Búsqueda del movimiento
El artista español Robert Ferrer fusiona sus obras con el espacio. La peruana Michelle Prazak, en cambio, crea estructuras tridimensionales desde la pintura. Uno juega con los conceptos de fragmentación, equilibrio y suspensión; el otro, con la ilusión de líneas, planos y colores. Su trabajo parece inconexo, pero comparte el interés por el espacio y el movimiento. Geometría suspendida presenta una selección de pinturas e instalaciones que apuestan por la retroalimentación. La exposición se presenta en la Galería Impakto hasta el 27 de mayo.
Emociones ocultas
A veces, parecen avergonzados. Otras, simplemente están paralizados frente a algo terrible. En este conjunto de pinturas de Ado Martín Torres, los personajes aparecen cubiertos –total o parcialmente– por bolsas de residuos. Hay muerte, pero también un impulso que apela a la infancia. La serie de veintidós cuadros está inspirada en Los amantes de René Magritte, y se enlaza con un trabajo previo del artista sobre el reciclaje de las emociones. Plasmático se exhibe hasta el 6 de mayo en la Galería del Icpna de San Miguel.
¿Ficción o realidad?
Ocaso/Sunset está compuesta por dibujos a mano alzada, instalaciones y collages de paisajes a gran escala. Desde aguas negras y locaciones imposibles, hasta proporciones exageradas. Nicole Franchy combina, así, imágenes recortadas de enciclopedias y libros antiguos con escenarios ficticios, para cuestionar el sistema de conocimiento occidental y aquello que entendemos por geografía. La exposición –curada por Octavio Zaya– integra las series Black Wasser y Studies for Blue Prints con las instalaciones Ocaso y Hinter Scapes II. Se exhibe en la Sala Luis Miró Quesada Garland hasta el 11 de mayo.
Sabotaje artístico
Las obras de Lizi Sánchez tienen la atracción de un depredador sofisticado: atrapan al espectador con un camuflaje potente. A primera vista, parecen imitar la publicidad y las técnicas del diseño gráfico. Sin embargo, sus recreaciones encierran un trabajo manual extremadamente puntilloso. Park reúne piezas en aluminio industrial y pintura acrílica que manipulan anuncios publicitarios promocionados en reconocidas revistas de arte. Se presenta hasta el 3 de junio en la Galería Lucía de la Puente.
El nuevo Perfil de la mujer peruana, de Teresa Burga
Teresa Burga es una de las precursoras del conceptualismo peruano. También, una de las artistas más prolíferas. Sin embargo, creó la mayor parte de sus obras en una exclusión casi absoluta de la escena local. Interrumpida, apenas, en algunas oportunidades. Y así fue –incluso después de ser becaria del programa Fulbright en la School of Art Institute of Chicago, formar parte del grupo Arte Nuevo y obtener el reconocimiento internacional– hasta que su trabajo participó en la Bienal de Arte de Venecia, hace dos años.
Perfil de la mujer peruana es uno de sus proyectos más emblemáticos. Esta serie –ideada junto a la psicóloga Marie-France Cathelat, y presentada originalmente en 1981– analizó a la mujer de clase media, entre los veinticinco y los veintinueve años, desde un estudio estadístico y sociológico. Ahora, Burga retoma su investigación para presentar una nueva propuesta de perfiles: fisiológico, afectivo, psicológico, social, educativo, cultural, religioso, profesional, laboral, económico, jurídico legal y político, reflejados en distintas piezas.
El resultado permite hacer un paralelo entre la condición de ser mujer hacia el final de la dictadura militar, el inicio de la violencia interna y la actualidad. Se puede visitar hasta el 15 de junio en la galería 80 m2.
Por Gloria Ziegler