El Festival de cine de Venecia adopta un tono desafiante en un intento de impulsar la industria cinematográfica, mientras los jefes de los principales festivales de cine de Europa se unen en el Lido.
Por Lanre Bakare, desde Venecia
Los directores de siete festivales de cine europeos compartieron el escenario en la inauguración del 77 ° festival de cine de Venecia. ¿Su misión? Ayudar a poner en marcha una industria que, según dijeron, está en peligro de ser usurpada por sitios de streaming como Netflix debido a la pandemia de Covid-19.
El director de Venecia, Alberto Barbera, dijo que los festivales de cine podrían tener un «papel reducido» después de la pandemia, que provocó que todos los festivales importantes cancelaran u ofrecieran un híbrido de proyecciones físicas y en línea.
Barbera vs Netflix
Barbera dijo: “La sensación de ver una película en la pantalla grande con otras personas forma parte de la propia naturaleza de la industria cinematográfica. Tenemos que apoyar a los cines. Muchos todavía están cerrados hoy. Otros nunca volverán a abrir».
El director agregó que la lucha por reabrir los cines y recuperar la forma física de los festivales fue una “batalla por la civilización y por la cultura”. Sus declaraciones fueron respaldadas por una carta firmada por los directores de otros siete festivales de cine. Entre ellos figuraban Thierry Frémaux de Cannes, José Luis Rebordinos (San Sebastián) y Tricia Tuttle (Londres), quienes albergarán festivales físicos a finales de este año.
Barbera dijo que la pandemia de Covid-19 le había dado a las páginas de streaming la ventaja en la batalla por captar a los espectadores. Subrayó que el creciente número de suscriptores de Netflix junto con el cierre permanente de los cines podrían ser fatales a menos que la industria muestre solidaridad.
Un frente unido por el cine
Frémaux, tomando la palabra sobre el escenario del evento que se ha convertido el mayor rival de Cannes en los últimos años, agregó que los festivales pueden darle a la industria un “empujón positivo” y que el cine en general necesita ese apoyo ahora.
También advirtió sobre el predominio de lo que llamó “plataformas de televisión” durante el brote de coronavirus. Explicó que los streamers y los cines y festivales físicos debían encontrar una manera de coexistir. Señaló a la serie Avengers de Marvel como un ejemplo de películas que funcionaron como un éxito de taquilla y como una opción de transmisión popular cuando Disney+ la lanzó el año pasado.
No dar el brazo a torcer
Barbera se mostró desafiante al comienzo del festival, que es el último de su mandato. Para su mala suerte, coincide que el evento se lleva a cabo mientras las infecciones por Covid están aumentando nuevamente en Europa. En los últimos meses ha defendido a capa y espada su decisión de organizar el evento. Todos los demás festivales importantes, sin embargo han sido cancelados o están organizando proyecciones virtuales este año.
El miércoles por la noche, Barbera, junto con otros directores del festival, incluido Carlo Chatrian (Berlín), inauguraron oficialmente el festival. El mensaje fue clarísimo: «este evento es una muestra de solidaridad con la industria cinematográfica».
Cuando se inauguró el festival, se organizaron nueva colas para revisar la temperatura con escáneres colocados en las entradas. Se le niega la entrada a la sala del Lido a cualquier persona con una temperatura superior a 37,5 ° C. Las mascarillas son obligatorias en el evento de este año. Otras medidas de seguridad incluyen proyecciones socialmente distanciadas y un sistema de seguimiento para los asistentes.
Salvar la cultura
Los directores insisten en que los festivales «no son meros escaparates promocionales». Más bien, se están convirtiendo cada vez más en «centros de cultura» y «oportunidades para la iluminación cultural del público y para la educación de la belleza y la riqueza de la experiencia cinematográfica para los jóvenes».
Junto con el lanzamiento de Tenet de Christopher Nolan, que fue la primera película importante que se proyectó desde que las medidas de bloqueo cerraron los cines de todo el mundo, el evento de Venecia se ha convertido ahora en una piedra angular para una industria desesperada por recuperarse.
Como era de esperarse, el encuentro tiene menos estrellas de lo habitual. Los pesos pesados son Cate Blanchett, Tilda Swinton, Matt Dillon y Ludivine Sagnier.
Brittania en la Mostra
El evento de este año tiene un fuerte contingente en el Reino Unido. Los nombres de Hollywood, en su mayor parte, brillan por su ausencia. Venecia parece más cercana al lado intelectual del cine. Tilda Swinton recibió un premio a la trayectoria. Además, protagoniza la película de 30 minutos de Pedro Almodóvar The Human Voice, mientras que la directora de The Souvenir, Joanna Hogg, forma parte del jurado del León de Oro.
El documentalista Luke Holland tiene una proyección póstuma de Final Account, su película sobre el ascenso del Tercer Reich, mientras que la estrella de The Crown Vanessa Kirby tiene dos películas en el festival: Pieces of a Woman de Kornél Mundruczó y The World to Come de Mona Fastvold. El actor británico Kingsley Ben-Adir interpreta a Malcolm X en el debut como directora de Regina King One Night in Miami. El filme es una adaptación de la obra de Kemp Powers que estuvo en el Donmar Warehouse en 2016. Es un relato ficticio de la noche en que Cassius Clay (que entonces estaba a punto de cambiar su nombre de Muhammad Ali) venció a Sonny Liston mientras estaba rodeado de amigos como Malcolm X, Sam Cooke y Jim Brown.
El festival de cine de Venecia comenzó el miércoles y continúa hasta el 12 de septiembre.