4. Una niña de muchos padres
De padre ausente, Naomi fue criada por su abuela hasta los 12 años, porque su madre, Valerie, trabajaba como bailarina en Italia. De una familia matriarcal muy unida, fue tal vez la carencia de una figura paterna la que hizo que la modelo adoptara diversos «padres» a través de su carrera.
En uno de sus primeros viajes a París le robaron todo su dinero durante una sesión de fotos cuando dejó sus cosas. Sin saber qué hacer, aceptó cuando la modelo Amanda Cazalet se ofreció a llevarla al hotel, advirtiéndole que antes debía pasar donde un diseñador a recoger ropa. Fue así como se conocieron Naomi y Azzedine Alaïa, quizás el más grande creador de moda de nuestro tiempo, y el hombre a quien la modelo se refiere como «papa» y quien la llama «ma fille».
Naomi estableció relaciones similares con el gran Quincy Jones (cuyos hijos la llaman «la séptima hija») y con Chris Blackwell. Finalmente, la modelo se refirió a Mandela como «abuelo» hasta su muerte.