Cecilia Valenzuela, directora del diario Perú21, conversó con COSAS sobre las marchas que tuvieron lugar el 5 de abril, las cuales surgieron como respuesta al toque de queda establecido por Pedro Castillo a altas horas de la noche del día anterior.

Por Marcelo Rosales

¿Piensa que las marchas de Huancayo y provincias han sido distintas a las marchas de la oposición en Lima? 

Realmente ha sido interesante en términos democráticos. Es una sociedad que se detiene a defender sus libertades. Los ciudadanos se manifestaron a partir de una medida arbitraria por parte del gobierno, y en cuestión de horas se congregaron y marcharon desde distintos lugares para reunirse en la Plaza San Martín y expresar su posición y decisión de responderle a Pedro Castillo.

La respuesta fue: no vamos a obedecer cuando las disposiciones son inconstitucionales y arbitrarias. No puedo permanecer encerrado en mi casa porque el gobierno tiene temor. Esa respuesta me ha parecido emocionante y fundamental.

¿Cómo podemos interpretar esta marcha?

Las razones por las que marchamos los ciudadanos no siempre son las mismas. En el caso de Huancayo, han marchado los transportistas y los agricultores, por razones que tienen que ver con el costo de vida y de los insumos para trabajar. 

El país necesita impulso, inversión, que el Estado fomente la inversión para el empleo. Sin embargo, lo que hemos visto desde que entró el presidente Pedro Castillo es todo lo contrario. Mensajes que han hecho que los inversionistas se retraigan o simplemente se paralicen las actividades, incluso en el caso de las mineras. Al parecer, el gobierno no tiene ningún inconveniente con que se cierren las minas.

Son muy graves los mensajes que el gobierno transmite. Claramente los ciudadanos van leyendo los mensajes que tienen que ver con sus circunstancias. Entonces, cuando alguien que se dedica al agro observa que el precio del transporte y fertilizantes suben, sin tomar ninguna medida preventiva, sin dialogar ni buscar una solución para mantener el ritmo de trabajo de estos ciudadanos, se quedan con ese mensaje por parte del gobierno.

El gobierno se equivoca cuando piensa que todo es política. Este presidente solo está viendo cómo hace para poner a sus amigos y parientes, hacer negocios con sus sobrinos. Ha descuidado al país y el Estado se está destruyendo. 

Cada uno reacciona. Las reacciones en Huánuco, Huancayo, Ica y Arequipa obedecen a una agresión. La reacción de Lima obedece a otro tipo de agresión.

¿No siente que esta última marcha es como una lección aprendida, con más mística y más ética y grande que las anteriores? 

Por supuesto, porque fue una marcha en la que no estuvieron los líderes políticos. Me parece algo muy interesante de analizar. Las marchas anteriores fueron convocadas por dirigentes políticos antiguos que la ciudadanía no quiere más. Los dirigentes deben de verlo así. Deben ser comprometidos con el país y dar un paso al costado para dejarle espacio a gente más joven dentro de sus organizaciones políticas. 

La respuesta ha sido la misma: “con dirigentes antiguos yo ya no quiero relacionarme”. Pero cuando hay una agresión contra las libertades, usando a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, yo reacciono y salgo a marchar.

Hay rumores del gobierno tocando la puerta de los cuarteles, pero la pregunta es ¿Cuántos les harán caso? Se habla mucho de una separación en dos bandos claramente diferenciados.

Sería especular. No tengo información sobre si hay algún tipo de concertación o de conversaciones respecto a las Fuerzas Armadas. Lo que he visto ha sido a la policía obedeciendo órdenes del Ejecutivo pero sin dejar de proteger a la ciudadanía. 

Desgraciadamente, tenemos que lamentar las muertes en el caso de Ica, producto de los enfrentamientos con la policía. Me parece atroz y el gobierno debe responder por lo que ha ocurrido.

Sin embargo, en Lima he visto a una PNP que no buscó confrontación. La gente marchó, se desplazó y los policías no usaron la violencia ni el poder que les da su posición, salvo cuando un grupo de vándalos provocaban y agredían a los policías. 

Si el gobierno pretende buscar a las FFAA se encontrará con la ciudadanía. Los militares lo tienen clarísimo.

Las marchas últimas que vimos en todo el país no solo las tienen que comprender el Ejecutivo sino también las FF AA, las organizaciones políticas y el Congreso.

Ciertas personas y políticos han tenido un doble rasero al momento de comparar estas víctimas con lo del 2020.

Eso es imposible de tolerar. Una vida es una vida. Las personas pueden estar encontradas o discutir pero la vida se respeta y siempre es la oportunidad de volver a empezar. No hay manera de justificar la muerte de ninguna persona y menos de jóvenes peruanos que toman una actitud porque sienten sus derechos vulnerados.

Cualquiera de las razones es un punto de diálogo para lograr una solución. Medir a los muertos es absolutamente inmoral.

¿Qué se debe hacer hoy y en los siguientes días? Quedó claro que ya no hay más inmovilización, pero también que el Congreso no tiene votos para sacar a Castillo. ¿Qué viene ahora? ¿Qué se debería hacer?

La marcha tuvo dos fines. El primero fue decirle a Castillo que no le van a tolerar que actúe de manera inconstitucional. El segundo mensaje que fue creciendo durante la misma marcha fue que renuncie. Creo que ha sido muy espontáneo e importante. Se traduce en cómo los ciudadanos responden en las encuestas y en las redes sociales. Creo que esto tiene que tomar una forma distinta. No tiene una forma política.

Ayer no había dirigentes en la marcha. El mensaje fue muy positivo. Los ciudadanos no quieren a esos dirigentes, quieren un recambio en la representación. Es algo que tienen que leer los políticos y las personas que quieren hacer política. 

Tenemos que encontrar la forma saludable de darle una forma política a las manifestaciones. Debemos de tener en cuenta que las personas a las que no nos gusta el presidente Castillo, tenemos razones distintas para que no nos guste. Tenemos que empezar a ponernos de acuerdo. 

Las autoridades actuales no deberían echarle más leña al fuego para que los ciudadanos no tomen actitudes más extremas.

¿Qué deberían hacer los movimientos y los partidos para ir formando a los nuevos líderes?

Los dirigentes tienen que ceder, dar un paso al costado y darle lugar a una nueva generación. Pero esas nuevas generaciones tienen que ser de gente que pueda responder ética y moralmente a la política y a los pensamientos de cada agrupación.

No es posible que un partido político lleve a un grupo de personas al Congreso y que esas personas se comporten de la peor manera, que se conviertan en una banda de tránsfugas para apoyar a un gobierno que no es el suyo a cambio de beneficios, inmoralidad y corrupción. 

Los partidos políticos y los dirigentes deben hacerse responsables por las personas que los representan.

Es más o menos lo que pasó con Acción Popular

Bueno, no solo Acción Popular. Yo creo que hay varios partidos que tienen un problema muy serio con sus representantes.

¿Fue un triunfo de Castillo o un triunfo de la oposición? Con oposición me refiero a la de las calles, no la del Congreso.

Ayer fue un triunfo ciudadano y la peor derrota de Pedro Castillo desde que salió como presidente. Castillo quedó en ridículo y es una autoridad que no tiene autoridad.

Él ordena a la ciudadanía quedarse en casa y lo que inmediatamente produce es que todos salgan a la calle a marchar. El que ha perdido de manera brutal ayer fue Pedro Castillo. Ya no tiene autoridad y la gente ya no lo respeta.

Las otras autoridades tampoco lo van a respetar. Estamos frente a una crisis muy grave de autoridad y se necesita convocar elecciones pronto para volver elegir autoridades para que las podamos volver a respetar por su liderazgo y su autoridad.

Imagínate que Gareca diera dos instrucciones importantes para los muchachos de la selección y ninguno le hiciera caso. Todo lo que significa la mística del profesor y el equipo se vendría abajo, a tal punto de que dejaríamos de tener sueños y expectativas. 

Exactamente lo mismo, guardando las dimensiones, ocurre en el país. Si un presidente no tiene autoridad, no hay forma que se pueda encauzar un país hacia el desarrollo. Por lo tanto lo que necesitamos es un cambio.

¿La vacancia sigue lejos?

La vacancia es parte del juego político. Es una opción constitucional pero el Congreso necesita tener una conciencia y una voluntad. Yo no lo veo porque hay un transfuguismo muy grande que obedece a intereses muy personales. No están muy dispuestos a representar lo que la ciudadanía quiere. Los congresistas están desoyendo a los ciudadanos. Están cayendo en los vicios del ejecutivo. Como ellos no quieren perder su sueldo ni sus gollerías, no se va nadie.

Por otro lado está la ciudadanía y hacen muy mal ignorando a los ciudadanos que los llevaron a las posiciones que tienen. Esto va creciendo.

Considerando las protestas en provincia, ¿es posible creer que los congresistas de las distintas regiones puedan volcarse al presidente al ver su baja popularidad? Esto porque las elecciones están a la vuelta de la esquina.

Tal vez en algunas agrupaciones, pero no nos olvidemos que hay grupos que son limeñísimos como Podemos Perú o Somos Perú que han demostrado esta falta total de ética política y de responsabilidad con sus electores. Hay que observarlos porque ellos caminan al son del ding dong, bueno, más bien al son del tontón y al són del billetón.

Suscríbase ahora para obtener 12 ediciones de Cosas y Casas por solo 185 soles. Además de envío a domicilio gratuito y acceso instantáneo gratuito a las ediciones digitales.