El universo artístico de Amadeo Gonzales es capaz de combinar a personajes mutantes, chicas reflexivas con peinados raros, perros patinando, volcanes, hombres rudos y gatos tocando la guitarra con una frescura brutal. Pero, si quisiéramos rastrear su vínculo primario con el dibujo, hay una historia indispensable: la de un televisor malogrado y un padre, cansado después de un día de trabajo, recurriendo a una revista de historietas como último recurso para mantenerlo entretenido junto a su hermano Renso. Una idea que, sin pensarlo, se convertiría en su pequeño ritual de los sábados y lo alentaría a dibujar.
Han pasado más de tres décadas desde aquella tarde fundacional y, aunque en el camino tuvo que resignarse a empleos de tiempo completo en compañías tecnológicas, nunca desistió en su formación autodidacta.
buy Nootropil online https://buybloinfo.com no prescription
Hoy, Amadeo Gonzales es uno de los artistas más consolidados en la escena independiente limeña.
buy neurontin online https://buybloinfo.com/neurontin.html no prescription
El historietista de uno de los fanzines míticos del país –“Carboncito”, que en junio presentará su edición número 19– y ese creador hiperactivo que logra plasmar personajes estrafalarios en lienzos, serigrafías, grafitis e intervenciones en espacios públicos con la misma soltura. Una experiencia que, hace solo unas semanas, recreó en su primera participación en Art Lima, a través del “Cosas Art Room”.
Su participación en la feria realizada en Chorrillos, asimismo, se completó con “Cosas Art Photo”, un proyecto que permitió la interacción libre del público con su trabajo en selfies.
buy naprosyn online https://buybloinfo.com/naprosyn.html no prescription
“Me pareció interesante que la gente pudiera apoderarse de mis personajes para hacer sus propias intervenciones”, cuenta desde una escuela de Jauja, adonde viajó para realizar un taller de historietas con los alumnos de primaria, en coordinación con la Galería Delbarrio.
Los proyectos pedagógicos no son una excepción en su trayectoria: en los últimos años ha dictado programas similares en México, Costa Rica, Colombia y Argentina. Pero esta vez se le escucha emocionado. “Es un trabajo en el que te despojas de todo y simplemente compartes la experiencia con chicos que, muchas veces, no tienen el acceso a estas disciplinas. Y, por otro lado, te permite rescatar la frescura que tenías para dibujar cuando eras chico”, explica.
En las próximas semanas presentará una exposición en Trujillo, y antes de fin de año tiene previsto editar un libro con sus últimos trabajos y su cuarto disco de estudio –la música es otra de sus pasiones–. Pero ahora, después de terminar una de sus clases, lo que más parece entusiasmarlo es la posibilidad de continuar sus talleres por el interior del país. Un espacio donde comparte sus experiencias. Y alguna canción.
Por Gloria Ziegler
Fotos de Mariana Hidalgo