El gobierno talibán ha suspendido la educación universitaria para todas las estudiantes en Afganistán, el último paso en su brutal represión de los derechos y libertades de las mujeres afganas.

Por Rodrigo Schang

Un portavoz del Ministerio de Educación Superior (de Afganistán) confirmó la suspensión a la CNN el martes. Una carta publicada por la mencionada entidad del país árabe decía que la decisión se había tomado en una reunión del gabinete y que la orden entraría en vigor inmediatamente.

Human Rights Watch criticó la prohibición el martes, calificándola de «decisión vergonzosa que viola el derecho a la educación de las mujeres y las niñas en Afganistán.»

«Los talibanes están dejando claro cada día que no respetan los derechos fundamentales de los afganos, especialmente de las mujeres», señaló la organización de defensa de los derechos en un comunicado.

Estados Unidos condena «la indefendible decisión de los talibanes de prohibir la entrada de las mujeres en las universidades», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, durante una sesión informativa celebrada el martes.

Afganistán

Los talibanes suspenden la educación universitaria de las mujeres en Afganistán.

El cierre en marzo de las escuelas secundarias a las niñas tuvo un «impacto significativo» en el compromiso de Estados Unidos con los representantes talibanes, añadió Price.

«Con la aplicación de este decreto, la mitad de la población afgana pronto no podrá acceder a la educación más allá de la escuela primaria», afirmó.

El embajador estadounidense Robert Wood, representante alternativo para asuntos políticos especiales, reiteró anteriormente esas críticas, al afirmar en una sesión informativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que «los talibanes no pueden esperar ser un miembro legítimo de la comunidad internacional hasta que respeten los derechos de todos los afganos, especialmente los derechos humanos y las libertades fundamentales de las mujeres y las niñas».

Los talibanes, que gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001, cuando la invasión liderada por Estados Unidos obligó al grupo a abandonar el poder, han tratado históricamente a las mujeres como ciudadanas de segunda clase, sometiéndolas a violencia, matrimonios forzados y una presencia casi invisible en el país.

Tras hacerse con el poder en Afganistán el año pasado, los talibanes intentaron proyectar una imagen más moderada para ganarse el apoyo internacional.

Pero aunque han hecho numerosas promesas a la comunidad internacional de que protegerían los derechos de las mujeres y las niñas, los talibanes han hecho todo lo contrario, recortando sistemáticamente sus derechos y libertades.

Las mujeres afganas ya no pueden trabajar en la mayoría de los sectores, necesitan un tutor masculino para viajar largas distancias y se les ha ordenado cubrirse la cara en público.

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