¿Debería dar prioridad a mi carrera sobre mi relación? Empecé a salir con un chico a inicios del 2020, y la pandemia hizo que nuestra relación avanzara más rápido que lo normal, ya que nos mudamos juntos a los seis meses para pasar juntos el resto del encierro. Ahora que ya han pasado cuatro años desde que nos conocimos, creo que es momento de pensar en cuáles son nuestros siguientes pasos, como comprar un departamento juntos, probablemente o tal vez pensar en formar una familia. Sin embargo, en mi trabajo, me han ofrecido una oportunidad que cambiaría mi carrera, pero implica mudarme a Nueva York durante dos años. Se lo comenté a mi novio, pero él no quiere mudarse, a pesar de que él puede hacer trabajo remoto y no hay diferencia horaria con Lima. No sé qué hacer, ya que realmente estoy muy contenta con él, pero sé que me voy a arrepentir toda la vida por rechazar semejante oportunidad que no solamente es un reto para mí, sino que es un punto de inflexión en mi carrera.
Antes que nada: la balanza entre carrera y relación es una danza complicada, y a primera impresión parece ambas no pueden coexistir armoniosamente. Pero no veas esta situación como una prueba de amor en donde solo hay un ganador: tu carrera o tu relación. ¡Estos no tienen porqué ser excluyentes! Si decides aceptar el trabajo, no significa que estés condenada en el amor. Y si no tomas el trabajo no significa que hayas renunciado a una carrera.
Antes que nada, ¡felicitaciones! Tienes frente a ti una oportunidad brillante que no solamente va a ofrecerte experiencias y desafíos únicos, sino que te pone frente a un reto muy valioso: sacarte de tu zona de confort.
Antes de tomar cualquier tipo de decisión, te recomiendo que converses con tu chico a profundidad y con toda la sinceridad posible sobre sus razones para no querer mudarse. A primera impresión parecería que él no quiere hacer sacrificios por la relación, sin embargo, muchas veces detrás de una negativa aparente, se esconde el miedo al cambio o la inseguridad.
Ahora, si decides aceptar el trabajo, y terminas mudándote sola, mantén la calma. No porque se incluya el factor distancia en la ecuación de la relación, necesariamente el resultado va a tener que ser una tragedia griega: ¡no señor! Lo que si vas a tener que hacer, tanto tú como tu novio, es conciliar el factor distancia y sus implicancias. Tienen muchos elementos a su favor: videollamadas, redes sociales, inclusive comparten zona horaria. Es más, en tu caso, el factor distancia tiene un horizonte de tiempo definido, créeme, eso ayuda muchísimo. ¡Buenas noticias! Tu relación fácilmente podría continuar. Evidentemente, no de la misma manera que ha sido en los últimos años, pero, argumentalmente, eso podría ser algo bueno. ¡Tal vez sería una especie de aventura a probar!
Si, por otro lado, tu relación no puede resistir este cambio a corto plazo, significa que no era la adecuada para sostener y apoyar a ambos. En ese caso, evalúa la solidez de tu relación. ¿Es lo suficientemente fuerte como para resistir la distancia y los desafíos que implicaría una mudanza a larga distancia? Puede que sí, como que probablemente no lo sea, y no compense tanto luchar por ella.
Y si decides rechazar el trabajo y luchar por tu relación, no quiere decir que estas acabada profesionalmente. A veces, la solución no es un blanco o negro, sino un matiz de grises que puede satisfacer ambas partes. Considera las opciones intermedias. ¿Es posible trabajar a distancia parte del tiempo? ¿Puedes explorar oportunidades similares más cerca de casa? O tú que sabes, en un futuro pueden ofrecerte algo aún mucho mejor.
No voy a negar que las oportunidades profesionales como la que se te ha presentado no siempre tocan a la puerta. Sin embargo, no voy a negar que el amor y las relaciones sólidas son tesoros difíciles de encontrar. Nos guste o no, cuando se trata de tomar decisiones importantes, no hay respuestas ni definitivas ni universales. Solo elecciones y las consecuencias que las acompañan. Escucha tu intuición, equilibra tus prioridades y recuerda que esta decisión es tuya y solo tuya. Y con toda la sinceridad posible pregúntate a ti misma: ¿qué decisión te permitirá vivir con menos arrepentimientos en el futuro? ya que, lo más importante es que, al final del día, estés en paz con la elección que hagas. A fin de cuentas, no serás egoísta por elegir tus ambiciones antes que alguien más, ni tampoco serás ingenua por darle prioridad a tu vida sentimental.
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