No tengo una buena relación con mi suegra. Por suerte no nos vemos tan seguido ya que vivimos en distintas ciudades, pero cada vez que nos vemos tenemos algún tipo de roce, sobre todo porque tiene muchas opiniones sobre la forma de criar a mis hijos, y como mi esposo es su único hijo, se cree con derecho a meterse en su vida. Siempre he tratado de ser respetuosa, pero ahora le ha pedido a mi esposo que quiere pasar tiempo con sus nietos, y que si tanto él como mis hijos pueden ir a visitarla el fin de semana, con la condición de que yo no vaya. Siento que esta es la gota que derramó el vaso y no sé que hacer.
En el vasto mar de las relaciones familiares, a veces nos encontramos con tormentas que amenazan con hundirnos en la desesperación; algunas veces tenemos suegritas de oro, y otras, suegritas de terror. Sí, esa misma que te saluda con un “hola” frío, como si te hubieras llevado a su bombón, a su querubín.
Pero ni modo, no eres la primera, ni la última, ni mucho menos la única que tenga una relación desafiante con su suegra. Ahora, sé que esto último que le ha pedido a tu esposo se siente humillante, como si estuvieras siendo aislada o bulleada por un grupo, y entiendo que tienes esa sensación de estar en una batalla por una custodia, pero no lo estás.
Creo que esta no es una batalla tuya para pelear, más si una batalla del hijo, que es quien debe establecer los límites. Para esto, conversa con él abierta y sinceramente sobre cómo te sientes, explicándole que te duele que su madre quiera excluirte de las visitas familiares y cómo eso afecta a la familia que están construyendo juntos. Evita tormentas verbales y busca vientos favorables que guíen a la familia hacia una resolución. Te recomiendo que no te pongas a la defensiva, por el contrario, así como tú ayudarías a tu pareja a llevarse con tu familia, pídele ayuda también para llevarte bien con la de él.
Recuerda, no quieres empezar una guerra familiar porque de las guerras familiares nadie sale ganando. Así que durante todo el proceso, te recomiendo que no le crees conflictos a tu esposo, porque no te conviene. Acuérdate, el oído de un hombre está afinado a la voz de la madre. Sí, es un campo minado, pero al final del día es su madre. Tu suegra le dio la vida, lo educó, literalmente hizo el programa de computadora y se lo insertó a tu pareja. Si tu meta es que te escoja a ti, ahí si estás equivocada, ya que ese camino no es.
Acá si o si vas a tener que actuar con gracia y elegancia, y ser lo suficientemente inteligente de no meterte con tu suegra ni expresarte mal de ella con tu marido. Es difícil, sobre todo porque tener una suegra que no te quiere debe ser un golpe a tu autoestima, ya que te preguntas: “¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo mal?”. Pero tu suegra no se tiene que convertir en tu mejor amiga. Simplemente sé tú misma y no te desvivas para conseguir su aprobación. Date por bien servida teniendo una relación cordial y llevando la fiesta en paz.
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