Los periodistas Maria Ressa y Dmitry Muratov ganaron el histórico reconocimiento por su trabajo en favor de la libertad de prensa y por denunciar los abusos de poder en Filipinas y Rusia, respectivamente.
Por Salvador Sampén
“Lucha valiente”. Esas son las dos palabras con las que el Comité Noruego justificó la entrega del Premio Nobel de la Paz 2021 a los periodistas Maria Ressa y Dmitri Muratov. Asimismo, el jurado detalló que su labor en “defender los derechos humanos” y “la libertad de expresión” en sus países han sido aspectos fundamental en la consecución de este logro.
“La señora Ressa y el señor Muratov representan a todos los periodistas que defienden esos ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”, recalcó la presidenta de la institución quien también indicó que el periodismo libre e independiente cumple un rol protagónico en en la lucha contra el abuso de poder, la propagación de mentiras y la propaganda de guerras.
Dmitry Muratov
El Nobel de la Paz para Dmitri Muratov significa un mensaje para Rusia. Con 59 años, uno de los periodistas más destacados del país más grande del mundo, es uno de los fundadores del periódico liberal Nóvaya Gazeta, cuyo nacimiento fue en 1993, un par de años después del derrumbe de la URSS.
Muratov es desde hace décadas director de la destacada publicación. El gran punto de valor de este periódico se debe a que es uno de los pocos medios de comunicación críticos con el Kremlin que quedan en Rusia. Nóvaya Gazeta ha sacado a la luz escándalos políticos del gobierno y de la oligarquía. Estos escándalos comprenden casos de corrupción, violaciones de derechos humanos, crímenes en el Cáucaso, torturas y persecuciones a personas LGTBI+ en Chechenia.
Rusia ocupa el puesto 150º en el Índice mundial de libertad de prensa de 2021 de Reporteros sin Fronteras, por debajo de estados como Zimbabue y Sudán del Sur. Además, un dato escalofriante nos muestra que hasta 28 reporteros han sido asesinados en el país durante los últimos 20 años, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
Muratov entienda a la perfección esta cifra. Seis de sus periodistas han sido asesinados desde la fundación del diario. Además, gana el Nobel en una fecha especial porque se da en el 15 aniversario del asesinato de Anna Politkóvskaya, una de sus periodistas más destacadas.
María Ressa
Si bien la guerra contra las drogas es un problema de carácter mundial, el foco de María Ressa en la gestión del presidente filipino Rodrigo Duterte han sido tan eficaz y solvente que le ha permitido ganar un premio de esta naturaleza.
Al recibir este premio, Ressa hizo hincapié en un tema que por lo general no es muy tenido en cuenta: la seguridad de los periodistas. «El Nobel de la Paz ha puesto el foco en cómo los peligros para ejercer nuestra profesión, no solo en Filipinas, en todo el mundo, han aumentado (…). El premio nos da aliento a los periodistas, ahora podemos respirar y seguir adelante con coraje para contar nuestras historias».
Asimismo, aprovechó la ocasión para reflexionar entorno a cómo se está desarrollando la difusión de la información en estas épocas e indicó que «los algoritmos nos están dividiendo», en referencia a la difusión de fake news. Y, por ende, el aumento de la desinformación.
Este premio representa un hecho histórico, ya que la última vez que se concedió el Nobel de la Paz a un periodista fue en 1935. El alemán Carl von Ossietzky se hizo acreedor del premio gracias a sus reportajes sobre un programa de rearme que Alemania mantuvo en secreto entre las dos guerras mundiales.
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