Necesito ayuda para romper mi relación con una amiga. Nos volvimos mejores amigas en el colegio, mantuvimos la amistad durante la universidad, y podría decirse que hasta ahora (ambas estamos muy cerca de cumplir 30 años). Hace 8 meses decidimos mudarnos juntas, pero desde entonces he empezado a ver sus verdaderos colores, por lo que una vez terminado el contrato, en 4 meses, quiero distanciarme de ella tanto física como mentalmente. No hemos tenido un pleito fuerte, pero si una lenta e incómoda serie de discusiones, comentarios sarcásticos, mensajes de WhatsApps pasivo-agresivos, e inclusive comentarios sobre mí que le ha hecho a amigas en común, que me han llevado a tomar esta decisión.
Es como si se me hubiera caído la venda de los ojos y repentinamente puedo ver una versión de ella que antes no había visto: envidiosa, criticona y llena de mala vibra. Siento que ambas hemos sido un buen soporte la una con la otra durante distintas etapas de nuestra vidas, pero conforme ha pasado este año y me voy enterando y/o viendo más cosas, creo que mi vida sería más pacífica y calmada sin ella cerca. ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Le debo acaso algún tipo de explicación? ¿O simplemente me alejo naturalmente y una vez mudadas corto todo lazo con ella?
Ay! Romper con una amiga es un proceso doloroso por el que todas hemos pasado o pasaremos y que nos pone los pelos de punta, no solo porque la cultura popular tiene romantizada la amistad entre nosotras #pinkyfriends, sino porque, como mujeres, se nos juzga por nuestra capacidad de mantenerlas. Mientras que la sociedad tiene una guía preestablecida de qué hacer o cómo sentirte cuando un amor te deja el «corazón partío» parece tabú hablar de las metafóricas cicatrices que dejan en nosotras aquellas que alguna vez ostentaron el título de nuestra mejor amiga. Y lo peor es que puede ser más difícil que terminar una relación romántica, no solo porque no se involucran las variables sexo, ni exclusividad, sino que las relaciones de amistad nos enseñan a valorar la importancia del compromiso, la lealtad, la confianza y la afinidad. A ver, nuestra mejor amiga es ese pilar emocional que elegimos, alguien con quien compartimos momentos de felicidad y tristeza, nuestras risas más sinceras y nuestros secretos más íntimos (¡Que peligro!). Así que no es de extrañar esa sensación de desencaje cuando pierde el brillo esa conexión que en un momento fue tan especial. Como diría Hector Lavoe, todo tiene su final, nada dura para siempre, inclusive si se hubieran jurado lealtad eterna bajo el juramento inquebrantable del BBF.
Pero antes que nada, es importante que tengas muy en claro que la amistad, al igual que el amor, se basa en principios como el respeto, la intimidad, el apoyo y la reciprocidad. Y si alguno de estos pilares se ve afectado por la toxicidad, es natural que sientas la necesidad de alejarte para proteger tu salud mental y emocional. Creo que tomar la decisión de distanciarse física y mentalmente de tu amiga es un paso valiente. Pero antes de hacerlo, tómate un momento para realizar un autoanálisis sincero (no queremos decisiones guiadas por una cabeza caliente) Pregúntate a ti misma ¿de verdad me compensa seguir esta relación? ¿No es hora de darse un respiro… quizá para siempre? Reconoce tus sentimientos y no guardes nada dentro ya que entender lo que está sucediendo te permitirá dar el paso con mayor claridad.
Ahora, aunque personalmente no lo recomiendo, puedes conversar de este tema con ella si sientes que es seguro y constructivo o eventualmente beneficioso para ambas. Comunicarse abiertamente puede poner en perspectiva las emociones y sentimientos, y tal vez ayude a sanar alguna herida. Te sugiero que cuando lo hagas, te enfoques en los cambios que has notado en tu relación más que los defectos que ves en ella, y no dejes de dejarle muy claro que aprecias todo lo que te ha dado, pero que crees que la amistad ya llegó a su punto final. Sin embargo, no te sientas obligada a explicar tu decisión si crees que eso solo generará más tensión. Recuerda que a veces, el alejamiento gradual puede ser una opción más saludable para ambas partes. Y aunque no creo que debas mantener una amistad con alguien que te hace infeliz, sí te animo a que estés abierta a la adaptación en lugar de a la ruptura. Las amistades pueden cambiar y volverse sanas sin tener que terminar del todo. Puede que compartan menos cosas, que se escriban solo para felicitarse por hitos importantes, y que se vean dos veces al año en sus respectivos cumpleaños. Uno nunca sabe, puede que hoy no la quieras ver ni en pintura, pero algún día, para tu sorpresa descubras que ella es la única persona a la que quieres llamar y en un futuro no tan lejano, puede que no se haya restituido como tu mejor amiga, pero una llamada suya podrá alegrar por completo tu día
Ahora la parte más dura (de la que nadie te advierte) es lo que viene después: nadie dijo que decirle adiós a una amiga de toda la vida es tarea fácil y es que hay que reconstruir un cachito de una misma. No menosprecies el tiempo compartido ni los recuerdos que atesoras, ¡vamos, entre ambas seguro que había una rutina implícita!. ¿Cómo no extrañarla al ver su serie favorita? ¿Cómo no pensar en ella cuando te enteras de un buen chisme? ¿Cómo no sufrir al ver que no ve más tus stories en instagram? Soltar todo aquello que ya no te nutre viene de la mano todo un proceso de readaptación emocional, y en este proceso de adaptación a tu nueva realidad tienes que tener muy en claro que Tú eres tu mejor amiga y que vales tu peso en oro.
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