Cuatro años después de que Susana Roca Rey y Mabela Martínez empezaran a concebir uno de los mejores tributos jamás hechos a Chabuca Granda, el disco –en el que reconocidos artistas latinoamericanos y españoles interpretaron las canciones de la compositora limeña– recibió dos nominaciones al Latin Grammy 2017, un reconocimiento internacional para un producto peruano con trazos globales.
Por Dan Lerner / Fotos de Sanyin Wu
Susana Roca Rey y Mabela Martínez son amigas. “Amigas íntimas”, repiten ambas en distintas ocasiones, sentadas en un sillón en el estudio de la primera. Las paredes están repletas de discos, ordenados por estilos y autores, y también de instrumentos de todo tipo. Todo dice música, todo suena, por más que, entre palabra y palabra, impere el silencio.
Que sean amigas íntimas no es un dato menor, porque para parir un disco como el que han creado tiene que haber mucho más que trabajo: tiene que haber amor, pasión, y, seguramente, un poco de locura. “Este disco es un capricho de nosotras, definitivamente es un capricho”, dice Mabela, y la risa de Susana es de aprobación. “Ha sido un trabajo duro, largo. Hemos tenido que tocar muchas puertas, porque este es un tipo de proyecto que no mucha gente quiere financiar. Felizmente, en el tercer año aparecieron Alberto Benavides, de Samaca, y Domingo Drago, de la minera Las Bambas, que nos bancaron”, afirma Susana.
Chabuca, la inspiración
Para hablar de este disco, hay que irnos un poco al pasado, todavía más allá de los cuatro años que tomó hacerlo realidad. Todo nace de Chabuca Granda, una de las voces femeninas más importantes de la música criolla y afroperuana. Susana nos cuenta que, como sin querer, ha dedicado buena parte de su vida a trabajar la música de Chabuca. “Yo conocí a Chabuca, fui su amiga. Imagínate ese privilegio. Era una mujer simpática, extraordinaria, generosa, le encantaba la gente joven, y creo que por eso fui su amiga. La conocí cuando estaba haciendo la “Misa Criolla” para su hija, que, treinta y seis años después, fue la primera producción que hice. Todo eso ayudó, porque conozco todas sus canciones, he leído su poesía”. Mabela agrega que probablemente Susana es la persona que más sabe de Chabuca actualmente, por lo que su aporte a la producción del disco ha sido invaluable.
“Este disco es un homenaje a Chabuca, a su carrera. Es un disco de música peruana hecho mayoritariamente por extraordinarios músicos peruanos”, señala Martínez. Y Susana la complementa: “La guitarra de Lucho González ha sido realmente importante. De hecho, Ana Belén, cuando la contactamos, nos dijo que se sumaría al proyecto solo si es que contaba con la guitarra de Lucho. Él trabajó en los últimos quince años de la carrera de Chabuca, así que era un lujo tenerlo”.
Por más que los intérpretes de las canciones son artistas con trayectorias y orígenes distintos, nuestra cantante ha estado presente y, sobre todo, se ha respetado –y admirado– su presencia en cada paso de la grabación. “Siento que Chabuca ha estado con nosotros en el estudio mientras grabábamos el disco. Y creo que le hubiera fascinado oír, por ejemplo, a Rubén Blades interpretando ‘La flor de la canela’”, señala Susana, aún claramente emocionada y orgullosa del producto que lograron construir.
El Perú en el Latin Grammy
“Te imaginas la emoción que se siente estar en ese teatro inmenso, en Las Vegas, codéandote con las estrellas más grandes de la música latinoamericana”, cuenta Susana. “Estar ahí es un logro para el Perú, porque el nombre de nuestro país, gracias a Chabuca, a los músicos peruanos y a los intérpretes internacionales, ha trascendido las fronteras”, afirma, orgullosa, Mabela Martínez.
“Siempre los nominados quedarán en ese espacio tan especial. Estábamos en una lista superpotente, compitiendo con los éxitos de Shakira, Maluma, Luis Fonsi, Alejandro Fernández, entre otros. Estar ahí ya era un premio”, agrega Mabela.
Tamaño logro convenció a las productoras de que el dulce capricho que supuso hacer un disco tan lujoso y extraordinario estaba justificado. Y ahora, como tiene que ser, van por más. “Estamos ya armando el segundo capítulo de este homenaje, con más músicos internacionales”, dice con ilusión Susana. La idea es no repetir cantantes, expandir un poco más el horizonte. De hecho, cada vez que veían a alguno de los artistas que tocaron en Las Vegas, pensaban en que podrían interpretar las canciones de Chabuca. Y Susana va por una última anécdota: “Para el primer disco, le escribí a Juan Manuel Serrat, pero lamentablemente no pudo colaborar con nosotros. Así que le he escrito a Sabina, que es muy amigo de él, para que lo convenza, y me respondió que, más que convencerlo, se lo va a ordenar. Eso sí: con la condición de que él pueda cantar una canción más. Así que, si repetimos un artista, será Joaquín”, señala entre risas.