El 26 de enero del 2020, Kobe Bryant se dirigía a un partido de baloncesto con su hija Gianna, cuando el helicóptero en el que se encontraba se estrelló contra la ladera de una montaña, en California. Su repentino fallecimiento, hace ya un año, sigue conmocionando al mundo entero.
Por Laura Alzubide / Twitter: @lalzubide
¿Cuál es la medida de una leyenda? ¿Es la impresionante anotación de 81 puntos en un solo partido? ¿Cinco campeonatos de la NBA? ¿El premio al jugador más valioso de la liga? ¿Dos medallas de oro olímpicas? ¿Dieciocho participaciones en el All- Star? El legado de Kobe Bryant, la figura más grande del baloncesto moderno después de Michael Jordan, vale más que las miles de imágenes que se han difundido después de su fallecimiento, en un accidente de helicóptero en el murieron nueve personas, incluida su hija Gianna, de tan solo trece años.
Kobe Bryant amaba el baloncesto por encima de todas las cosas. Y el baloncesto le respetaba por encima de cualquier otra figura de este deporte. “No hay palabras para expresar el dolor que siento”, escribió su excompañero Shaquille O’Neal, con quien ganó tres títulos. “Fue un competidor feroz, uno de los grandes de este deporte y una potencia creativa”, afirmó Michael Jordan. “Como hinchas de los Celtics, no pensábamos que Kobe Bryant podía romper nuestros corazones una vez más. Estábamos equivocados”, dijo Sean Grande, locutor del equipo de Boston, eterno rival de los Lakers. “Nuestra organización ha decidido que el número #24 no será usado nunca más por un Maverick”, declaró Mark Cuban, propietario de la franquicia de Dallas. Y es probable que, a partir de ahora, todos los equipos de la NBA retiren el dorsal con el que Bryant ganó sus dos últimos campeonatos.
Cinco campeonatos y un Premio Oscar
Kobe Bryant nació en Filadelfia, en 1978. Hablaba fluidamente italiano –su padre jugó en Italia cuando era niño– y español –su mujer era de ascendencia mexicana–, además de inglés. Amaba el fútbol y era hincha del Milán. La Mamba Negra, como era conocido, era un modelo a seguir no solo por su forma de jugar, sino también por su inteligencia y ambición. Fue elegido en el draft de la NBA en 1996 y en su segunda temporada ya despuntaba con la camiseta de Los Angeles Lakers. Sin embargo, no se conformaba con ser un anotador excelso. Ni siquiera con los tres campeonatos que ganó bajo la sombra de Shaquille O’Neal. En los años 2009 y 2010, se llevó dos títulos más, ya como líder absoluto del equipo.
Las actividades que realizó tras su retirada, en 2016, revelan que también era un grande fuera de la cancha. No solo se convirtió en un exitoso inversionista y creador de marcas. En 2018, “Dear Basketball”, un filme producido y escrito por él mismo, obtuvo el Premio Oscar al Mejor Cortometraje Animado. “La mayoría de la gente recordará a Kobe como el atleta magnífico que inspiró a toda una generación de jugadores de baloncesto. Pero yo siempre lo recordaré como un hombre que era mucho más que un atleta”, ha explicado Kareem Abdul-Jabbar, otro histórico de este deporte.
Pocos días antes de la tragedia, LeBron James superó a Kobe Bryant para convertirse en el tercer máximo anotador de la historia. “Le admiraba cuando estaba en el instituto”, ha contado James, quien ahora viste la camiseta de los Lakers. “Lo usé como motivación. Me ayudó antes de conocerme a mí gracias a lo que logró hacer. En este punto de mi carrera, poder compartir la misma camiseta, estar con esta franquicia histórica y representar el púrpura y el oro es muy aleccionador. Kobe es una leyenda, eso es absolutamente seguro”.
Descansa en paz, Kobe. Tu legado no será olvidado. ‘Mamba Mentality Forever’.