«Necesito comunicarme con estos objetos/símbolos, no para desmenuzar su significado y llegar a una respuesta racional y concreta, si no para poder aliarme a su poesía, voy gestando algo que no puedo todavía definir.» Maria Yzaga, la joven y talentosa artista peruana, conversó con COSAS.
Por Sebastián Arrieta Fotos Javicho Rivero
El próximo miércoles 19 de junio, se inaugurará la exposición «Casa Preludio» de las artistas Maria Yzaga y Fabiola Gonzáles en la galería L’Imaginerie de la Alianza Francesa de Miraflores. La exposición destacará por su composición dual en la que convergen distintas estrategias creativas que remiten a la cotidianeidad. La ocasión es propicia para saber más de una talentosa y joven artista peruana: Maria Yzaga, cuya obra ha conocido el éxito en distintas galerías de Nueva York y Ámsterdam. COSAS converso con Maria sobre su filosofía del arte, el proceso de creación y sus experiencias personales como artista.
Maria, a raíz de tu estadía en Nueva York y Ámsterdam, podrías decirnos ¿de qué manera pasar por distintos ambientes culturales influyó en tu trabajo artístico?
Residí en Amsterdam porque me fui a estudiar, me atrajo la pedagogía de Gerrit Rietveld Academie. Amsterdam influyó en mi capacidad para pensar en soluciones creativas. Aprendí a resolver aspectos curatoriales de la presentación de mi trabajo. También influyó la manera en la que me relacionaba con el espacio. Holanda es un país chico dónde es fácil desplazarse, eso me dio mucha sensación de libertad.Pasé la mayoría del tiempo en los bosques y parques de la ciudad y fue fácil viajar por el país para conocer otras instituciones. Otro factor determinante en mi experiencia fue que la mayoría de estudiantes éramos expatriados entonces era una comunidad que se cuidaba dentro y fuera del espacio educativo.
Nueva York me dio mucha autoestima, es una ciudad con muchas posibilidades. Consumí mucho arte: plástico, música, baile, ópera, etc. Ver a otros consumirlo también me hacía muy feliz, se siente bien ver que hay un público interesado muy grande y que genera tráfico. Es vibrante y empoderador. Volvió mi mente más versátil. Más allá de los ambientes culturales, los retos de estar en movimiento y las relaciones interpersonales que voy construyendo se vuelven determinantes para mi desarrollo personal y eso chorrea en mi trabajo y visión.
¿A quiénes consideras tus principales referentes artísticos? ¿Cómo crees que influyeron en tu desarrollo artístico?
Valerie Mannaerts, Galatée Martin y Toba Khedoori son artistas cuya obra informa mi pintura actual. Matilde Denize es otra artista importante para mí. Conocí a su hermana en la universidad en Amsterdam y mi trabajo le recordó al suyo, me pareció un gran halago, me gusto sentir que podríamos ser del mismo linaje artístico. Desde ese entonces la empecé a seguir, hoy en día me recuerda a no abandonar mis exploraciones fuera del lienzo, del híbrido entre cuerpo, pintura y performance.
En el mismo ánimo creativo, también Louise Bourgeois, Franz Earhad Walther y Priscila Fernandez tuvieron un rol importante. La obra de Fernandez también es refrescante en términos de actitud, me ayuda a conectar con el hacer como proceso lúdico y divertido. Actualmente observo mucho el arte renacentista, la estética de los frescos en decadencia y los arcos en la arquitectura islámica. Mis referentes van cambiando conforme mi trabajo va evolucionando.
En tus obras la disposición de los objetos, la perspectiva desde la cual se los ve y la combinación de estructuras y colores desempeñan un rol crucial, tanto a primera vista como cuando uno se detiene a contemplarlas ¿Cómo trabajas estos aspectos a la hora de crear?
Siempre considero el cuerpo. Es un tema central en mi trabajo. Me siento muy sensorial y encuentro muchas respuestas prestando atención a este lenguaje. Estudié un año de joyería contemporánea en Ámsterdam, de ahí ese cuidado por los detalles y disposiciones de los objetos y la relación con el cuerpo. Yo trabajo a manera de collage porque trabajo juntando partecitas, dándoles sentido sobre la marcha. Estas partecitas pueden ser escritos, lecturas, imágenes, movimientos, objetos encontrados, objetos hechos, etc. Es un lenguaje en sí. Necesito comunicarme con estos objetos/símbolos, no para desmenuzar su significado y llegar a una respuesta racional y concreta, sino para poder aliarme a su poesía. Estoy gestando algo que no puedo todavía definir. Me gusta que el espectador tenga que ir develando significados y formas.
¿Qué desafíos tiene el trabajar con objetos cotidianos como hojas de papel, velas, vasos de agua, maderas, camisetas, etc.? ¿Consideras que los objetos tienen algo que decirnos?
Los objetos guardan secretos, son muy elocuentes, son el reflejo de sus usuarios. Me parece entretenida la capacidad que tenemos para animar el mundo material, es mágico. Muchos de los objetos que escojo tienden a cambiar de forma con el tiempo o al menos tienen el potencial de hacerlo. Esto es adrede. El papel es un material muy honesto. Es como la piel. Muchas veces no sufro el desafío de la conservación porque quiero que envejezca, que respiren o que el público los active. El desafío para mí está en hacer objetos funcionales.
¿Te resulta más sencillo pintar un lienzo o la disposición espacial de los objetos al momento de crear un conjunto artístico?
Pintar me parece muy difícil. Es un músculo, demanda una energía muy particular y un arraigo al momento presente. He desarrollado una manera de construir imágenes a partir de sombras, las propias o las de modelos. Es una exploración muy íntima porque busco retratar una sensación a través del movimiento de los cuerpos. La disposición de objetos al crear es un momento muy divertido, lo siento muy natural, como un juego.
¿Qué tan determinante es realizar una muestra en distintos lugares? A propósito de la exposición conjunta con Fabiola Gonzáles en la Alianza Francesa de Miraflores ¿Sientes que la ciudad determina una especial sensibilidad en ti o en tu público?
En el marco de Casa Preludio, la muestra se ha creado de manera desterritorial, ha habido mucho desplazamiento por parte de las integrantes del proyecto. Por mi lado, la producción de obras fue en Nueva York, en su mayoría. Lo más determinante en el proyecto ha sido la comunicación con Fabiola y la curadora Marialejandra Maza, además del intercambio tanto en la dimensión profesional como personal.
¿Cómo te ves a ti misma ante el panorama artístico contemporáneo? ¿Te sientes más cercana o lejana a alguna tendencia en particular?
Me siento cercana a la búsqueda de un lenguaje sublime que designe lo corpóreo y lo lúdico. Supongo que me siento cercana a los que crean de manera similar. Estoy trabajando y conectando con artistas de mi generación en Perú y en otras partes del mundo, con quienes comparto esa cercanía y puedo tener conexiones significativas. Compartir el trabajo es muy íntimo, estás compartiendo tu emocionalidad.
¿Qué proyectos tienes en mente? ¿Planeas estar una temporada larga en Lima?
Luego de “Casa Preludio”, trabajaré en nuevos proyectos en Madrid. Para estos quisiera poder presentar la parte performática de mi trabajo. Por ahora, no planeo una temporada larga en Lima, pero sí una provechosa.
Suscríbase ahora para obtener 12 ediciones de Cosas y Casas por solo 185 soles. Además de envío a domicilio gratuito y acceso instantáneo gratuito a las ediciones digitales