Con la llegada del feriado largo por Semana Santa, muchos eligen escapar de la rutina diaria y preparan su auto para tomar la carretera en busca de disfrutar de las bellezas de nuestro país. Presentamos cinco destinos que se perfilan como grandes opciones para conectar con la naturaleza y disfrutar de la magia de tomar el volante y emprender marcha hacia nuevas aventuras.

Por Walter Chunga

Para los amantes de la conexión con la naturaleza

Viñac

A seis horas de Lima en auto, en un recorrido de 276 kilómetros, se encuentra el distrito de Viñac, destino ideal para reencontrarse con la naturaleza. Sus montañas pintadas de verde y su cielo azul son una excelente alternativa para realizar actividades al aire libre a más de 3000 m.s.n.m.

Para llegar a Viñac, primero se debe seguir la Carretera Panamericana Sur pasando por Cañete y Lunahuaná. Después, tomar el desvío de San Jerónimo, pequeño pueblo habitado principalmente por agricultores y ganaderos. Es importante tener en cuenta que este camino está lleno de senderos estrechos, y se estima que tomará aproximadamente tres horas llegar al destino final. Una vez allí, se aprecian las casas de adobe y tierras de cultivo, todo ello situado bajo las majestuosas montañas de Viñaccancha y Callequeñua.

En Viñac, uno se siente alejado totalmente de la abrumadora rutina, y es ideal para disfrutar en familia o en grupo de amigos. Los paseos a caballo son perfectos para recorrer la zona, así como optar por paseos en bicicleta. Se recomiendan las fogatas nocturnas, que permiten a los visitantes conectar de una mejor forma con el paisaje que los rodea. Para personas con el espíritu aventurero, existen rutas para hacer trekking.

Reserva Nacional de Lachay

Al norte de Lima, y a tan solo dos horas de la capital, en un recorrido de 105 kilómetros encontramos la Reserva Nacional de Lachay, en la provincia de Huaura. Un punto verde cerca de la ciudad que es ideal para realizar caminatas al aire libre rodeados de naturaleza, para ver de cerca a las diversas especies de animales y plantas que son el alma del lugar.

La principal actividad en la reserva es la observación de aves y las caminatas. Cabe señalar que el recorrido está señalizado, y no debería durar más de dos horas. Además, la reserva ofrece la posibilidad de pernoctar en sus instalaciones y de pasar un día agradable, ya que presenta la infraestructura para albergar a los visitantes (mesas, parrillas, servicios higiénicos, centro de interpretación y parqueo para automóviles).

En la Reserva Nacional de Lachay no solo se encuentra la deseada conexión con la naturaleza, sino que también se pueden ver los restos arqueológicos encontrados en el área, entre los cuales destacan los petroglifos o pinturas ideográficas precolombinas, ubicadas principalmente en el sector norte de la reserva. Se cree que en Lachay existen más de cuarenta de estas pinturas. En algunas quebradas de la reserva se encontraron terrazas o andenes de piedra que posiblemente sirvieron para el desarrollo de la agricultura de los pueblos allí asentados.

Existen dos tipos de climas diferenciados: la estación húmeda, que va de junio a octubre, y la estación seca, que comienza en el mes de enero y sigue hasta mayo.

Para los amantes de la aventura

Palacala

En la sierra limeña, en las afueras de San Jerónimo de Surco, en la provincia de Huarochirí, se encuentra Palacala o la cascada de Palacala. Toma alrededor de tres horas llegar en auto. Una referencia importante es que se ubica a la altura del kilómetro 67 de la Carretera Central. En el trayecto, se disfruta de grandes paisajes compuestos por elevadas montañas y diversos riachuelos.

La ruta en automóvil es hasta el pueblo de Matala, punto desde donde se inicia el recorrido a través de una ruta perfecta para trekking. Este camino cuenta con un desnivel de ochocientos metros y nueve kilómetros de distancia.

Al llegar a Palacala, se observa un conjunto de caídas de agua, con una altura aproximada de doce metros, que dejan impresionadas a todas las personas que deciden visitarlas.

El lugar experimenta un clima seco con precipitaciones durante el invierno (de diciembre a marzo), mientras que en verano (de mayo a noviembre) es templado y cálido. La temperatura promedio anual oscila entre los 10 °C como mínimo y los 28 °C como máximo. En las afueras de San Jerónimo de Surco, es posible contratar servicio de guiado y alquiler de caballos, lo cual facilita la experiencia para aquellos que no opten por el trekking.

Huancaya

Al sureste de la capital, en la provincia de Yauyos, encontramos un paraíso natural bendecido con hermosas cascadas que parecen de postal, así como grandes montañas y lagunas formadas por las cristalinas aguas del río Cañete. Para llegar a Huancaya desde Lima, tienes que recorrer 324 kilómetros, aproximadamente ocho horas de viaje en auto.

Esta es la temporada perfecta para visitar este paraíso terrenal, pues los pobladores comentan que los meses ideales para disfrutar de su máximo esplendor son de diciembre a marzo. Durante este tiempo, gracias a la época de lluvias, las cascadas y ríos discurren con majestuosidad, haciendo que la vista sea espectacular.

Además de ser un lugar de encuentro con la naturaleza, es también propicio para realizar trekking, por sus senderos naturales. Los atractivos turísticos más destacados de la zona son la Cascada de la Catarata de Huaytapallana, la Cascada de los 7 velos, la Laguna de Paca y la Laguna de Huayhuash.

Además del trekking, muchas de las lagunas ofrecen actividades como el kayak.

Para los amantes de los recorridos largos con parada

Balneario de Zorritos

Si lo que buscas es alejarte lo más posible de la ciudad y disfrutar por más de dieciocho horas la aventura de manejar en carretera para llegar a una paradisiaca playa en el norte del país, el balneario de Zorritos es una excelente opción. Ubicado en Tumbes, a 1230 kilómetros de la ciudad de Lima, esta playa de arena fina y oleaje pausado es ideal para practicar deportes náuticos, pescar o simplemente tomar sol.

El balneario posee un mar libre de rocas y piedras . En ciertas zonas se pueden practicar deportes como el buceo y el surf. Además, puedes observar uno de los atardeceres más románticos del norte peruano desde balcones o terrazas que son parte de la propuesta hotelera de la zona. Cabe resaltar que en Zorritos la influencia de la corriente marina ecuatorial impide que las aguas se enfríen, lo que resulta en una atmósfera más tropical en comparación con las playas del sur. La localidad cuenta con un extenso malecón, y su playa es hermosa, de estilo sencillo y apacible.

La oferta gastronómica marina en la zona es el complemento perfecto para cerrar una visita al tranquilo balneario
de Zorritos, en la norteña ciudad de Tumbes.

Ayacucho

Llegar a la ciudad de las treinta y tres iglesias en auto es una experiencia que todos deberíamos vivir una vez en la vida. Poco más de nueve horas y un paisaje de ensueño a lo largo del camino nos separan de Ayacucho, el destino ideal para explorar en Semana Santa.

De Lima se debe manejar hasta San Clemente, antes del cruce de Pisco, y una vez ahí, se hará un giro para dejar la costa y explorar los Andes por la llamada ruta Los Libertadores. El tramo más alto de este viaje, que alcanza los 4220 m.s.n.m., es Abra Taqra, donde la carretera se combina con el ichu que la rodea.

Las actividades en Ayacucho durante Semana Santa son diversas, pero si lo que deseas es adentrarte en destinos más allá del clásico city tour, puedes optar por alguno de estos atractivos: Aguas Turquesas de Millpu, Aguas Termales de Collpa, Bosque de Piedras de Huaraca, Cascadas de Campanayoc, en Sarhua, Volcán Pachapupum y Valle del Sondondo.

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