La segunda temporada de “Fargo”, serie de antología creada por Noah Hawley y producida por los hermanos Coen –directores de la película de culto homónima de 1996– terminó hace apenas unas semanas y sólo ha cosechado buenas críticas y nominaciones. El estilo narrativo, montaje y dirección de arte son el plato fuerte de esta serie ambientada a fines de los años 70 que, al mismo estilo Coen, mezcla crimen y humor negro.
Mujeres al poder
Uno de los puntos más importantes a resaltar, es el ferviente empoderamiento de los personajes femeninos en la trama. El detonante de la serie es causado por Peggy Blumquist, una distraída y neurótica peluquera de pueblo que atropella a Rye Gerhardt, un joven que previamente había asesinado a tres personas dentro de un establecimiento de comida rápida.
Rye, el hijo menor de una familia dedicada al crimen organizado, llega ‘Waffle Hut’ con el fin de extorsionar a una jueza, autoridad de la que depende el joven para que sus fondos económicos sean liberados. Luego de enfrentarse a ella y dispararle en la cabeza, acaba con un cocinero y una mesera que presenciaron el incidente. Sin embargo, al salir del local para terminar con su última víctima, Rye se distrae con unas luces brillantes en el cielo y termina siendo embestido por Peggy, quien en un primer momento piensa que está muerto y carga con él hasta su casa.
El papel de Peggy es fundamental en toda la trama, pues es debido a ella que empieza la ola de violencia en la apacible Minnesota donde vive junto a Ed, su esposo. Pero Peggy no es sólo una mujer de apariencia subyugada: es la única capaz de conceder a Ed el valor necesario para mejorar su situación económica, superarse en la vida, y sobre todo, enfrentarse a la carnicería que se inicia tras la muerte de Rye. Kirsten Dunst es la actriz que interpreta a esta heroína (y antiheroína) de la serie, un papel magistral –quizás uno de los mejores de su carrera– en la que su neurosis y aparente delicado estado mental hará todo lo posible para salvar a su familia a través de la manipulación inteligente a Ed.
Por el lado de los Gerhardt, tras la muerte sorpresa del patriarca de la familia, es Floyd Gerhardt, la madre del clan, quien toma las riendas del negocio criminal y busca vengar la muerte de Rye, el menor de sus hijos. Dodd, el primogénito, no acepta que su anciana madre sea quien tome las decisiones importantes o se entrometa en la crianza de Simone, su rebelde y adolescente hija que busca vivir su feminidad a su manera. No obstante, a lo largo de la serie, será Floyd quien realmente esté al mando. En una época en donde las familias criminales siempre son lideradas por un hombre, sea el padre o el hijo mayor, Floyd siempre tiene una actitud desafiante y decidida frente a cualquier situación, ya sea para manejar a sus sicarios o para tratar de apaciguar una guerra que tiene pendiente con otros bandidos.
Otro personaje destacable es el de Betsy Solverson, esposa de un policía local e hija del sheriff de la ciudad que interpreta a una mujer polifacética enferma de cáncer. En su papel de esposa, madre e hija, Solverson será la pieza clave para que su esposo y su padre puedan resolver el asesinato de Rye Gerhardt. A diferencia de Peggy, el personaje de Betsy resulta ser el de una mujer racional que no sólo deberá enfrentarse a una dura quimioterapia y a medicinas sin efecto alguno, sino también a un conflicto interno en el que tanto su hija como su esposo deberán seguir sus vidas una vez ella no esté.
Objeto volador identificado
El hecho más criticable dentro de esta segunda temporada es, posiblemente, la incorporación de platillos voladores; pero Noah Hawley, el creador y guionista, también tiene una respuesta para eso. La temporada inicia como su predecesora, con unos créditos que apelan a la frase “Esta historia está basada en hechos reales”, y todo indica que Hawley se tomó este texto en serio.
Una de las historias más famosas sobre “encuentros con el más allá”, tuvo lugar justamente a fines de los años 70 en Minnesota. Val Johnson, un sheriff de la localidad, dijo haber visto una fuerte luz que lo dejó inconsciente durante 39 minutos, y que durante ese tiempo, su reloj y su carro se retrasaron 14 minutos. Lo que pasó antes, no lo recordaba, pero según contó, despertó con moretones y una fuerte irritación ocular.
Hawley quiso añadir esta anécdota de Johnson en el guón por la licencia que le dan los créditos iniciales de la serie, el hecho de poder jugar con lo que es real y lo que no lo es y de explorar quizá, algún tipo de realismo mágico dentro de la narrativa de la serie. Para los incrédulos, lo más probable es que este “encuentro” no sea más que una artimaña de la prensa local de la época para levantar una noticia en donde no la hay y engrandecer un hecho tan inverosímil como un encuentro con extraterrestres, pero lo cierto es que sea real o no, en el universo ficcional de Fargo todo está permitido.
Fargo no es una adaptación de la película con la que comparte nombre, es más bien un justo homenaje al film de culto de hoy. El humor negro, el ambiente de violencia y la puesta en escena invernal son detalles siempre presentes durante la serie. Sí, tampoco está basada en hechos reales como siempre nos hacen creer los Coen, pero merece la pena empezar a seguirla.