Voy saliendo casi un año con un hombre estupendo que me hace muy feliz y con quien me proyecto un futuro serio. El único problema que tengo es que no le gusto a su (única) hija, quien me ve como una especie de villana con quien su padre gasta su tiempo, dinero y energía. No siento que haya hecho nada malo, pero soy consciente de que esta era una situación probable, sobre todo porque su hija es una adolescente de 15 años y entre mi pareja y yo hay una diferencia de edad de 25 años (yo tengo 33). Sé que mi relación está destinada al fracaso si es que no cambia la actitud que su hija tiene hacia mi. ¿Cómo puedo hacer para ganármela? ¿Qué puedo hacer?
¡Ay! como si encontrar una pareja decente no fuera problema suficiente, pero inevitablemente la vida se ensaña en lanzarnos curvas inesperadas.
Comparto tu frustración de sentir que tu final feliz se ve amenazado por la percepción de Cruella de Vil que tiene su hija sobre ti. Pero antes de narrar tu versión de la historia como una digna de los hermanos Grimm, recuerda que estas curvas que nos pone la vida en frente suelen ser un jocoso despliegue, algunas veces del karma, y la gran mayoría de la corriente. ¡Fluye no más!
Antes que nada recuerda que ella tiene 15 años mientras que la adulta aquí eres tú, así que dale un respiro ¡Por el amor de Dios! Es muy probable que tenga el sueño de casi todo adolescente que ha atravesado un divorcio: que papá y mamá se junten (lo sé, es tan quimérica como los números ganadores de la Tinka). Así que sé amable, sé adulta y no lo tomes personal!
Cada vez que te ve llegar, no solo debe alucinar con el sonido de los dálmatas aullando, sino que también debe ver a la mujer por la cual su padre la va a abandonar. Así que paciencia y buen humor! ya que a fin de cuentas, muchas veces a la que pintan de villana es quien termina siendo la heroína de la película.
En segundo lugar, conversa (calmadamente y sin reproches) con tu galán sobre tus inquietudes. A fin de cuentas, esta no es una competencia, pero se necesita una delimitación clara sobre cuál es tu lugar como novia, cual es su lugar como hija, y cual es su lugar como padre, el que también él deberá desempeñar de forma madura clara y firme para que todas las partes se sientan respetadas y seguras.
Con esto también quiero dejar un punto bastante en claro, ¡tú no puedes ni debes reemplazar a su madre, y no intentes competir con esa relación! ¡Ni se te ocurra tomar esa postura ya que esta sería una movida que pasará a la historia de tu vida como lo fue Waterloo para Napoleón! En lugar de eso, enfócate en construir tu propia conexión con ella, basada en la confianza y el respeto mutuo, y mostrando siempre un interés genuino en su vida. Roma no se construyó en un día, y mucho menos lo hará la conexión que quieras establecer con su hija. Esto requerirá de mucho tiempo y sobretodo paciencia! Pero los pequeños gestos y muestras de consideración pueden ayudarte a crear un puente. Recuerda su cumpleaños, celebra sus éxitos y bríndale apoyo en momentos de necesidad.
Finalmente, no estaría mal que mantengas un poco las distancias para que ella pueda pasar tiempo a solas con su padre. Así le va a quedar mucho más claro que tu no se lo vas a quitar, simplemente le estás poniendo un poco más de sal y pimienta a la vida de papá.
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