En lo que va del 2023 se han reportado más de 18,035 casos de violencia a niños y adolescentes. Conoce cómo prevenir la violencia dentro de tu hogar y crear una cultura de paz en tu comunidad.
Por Iris Torrejón
El sueño de todo padre es el desarrollo pleno de sus hijos. Alcanzar metas y superar expectativas forma parte del modelo ideal para todo hogar. Sin embargo, este sueño se trunca cuando superar traumas y marcas de la infancia se torna complicado para crear un ambiente seguro donde desarrollarse. Esta es la realidad de 8 de cada 10 niños y adolescentes que conviven en una preocupante situación de violencia en el país.
Conversamos con Claudia León, abogada, especialista en sistemas de protección a la infancia, medidas de cuidado alternativo, y directora ejecutiva de Buckner Perú, una ONG enfocada en servir a niños, niñas y familias en situación de vulnerabilidad, y reflexionamos sobre 5 formas de crear un entorno seguro en casa.
1. Inspeccionarse uno mismo
En muchas ocasiones la violencia viene por un patrón generacional. Es claro que todo padre planea entregarle lo mejor a sus hijos, pero no todos tienen lo mejor para dar. Una introinspección es imperativa para romper con los patrones generacionales de violencia y así poder tratar los traumas, heridas y otros impactos negativos que no nos permiten dar lo mejor de nosotros. Los padres tienen la tarea de trabajar y reflexionar en cómo estan tratando a sus hijos y observar si la manera debe cambiar para desarrollarse de una manera más sana. Para ello, a veces es necesario la asistencia de un profesional de la salud mental como un psicólogo o un psicoanalista.
2. Dejar de normalizar la violencia
Entre las causas de la violencia se encuentran los problemas económicos, problemas de alcohol, padres que consideran que el no ejercer violencia es significado de falta de carácter y finalmente, la peligrosa normalización de la violencia. Es usual escuchar ” a mí me pegaban y ahora estoy bien”, sin embargo, de acuerdo a la especialista, no se tiene en cuenta el daño que se genera en la infancia del niño que, más adelante en la adultez, puede repetir el ciclo y sin asegurar que vaya a resultar en el mismo “final feliz” con un “ahora estoy bien”. La infancia es la materia prima desde donde se desarrollará el futuro adulto. Todo lo que deje huella en su infancia se reflejará en la adultez. Hay una gran variedad de recursos, además de profesionales especializados en ayudar a lograr este cambio.
3. Entender que la violencia no es solo física
Si bien la violencia física es la que se puede reconocer rápidamente, también existe la violencia económica y psicológica que es mucho más difícil de notar. A su vez, se puede identificar una mala elección de las palabras para dirigirnos a los niños, aquellas que pueden marcarlos, humillarlos o juzgarlos. Todo ello es violencia y tiene un gravísimo impacto en el desarrollo del niño.
4. Implementar herramientas correctas
Una cultura de paz es la mejor herramienta en contra de la violencia. Si se trabaja por que cada niño o adolescente viva en una comunidad con respeto y tolerancia promoviendo una convivencia sana con personas que cooperan unas con otras, en el futuro serán padres que repitan un ciclo sin violencia. Es muy importante lo que se ve en la niñez porque es de lo que se llenarán y entregarán eventualmente. Por otro lado, es importante saber que también existe la disciplina positiva y con ella la posibilidad de criar, educar y discplinar con buen trato. ¡A manejar una cultura de buen trato!
“Es importante que los niños encuentren un entorno seguro en medio de un mundo tan complejo como en el que vivimos donde tenemos amenazas constantes todo el tiempo”
5. Pensar en los niños como el presente
Los niños no son el futuro. Son el presente y serán los futuros adultos que construirán una nueva sociedad. Es importante ser consciente del gran impacto de los adultos en la infancia de un niño.
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