Al César lo que es del César
El impuesto selectivo al consumo (ISC) implica que las cervezas con 0 a 6% de concentración de alcohol actualmente paguen al estado S/. 1,25 por litro vendido. El cambio en el régimen tributario propuesto por Luis Galarreta busca eliminar el monto fijo reemplazándolo por un porcentaje (30%) sobre el precio de venta, de forma que el impuesto no beneficie, como lo ha estado haciendo, a las cervezas más caras. El mismo proyecto, aprobado ya por la Comisión de Defensa del Consumidor, excluye de este cambio a las cervezas artesanales (aquellas que produzcan menos de 40mil litros al año), para quienes se fijaría un importe fijo como impuesto.
El debate está en que hasta el momento no ha habido distinción entre la producción artesanal y la industrial. Foto cortesía de Cervecería del Valle.
El debate está en que hasta el momento no ha habido distinción entre la producción artesanal y la industrial. Por un lado, el monopolio cervecero exige leyes igualitarias que no beneficien a ninguna de las partes. Por el otro, las cervecerías artesanales piden leyes que las beneficien específicamente, como industria naciente en un país donde se necesitan marcas e iniciativas propias. Para Mayorga, identificar la respuesta correcta es sencillo si se aprende de la experiencia: “Pongamos el ejemplo del pisco. Hace 10 años había un par de empresas que manejaban todo el mercado. Hoy en día, con el incentivo estatal, tenemos muchas pequeñas empresas no solo haciendo productos interesantes, sino creando empleo, competencia en el mercado y mejorando la calidad”.
Sobre la postura proteccionista, no debemos olvidar que la tienen países cerveceros como Alemania, y los estados de Estados Unidos donde la producción ha alcanzado un crecimiento sostenido y rentable. Se trata de un impulso a un rubro que cuenta con el visto bueno del consumidor, una inversión en una industria y en todo el sistema de producción que puede generarse a partir de ella.
Para el crítico Javier Masías, las mejores etiquetas actualmente son Cervecería del Valle, Barbarian y Nuevo Mundo. Foto cortesía de Barbarian.
Para no perderse
Para Javier Masías, cuando se habla de cervezas nacionales lo ideal es hacerlo no de cada variedad, sino pensando en etiquetas. “Uno de los grandes problemas de las cervecerías artesanales en el Perú es que los lotes o ‘batchs’ suelen tener diferente sabor o calidad aun cuando son de la misma compañía. Es decir, una IPA de tal fabricante, viene bien una vez y la siguiente no tanto y la tercera mejor que nunca. Por eso prefiero hablar de fabricantes”, explica.
Su favorita (como para gran parte del sector) es Cervecería del Valle. Originaria de Urubamba, esta cerveza tiene mucho de sagrado. Masías afirma que todas las variedades son una calidad extraordinaria, especialmente su IPA, que considera la mejor del país.
Recomienda Nuevo Mundo y Barbarian, esta última como “la que más se ha entretenido con novedades en su catálogo”. Tomando en cuenta que hablamos de una marca que lanzó cerveza de zapallo de carga, su afirmación está completamente justificada.
¿Una novedad para terminar esta nota? Invictus, marca relativamente nueva que empieza a conquistar los bares locales.
¡Salud!
Por Alejandra Nieto
