El economista y especialista en estrategias corporativas, Carlos Niezen, analiza el complicado escenario económico peruano ante la crisis del coronavirus. ¿Qué pueden hacer las empresas?
Por: Carlos Niezen, economista.
Acaba de publicar el libro “Mentalidad estratégica”, con editorial Planeta.
Enfrentamos un difícil entorno epidemiológico y económico causado por la pandemia del Covid-19. Si bien el gobierno ha decretado el estado de emergencia nacional por quince días, para “aplanar la curva” y lograr que nuestro sistema de salud pueda atender la demanda por servicios médicos, quince días no serán suficientes. Si vemos los casos de China y Corea del Sur, podemos notar que son ciclos de tres y siete semanas en casos como China. Asimismo, después de ese periodo, y mientras no se aplique una vacuna del coronavirus de manera masiva, se podrá reducir la epidemia, pero no eliminarla.
En los siguientes meses aun existirán algunas restricciones que limitarán la recuperación de la economía. Es muy probable que, dado el pobre desempeño de las empresas en los últimos años, estas entren al periodo de emergencia debilitadas y salgan en una situación precaria. Dado ese contexto, ¿qué pueden hacer las empresas?
El corto plazo
Las empresas deben procurar el cuidado de sus empleados y su supervivencia financiera. Primero se debe determinar qué se puede hacer remotamente (funciones de soporte como finanzas, recursos humanos, compras, y otros) y qué se debe hacer desde el centro de trabajo. Asimismo, se deben tomar todas las medidas para proteger a los empleados que asistan al centro de trabajo (proporcionando mascarillas y asegurando la distancia necesaria), e identificar cualquier rebrote de coronavirus inmediatamente.
En el aspecto financiero, durante el otoño se deberá trabajar en la supervivencia a través del fondeo de corto plazo. Entre las posibles medidas está el desprenderse de activos no esenciales como inventarios, terrenos, vehículos, etcétera. También habrá que negociar los pagos con los proveedores para posponerlos o reducirlos. Si fuera necesario, se debe buscar financiamiento adicional con bancos, fondos propios o proveedores.
Será necesario ajustar la estructura de costos a la nueva demanda que se presentará. Entre las opciones se encuentra el cuestionarse astutamente todas las compras que se hacen a proveedores, y todas las funciones que brinda el negocio.
Debemos definir cuál es el “core” o “núcleo” del negocio. El “core” lo conforman aquellos productos, segmentos, canales y geografías en las que generamos la mayor rentabilidad; a eso se suman las capacidades que nos generan ventaja competitiva. Son esos músculos que nos distinguen y nos permiten ganarle a la competencia. Por ejemplo, en el caso de una empresa de productos de consumo masivo, ese “core” seguramente es Lima, el canal de supermercados, los alimentos de primera necesidad, el segmento B y C, y capacidades como la segmentación de clientes, la mercadotecnia, y el desarrollo de nuevos productos. El resto, no es “core”: procesos como el pago de nómina, cuentas por pagar, y más, se pueden tercerizar.
Por último, de ser necesario, se debe considerar fusionarse con algún competidor o inclusive la liquidación.
Mirando más allá
Existirán empresas que saldrán bien libradas de esta situación, ya que estaban bien capitalizadas antes de la crisis ocasionada por el coronavirus. Si ese es el caso, este será un buen momento para invertir en nuevos productos y servicios, fusiones y adquisiciones, e incrementar la participación de mercado.
Savi Baveja, Steve Ellis y Darrell Rigby –mis antiguos socios en la firma de consultoría global Bain & Co. – identificaron que durante períodos de desaceleración económica es cuando ocurre la mayor migración de empresas de bajo desempeño hacia los primeros lugares de su industria. También es cuando la mayor cantidad de empresas líderes cae a los últimos lugares.
Si hoy miramos a las principales empresas del sector privado, encontraremos a varias que se fortalecieron a principios de los noventa (Alicorp, Grupo Gloria), cuando aún combatíamos la hiperinflación y el terrorismo. Esta crisis del coronavirus, también puede ser la oportunidad para distintos rubros, como salud, limpieza, tecnología para trabajo remoto, educación a distancia, y todo aquello que permita comunicación entre personas a distancia o entregas a domicilio.
Enfrentamos una situación muy compleja, pero contamos con múltiples palancas para amortiguar el impacto, o inclusive salir airosos. Es momento para reflexionar y tomar decisiones que permitan la supervivencia del negocio, y el éxito posterior. No lo postergue.