Vivir la aventura de un viaje a bordo del Belmond Andean Explorer y descansar en el Belmond Las Casitas, mientras se explora el Cañón del Colca, son dos de las experiencias más profundas que este planeta puede brindar a los viajeros exigentes. Conozca sus secretos.

No importa qué tan experimentado sea el viajero: nunca antes habrá sentido el confort y la majestuosidad de recorrer el corazón de la tierra de los Incas a bordo del Belmond Andean Explorer, el primer tren de lujo con cama de Sudamérica. El tren Belmond Andean Explorer –elegido el mejor tren de lujo del mundo en los Readers’ Choice 2019 de la prestigiosa revista “Condé Nast Traveler”– es un palacio en movimiento, el sueño de todo enamorado de las travesías y amante de la sofisticación. Basta con tomar asiento en el Observation Car y disfrutar de un coctel mientras se siente el aire fresco que rodea a los Andes –enriqueciendo el alma con los místicos paisajes de la ruta que une al Cusco con el lago Titicaca y, más adelante, con Arequipa– para comprobar que el viaje es un destino en sí mismo.

Con un trayecto que alcanza los 4750 metros sobre el nivel del mar, en este tren, el viajero tiene el mundo a sus pies.

Pensado para albergar a un máximo de setenta pasajeros, el Belmond Andean Explorer ofrece a cada viajero la comodidad de un servicio de alta gama que empieza en sus cabinas-dormitorio, todas ellas con baño privado, y se abre hacia las infinitas posibilidades de cada vagón. El alboroto citadino, el jet lag y el estrés del mundo laboral tienen un punto final en el Spa Car, donde se combinan los productos de Germaine de Capuccini con las hierbas locales para diseñar tratamientos exclusivos que preparan el cuerpo para la experiencia de un viaje único.

No se ha conocido el Perú si no se ha disfrutado también de su gastronomía, por lo que este maravilloso tren reserva dos vagones, el Llama y el Muña, para complacer a sus pasajeros con lo mejor de la cocina nacional, en platos donde se lucen los más frescos productos de los Andes. En cada paquete se ofrecen todas las comidas, incluyendo desayuno, bebidas alcohólicas y aperitivos. Si el viajero así lo quisiera, finas pantallas de macramé pulido crean un espacio de mayor privacidad en un ambiente de tonos bajos, lujosos trabajos en cuero y carpintería artesanal.  Los días se cierran en el Lounge Car, entre conversaciones de calidad maridadas con el elegante sonido del piano y una selecta carta de cocteles.

Las cabinas del Belmond Andean Explorer son verdaderos escaparates desde donde admirar la belleza del campo andino.

Disponible en cuatro tours diferentes, que van desde una noche y un día hasta dos noches y tres días, el Belmond Andean Explorer ofrece una colección de momentos inolvidables a bordo y en tierra, con visitas que incluyen la antigua mina de oro incaica de Raqch’i o el lago Titicaca, y la oportunidad de ver al sol nacer de sus aguas, una experiencia divina. Para quienes se deciden por el paquete completo, con destino final en Arequipa, la travesía incluye la posibilidad de visitar las islas de los Uros, los hombres del agua, un pueblo que ha sabido mantener intactas su forma de vida y sus tradiciones. Más tarde, ya en la isla de Taquile, los pobladores locales recibirán a los pasajeros con un almuerzo en la playa Collata, animado por danzantes y artesanos que exhiben lo mejor de sus trabajos.

Las casitas del Colca, el broche de oro

Descender del Belmond Andean Explorer en Cañahuas, tomar el camino que lleva al Belmond Las Casitas y explorar el Cañón del Colca desde este oasis de serenidad permite al viajero un tránsito orgánico entre la emoción del trayecto en tren y la calma de asentarse en un espacio alejado del mundo, aunque diseñado para satisfacer cada deseo. Ya sea que se opte por la casita presidencial, por una de las tres casitas con vista al jardín o por una de las dieciséis con vista al valle, la estancia tiene garantía de máximo confort: todas ellas cuentan con un lujoso dormitorio, un atractivo salón, un amplio baño, terraza privada y una pequeña piscina privada climatizada.

Todas las casitas del hotel cuentan con terraza privada y piscina temperada.

En adelante, el mundo está a sus pies. Recorra el Cañón del Colca, dos veces más profundo que el famoso Gran Cañón de Estados Unidos, y admire el fabuloso vuelo de los cóndores y el elegante paseo de las vicuñas por las orillas del río Colca, mientras los andenes incas rebozan de vida con plantaciones de quinua, maíz o papa. Y ese es solo el inicio. Visite la huerta y tome un té de hierbas peruanas, viva la emoción de la pesca de trucha (y disfrute su trofeo en una exquisita preparación a cargo del chef de la casa), alimente a las alpacas bebé de la granja, aprenda a preparar un pisco sour como Dios manda, descubra los secretos de la gastronomía peruana en las clases de cocina, relájese en Samay Spa o explore el universo en las noches estrelladas del Cañón del Colca mediante un poderoso telescopio.

Las delicias de la gastronomía arequipeña se lucen en el restaurante Curiña, donde se puede disfrutar de platos como chupe de camarones, rocoto relleno o chapana, preparados con insumos del huerto orgánico. Y si el alma le pide celebrar un día cargado de intensos descubrimientos, diríjase a la terraza del bar Puccq’io y tome un coctel a base de frutas locales (la carta de vinos es igualmente envidiable), al tiempo que observa las estrellas iluminar el firmamento. Pocos espacios en el mundo conservan el misticismo del Cañón del Colca; ningún lugar como el Belmond Las Casitas permite la conexión con este espacio natural, sin alejarse de las comodidades y el lujo de un hotel de ensueño.