Un reciente descubrimiento arqueológico en la costa noroeste del Perú sugiere que una mujer pudo haber gobernado la civilización moche hace más de 1.300 años
Por: Redacción COSAS
En el sitio arqueológico de Pañamarca, los investigadores desenterraron un salón del trono que incluye un trono de piedra desgastada y murales intrincados que retratan a una poderosa figura femenina con corona, recibiendo a visitantes. La figura está asociada a una luna creciente y criaturas marinas, lo que añade un matiz mitológico al hallazgo. Jessica Ortiz Zevallos, directora de investigación del proyecto, afirma que este descubrimiento podría indicar que «posiblemente una gobernante» vivió en el lugar.
Ortiz Zevallos subraya que «nunca antes se había visto un salón del trono para una reina en Pañamarca, ni en ningún otro lugar del antiguo Perú». Este hallazgo no solo destaca la singularidad del sitio, sino que también plantea nuevas preguntas sobre la estructura social de los antiguos moche.
Pañamarca representa el centro más sureño de la civilización moche, que prosperó en los valles costeros del norte de Perú entre los años 350 y 850 d.C. La reciente excavación en este sitio se suma a los hallazgos previos, como el de la Dama de Cao, quien gobernó la región hace aproximadamente 1.700 años. La reconstrucción de su rostro en 2017, mediante impresión 3D, basada en el cráneo de una antigua momia hallada en el valle de Chicama, destaca la importancia del papel de las mujeres en esta cultura.
Los nuevos descubrimientos en Pañamarca incluyen no solo el mural de la presunta reina, sino también cabello humano y vestimenta en el trono de piedra. Esto sugiere que las mujeres ocupaban posiciones de autoridad en la sociedad moche, desafiando la percepción tradicional de un orden patriarcal.
Nuevas visiones sobre el rol de género
Lisa Trever, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Columbia, comentó sobre la relevancia del hallazgo: «Pañamarca no deja de sorprendernos. No solo por la inagotable creatividad de sus pintores, sino también porque sus obras están cambiando nuestras ideas sobre los roles de género en el antiguo mundo moche». Esta declaración resalta la necesidad de revisar la historia de la cultura moche a la luz de estos nuevos hallazgos.
La sala donde se realizó el descubrimiento es famosa por sus coloridos murales, que ofrecen una ventana a la ideología y el arte de la civilización moche. En la denominada Sala de las Serpientes Trenzadas, se observa un mural con una figura cuyas piernas están entrelazadas con serpientes. Otros murales del salón representan guerreros y escenas mitológicas, lo que sugiere una rica narrativa visual.
José Ochatoma, arqueólogo involucrado en la investigación, trazó un paralelismo audaz entre la sala prehispánica de Pañamarca y la Capilla Sixtina del Vaticano. «Todo está pintado y finamente decorado con escenas y personajes mitológicos», explicó Ochatoma a la agencia de noticias Reuters. Además, destacó que «se pueden observar escenas de la ideología moche», lo que ofrece nuevos conocimientos sobre la cultura antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Este hallazgo es significativo no solo por su contenido, sino también por lo que representa en términos de iconografía y estructura social. «Estamos descubriendo una iconografía inédita en el mundo prehispánico», afirmó Ochatoma, lo que subraya la importancia de seguir explorando y analizando los restos de esta antigua civilización.
Desafíos de conservación
A pesar de su valor histórico, el acceso a los murales de Pañamarca es limitado. Después del declive de la civilización moche, el Imperio Inca se estableció en la misma región. Actualmente, los frágiles murales no están disponibles para los turistas. Las excavaciones son cubiertas para preservar el patrimonio cultural a largo plazo, lo que plantea un desafío para la difusión del conocimiento sobre esta civilización.
El descubrimiento en Pañamarca abre nuevas líneas de investigación y nos invita a reconsiderar la narrativa histórica sobre las mujeres en la cultura moche. A medida que continúan las excavaciones y análisis, es probable que surjan más evidencias que cambien nuestra comprensión del papel de las mujeres en las antiguas sociedades peruanas. Con cada hallazgo, la historia se vuelve más rica y matizada, revelando una civilización compleja que merece ser explorada y entendida en su totalidad.
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