Una producción en crecimiento

En el 2015 se estuvo a punto de alcanzar el millón de litros en producción, el triple de lo producido en el 2014. En el 2015 existían formalmente 60 cervecerías artesanales, para finales del 2016 se espera superar los 100.

Masías advierte que de estas 60, las que tienen una producción constante y se encuentran en la mayoría de bares y supermercados son alrededor de 30. Esto no significa menos, pues muchas producen lotes de excelente calidad cada tres o seis meses. Cervecería del Valle, por ejemplo no vende un producto embotellado. “La botella implica un transporte que puede exponer la cerveza al sol y un proceso que puede dejar que se filtren bacterias. Nuestras cervezas salen en barriles por una cuestión de calidad, porque así serán un mejor producto al servirse”, explica Mayorga. Por otro lado, “hay muchas cervecerías caseras, que aparecen con su marca y luego no las ves con facilidad. Ojo: ¡algunas de esas cervezas son excelentes!”, agrega Masías. Un ejemplo en Clown Alley, cervecería de lotes limitados e ideología de producción casera que se está abriendo paso con entregas de cervezas de kión, coca e IPA.

Cervezas artesanales en perú

Clown Alley es una cervecería de producción e ideología de producción casera, que se está abriendo paso con batchs de kión, coca e IPA. Foto cortesía de Clown Alley.

 

La magia de las cervezas artesanales es precisamente esa posibilidad de moverse entre una pequeña empresa con procesos y una producción fija, y un trabajo creativo que permite experimentar hasta lograr formas perfectas. Y no de manera excluyente. Barbarian empezó en un garaje y Cervecería del Valle fue una broma entre tres amigos antes de que se convirtieran en dos de las cervecerías más premiadas del país.

Francisco Abanto, especialista en producción, afirma que un completo amateur puede conseguir equipos básicos por poco más de 500 soles. Basta para aprender los primeros pasos. “Una cerveza más profesional, donde la inversión sanitaria y de conserva es mayor, puede iniciarse con unos 20mil dólares. Pero no se necesita tanto si se quiere aprender y compartir pequeñas creaciones con amigos y familia”, afirma. El proceso no es complicado, y ya existen varios talleres y cursos disponibles en diferentes ciudades del país.

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«En nuestro país nunca va a crecer lúpulo, pero tenemos un potencial perfecto para tener malterías”, afirma Juan Mayorga. Foto cortesía de Cervecería del Valle.

Sabor nacional, insumos importados

Si bien la producción no es complicada, y la creciente demanda ha abaratado costos, la principal barrera de una completa masificación cervecera artesanal es que estamos obligados a importar todos los insumos. Como explica Abanto, “los ingredientes básicos para lograr una cerveza son la malta de cebada, el lúpulo, la levadura y el agua. En Perú solo tenemos el agua. El lúpulo es una planta de otras latitudes, y la levadura podría producirse acá, pero necesitaría un mercado mayor, que justifique la inversión en laboratorios y químicos especialistas”.

Para Mayorga la posibilidad de depender un poco menos del mercado extranjero no es tan lejana. Con una cervecería asentada en Urubamba, se mueve en una región donde históricamente se ha cultivado cebada, y que tiene una importante tradición, muy anterior al boom, de cervecerías artesanales. “No impulsar el crecimiento conjunto de una industria es ilógico. Nunca vamos a crecer lúpulo, pero tenemos un potencial perfecto para tener malterías, incluso laboratorios de levadura”, afirma.