mundo. O, al menos, reconocernos en él.
“Es algo que se hace muy evidente en el collage: las imágenes que uno escoge para trabajar no son las mismas que elegiría otro –dice Casandra–. Eso pasa porque están en nuestro inconsciente, son cosas que hemos ido grabando y el ojo reconoce”.
Con esta reflexión como eje, la serie incluye piezas realizadas sobre madera y papel que juegan con los planos –como “Still?”–; otras de estética recargada; pequeños escenarios y propuestas más lúdicas —entre ellas, “Una mañana desperté rodeado de extraños” y “Profundidades movedizas”—, que permiten reubicar a los personajes y crear nuevas composiciones, como si se tratara de pequeños teatrines.
“Esas piezas fueron un reto porque nunca había hecho algo parecido, pero me encantó la posibilidad de jugar con el movimiento. Y creo que abren la oportunidad para jugar incluso con pequeños motorcitos en el futuro”, cuenta.
Los dieciocho collages están acompañados, además, de una pequeña instalación que permite acercarse al proceso creativo de la artista, a través de los materiales utilizados y un conjunto de bocetos. El proyecto se puede visitar de lunes a sábado (de 12:30 a 4 p.m. y de 8:30 a 10 p.m.), en Centenario 105, Barranco (segundo piso de La Cuadra de Salvador).
Y ya promete nuevo capítulo con “Big village, small world”, un collage que sigue la idea de superposición de capas y la creación de una pequeña ciudad, que se presentará próximamente en la quinta edición del Collagistas Festival, en Irlanda.
¿Cuándo? Hasta el 27 de julio. ¿Dónde? Centenario 105, Barranco.