Hace 5 años empecé una relación con un chico a quien conocí en la universidad. En verdad soy muy feliz con él, es encantador, amable, buenísimo y muy maduro emocionalmente. Podría decirse que los dos estamos super contentos. Sin embargo, hay un tema que me viene preocupando y no sé qué hacer. Nuestras carreras han ido en distintas direcciones. Desde que salimos de la universidad, ya he tenido más de 3 ascensos y he podido aumentar considerablemente mis ingresos. Sin embargo, él sigue estancado en un puesto y en un sector que no paga bien, y mostrando cero intenciones de cambiar a un trabajo mejor pagado. Ambos tenemos 27 años ahora, y no hemos tenido problemas entre nosotros por plata, simplemente dividimos las cuentas por igual. Sin embargo, no creo que sea tan sostenible esta situación a largo plazo. Sé que suena superficial de mi parte, pero si estoy pensando en un futuro y en empezar una familia en los próximos 3-5 años, y sé que con él no voy a tener la vida cómoda que me gustaría. ¿Esto es algo que debería tener en cuenta?
No te voy a negar que hay una especie de ley social tácita en la que se espera que el hombre sea el proveedor y el «pagador social» ya que la idea de masculinidad todavía está asociada con el concepto de poder y una de las manifestaciones más destacadas de este poder es la riqueza material. Es algo con lo que hemos crecido y estamos acostumbrados a ello. Y por más de que muchas amigas mías sean mega feministas, y les vaya extremadamente bien en sus carreras, no tienen problema en decir entre broma y broma que «se casaron bien» o que tienen puesto el ojo en «un partidazo» mostrando un evidente orgullo subyacente. Sin embargo, cuando una de ellas gana más que su pareja, generalmente hacen bastantes esfuerzos por disimularlo (ambos).
No estás 100% mal en preocuparte por esto, y no eres ni serás la única que piense lo mismo (vamos, ¡son los estereotipos que tenemos arraigados!) Pero creo que antes que nada necesitas un poco de perspectiva para abordar esta situación.
El dinero es, por supuesto, una consideración importante cuando se trata de tener una familia. Negarlo sería ingenuo, y preocuparte por la estabilidad financiera, no solo no es superficial, sino que es una parte fundamental de la planificación para el futuro, especialmente cuando se trata de construir una vida juntos y formar una familia.
Sin embargo, la solvencia económica no es el factor determinante de si alguien será un buen padre, co-padre y pareja. Y tú ya vas bastante tiempo con él como para saber o por lo menos tener indicios de si será un buen compañero a largo plazo para ti, y si te gustaría criar hijos con él. Durante este tiempo juntos, seguro habrán pasado ya momentos lindísimos como situaciones difíciles que habrán podido revelar cómo se apoyan ambos mutuamente y ver los valores del otro en acción.
He escuchado a madres expresar el deseo de que sus parejas ganen más dinero para hacer la vida familiar más fácil, pero esas quejas suelen ser superficiales. Las verdaderas preocupaciones surgen cuando hay ausencia o falta de compromiso hacia los hijos, falta de apoyo emocional en momentos difíciles, incapacidad para compartir responsabilidades domésticas o para apoyar a la pareja en su desarrollo personal fuera del hogar.
Entonces, date un tiempo para reflexionar lo siguiente, ¿Es paciente, generoso, buen humorado frente al caos? ¿Cuida de ti? ¿Celebra tus logros? ¿Se preocupa por tus sentimientos? ¿Es generoso? ¿Cariñoso? ¿Reacciona bien ante situaciones adversas o de mucho estrés? ¿Crees que realmente estará contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la bonanza y en la adversidad? Si lo que buscas es evaluar su evalúas su capacidad como padre, trata de darle más prioridad a estos aspectos que solo a su ingreso económico.
Si lo consideras necesario, después de evaluar todo esto, no estaría de más que converses con él para entender su perspectiva sobre su propia carrera profesional y las razones que tiene para quedarse en su trabajo actual, o tal vez esté abierto a explorar otras oportunidades si entiende tus preocupaciones. Probablemente puedas ayudarlo en el proceso. Sin embargo, también es importante ser realista sobre tus propias expectativas. Es posible que no esté en una posición para cambiar de trabajo o aumentar sus ingresos de inmediato, y eso está bien.
Tres años es mucho tiempo. ¿Quién sabe dónde estarás en tu carrera o dónde podría estar él en la suya en ese tiempo? ¿Quién sabe qué tipo de vida podrían querer vivir juntos para entonces? Disfruten el ahora, y no te olvides que la vida no siempre sigue un camino lineal, y es posible que ambos tengan que hacer sacrificios y compromisos en el camino hacia una vida juntos. Lo importante es que estén dispuestos a trabajar juntos como equipo para superar cualquier obstáculo que se presente, porque de eso se trata ser una pareja, de apoyarse, en las buenas y en las malas. Los dos por igual.
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