Visitamos siete nuevos restaurantes en Lima que marcan la pauta de la escena culinaria de la capital.
Por Luis Martín Alzamora
PICNIC
Tudela y Varela 191, San Isidro / @picnicclub.pe
Picnic, el nuevo restaurante de Rafael Osterling y Rodrigo Alzamora, ofrece una experiencia familiar y reconfortante. Ubicado en un pequeño pero especial semisótano de la conocida Tudela y Varela, la cocina es dirigida por Lukas Sifuentes, y el lugar se destaca por su atmósfera vibrante y su carta simple, corta pero muy atractiva. Tienen algunos platos clásicos presentados con el toque que los caracteriza, además de varios de autor. Desde piqueos para compartir hasta platos principales, Picnic ofrece una experiencia que combina lo conocido con lo sorprendente. El ambiente invita a probar los cocteles y la excelente carta de vinos.
Picnic es el lugar perfecto para disfrutar en familia, amigos, pareja o hasta para esos almuerzos clásicos de trabajo, en un entorno acogedor, relajado y con mucha onda.
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CLON
Av. Miguel Grau 903 A, Barranco / @clon.lima
Se puede decir que Clon es el hermano travieso de Mérito & Demo. El nuevo proyecto de Juan Luis Martínez –un joven chef venezolano que tiene casi una década viviendo en Lima–, nace, casualmente, a raíz de una serie de factores que se fueron dando en la mudanza que tuvo Demo cuando salió de Mérito. En el camino se encontraron con otro local más idóneo en la hermosa calle Domeyer, y este, que originalmente iba a ser Demo, terminó como Clon. Una propuesta cercana y más casual que el mayor y más exitoso de los hermanos, Mérito. El espacio es pequeño, no debe haber más de diez mesas y la barra. El ambiente es divertido, moderno y con mucha onda. En la carta brillan platos como las arepas o las conchitas a la brasa.
Algo que merece ser compartido es que la coctelería fue desarrollada por los chicos de Lady Bee. El postre que ya se compró a todo Barranco es el flan de coco. Nadie puede salir sin probarlo.
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MELANGE
Av. Santa Cruz 251, Miraflores / @melange.restaurante
El carismático chef Heine Herold, reconocido por su exitoso restaurante Catalina 555, presenta su nuevo proyecto en Lima: Melange. Ubicado en un semisótano en la avenida Santa Cruz, la carta de Melange ofrece platos peruanos con técnicas innovadoras y referencias internacionales, ofreciendo una experiencia diferente y atractiva. Se posiciona como una propuesta emocionante y con mucho futuro en la escena culinaria de Lima.
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FRINA
Av. Arequipa 9560, San Isidro / @frina.pe
La talentosísima Francesca Ferreyros nos trae Frina, su último y ambicioso proyecto, en el que presenta una carta basada en toda su vida, sus viajes, los lugares donde vivió y sus experiencias. Fiel a su estilo, el picante siempre va a tener protagonismo en su propuesta, pero Francesca, ahora más madura, ha sabido entender a su público y llegar al punto perfecto. El local es espectacular, chico, pero muy cómodo y espacioso, con un juego de espejos, plantas, cortinas y una romántica media luz que logra crear microambientes dentro del lugar. Ubicado dentro del nuevo Double Tree de San Isidro, es sin duda una de las aperturas más esperadas del año. Recomendamos reservar, ya que el aforo es pequeño y la acogida es grande.
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SALA OMAKASE
Santiago de Compostela 125, La Molina / @sala_omakase
Robby se preguntó un día: ¿cómo sería el restaurante al que iría todos los días? De ahí salió la idea, y enseguida se puso a darle forma. Siempre fue un apasionado de la comida nikkei, y sabía que ese era su camino. Sala Omakase es probablemente el tesoro mejor guardado de La Molina. Un muy lindo y pequeño espacio, con capacidad para diez personas por servicio. La propuesta se basa únicamente en la experiencia Omakase, es decir, te entregas a las manos del itamae y de lo que tiene pensado en ese día. La experiencia es personalizada, ya que, al llegar, el mismo chef se encarga de hacer una serie de preguntas para crear un perfil del usuario y, a partir de eso, empieza a diseñar el menú.
Son ocho pasos en los que se ven y sienten la técnica y el producto. Trabajan únicamente bajo reserva, y la recomendación es llamar con tiempo para poder asegurar un espacio, ya que el boca boca ha ido funcionando y sus reservas están a tope.
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BUCHE
Cantuarias y Moreyra 305, San Isidro / @buche.cocina
Sin duda, una muy emocionante inauguración en medio de la zona empresarial de San Isidro. Marco Piera y Jean Paul Barbieri, ambos cocineros y mejores amigos desde la niñez, siempre tuvieron el sueño de hacer un local juntos, hasta que, gracias a una serie de casualidades, se pudo hacer realidad. Buche ofrece comida sabrosa, de diario, pero muy bien ejecutada. Platos como el chaufa de lomo, la milanesa de corvina y su seco norteño son ir a ganador. Además, las porciones son bastante generosas. Buche rompe con las ofertas tradicionales de la zona corporativa, y viene a ponerle una cuota divertida al barrio.
El dato: su crema volteada se perfila como una de las mejores de Lima
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DHAASU
Mariscal La Mar 1267, Miraflores / @dhaasucocina
Liderado por la pareja conformada por Camila y Rishabh, Dhaasu debe ser una de las aperturas más interesantes en los últimos tiempos. Aunque no es un restaurante nuevo –antes estuvo en un pequeño y escondido local barranquino– su mudanza a la popular avenida La Mar, en Miraflores, lo ha hecho llegar a un público nuevo, que jamás imaginó que esta propuesta existía con un éxito rotundo en Lima.
La carta es sencilla y ofrece muchos de los platos más representativos de la cocina india. El olor en la calle se percibe a varios metros antes de llegar, y es una señal de que algo bueno está pasando adentro. La comida es fabulosa y con mucho sabor. El escenario ideal es ir varios en grupo, dejarse llevar por las recomendaciones, poner todo al medio y que empiece el goce.
Dato: atentos con el punto de picante; es mejor siempre preguntar.
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