Pasó en un instante. La cita era a las diez en el restaurante Tragaluz. Celebramos la edición número 20 del Festival de Lima, y Cosas invitaba a un cóctel que en un parpadeo se transformó en fiesta.
Todo empezó con Jorge Vignati, el legendario camarógrafo y documentalista que trabajó junto a Werner Herzog en películas como «Aguirre, la ira de Dios» y «Fitzcarraldo», atravesando la puerta. Junto a él, el escritor Guillermo Niño de Guzmán y Laura Alzubide, editora de Casas, pedían las primeras copas. Sobre el bar se proyectaban los trailers de la selección oficial. El aire vibraba con cine, y los protagonistas se abrazaban como si no hubiesen pasado una semana viéndose en persona o en pantalla. Un parpadeo y nos tocó ser sardinas entre la mejor compañía. Katerina D’Onofrio perdió su copa y de camino al bar nos dijo que no nos perdiéramos «La Última Tarde«, cinta de Joel Calero que se estrenó en el Festival. Lucho Cáceres, su pareja en la ficción, nos contó que solo brinda con whiskey y que pocas veces lo hace con tantas ganas como al ver a su ciudad celebrando el lujo que es acoger un festival dedicado al Sétimo Arte. ¿Con quién le gustaría brindar esta noche? “Con Dumbo, para conversar de que todo es posible, hasta la titánica tarea de empujar la industria del cine nacional”.
Con la sala en plena efervescencia, se repartieron las pulseras. El anunciado cóctel tenía una segunda parte que gritaba fiesta. Los invitados pasaron a una sala que los esperaba con música y una segunda barra. Fue en la escalera que nos encontramos a Bruno Pinasco rodeado de amigos. “Por primera vez fui parte de una película”, nos contó sobre darle voz a Norman, cuy protagonista de «La vida secreta de tus mascotas». “Es una experiencia increíble, así que si quieres saber qué película me emociona en este momento, es definitivamente esa”, nos dijo feliz.
La fiesta subía en volumen y risas. Mónica Sánchez y Jason Day bailaban, hasta que ambos voltearon a abrazar a Joanna Lombardi. “Lo mejor del festival es que ha podido ser un evento pequeño, tal vez cerrado, pero ha crecido hacia el lado contrario: la total apertura”, comentó Jason. “El festival junta ‘perro, pericote y gato’, como dice el dicho. Todos los que estamos involucrados de alguna manera en la industria del arte y del entretenimiento tenemos la posibilidad de vernos y saber en qué estamos”, completó Bruno Pinasco.
Mónica celebró el placer de ver a los amigos, sus trabajos cinematográficos y de compartir con el público funciones tras funciones de ese “otro” cine. “Quiero agradecer a COSAS. Han estado con nosotros desde el principio, y si crecemos es porque existen medios y gente que cree en el sueño del cine y del arte”, expresó.
Pláticas de cine y reencuentros entre amigos se transformaron en puro baile. En la pista vimos a Andrea Luna y Pietro Sibille, así como a Mayella Lloclla, quien posó para nosotros, mientras Nidia Bermejo reía con Maricielo Effio. Con un espectacular vestido blanco, estaba Ebelin Ortiz. “El festival nos une. Además, nos ayuda a abrirnos hacia el público”, nos dijo con una sonrisa. En el lado más alborotado de la sala estaba Pancho Casas bailando como si no hubiera mañana al centro de sus amigos.
El cóctel terminó con grupos planeando el continuar de la noche y de toda esta semana. Lima es una fiesta y el cine es protagonista. “Es un placer para nosotros celebrar el festival”, declaró Elizabeth Dulanto, directora de revistas COSAS y orgullosa anfitriona. “Son veinte años de esfuerzo y trabajo. Perú necesita más espacios de crecimiento cultural y personas como las que están detrás del Festival. En COSAS estamos felices y orgullosos de celebrar su esfuerzo”, indicó.
Por Alejandra Nieto