Desde una de las ciudades más afectadas por el coronavirus, Madrid, y en plena cuarentena que hace aún más grandes los retos logísticos, Raúl Tola conversa con el Embajador del Perú en España, Claudio de la Puente, sobre los esfuerzos por atender a la comunidad peruana y la gestión de los vuelos humanitarios de regreso a Perú.
Por Raúl Tola
Claudio Julio de la Puente Ribeyro ingresó al Servicio Diplomático en 1978. Desde entonces ha vivido en medio mundo (Washington, Dinamarca, Bélgica, Colombia), desempeñándose como Embajador en Australia, Reino Unido e Irlanda, como Representante Permanente ante los Organismos Internacionales en Ginebra. Su carrera lo llevó a Viceministro de Relaciones Exteriores y a afrontar más de una crisis, como el ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001, cuando se desempeñaba como Encargado de Negocios en Washington. Sin embargo, como confiesa, ningún desafío iguala en complejidad y magnitud al que toca vivir ahora que es Embajador en España en plena crisis sanitaria por el coronavirus.
¿En la Academia Diplomática se reciben cursos para afrontar este tipo de crisis?
Una crisis de este tipo escapa a cualquier previsión, es una circunstancia absolutamente inesperada, inédita por su magnitud. Sin embargo, dentro de los cursos de formación consular, particularmente en lo que se refiere a la atención de nuestras comunidades en el exterior, examinamos posibles situaciones y escenarios complejos que requieren de la atención y protección especial a nuestros connacionales. Además, nuestra carrera nos obliga permanentemente a cambiar de destino y entorno, lo que fortalece nuestra capacidad de adaptación e innovación.
En esta situación tan complicada nos hemos visto obligados a reinventarnos, a repensar la manera en que funcionamos, la Cancillería ha hecho una reingeniería muy rápida de los recursos humanos para poner el grueso de nuestra labor a disposición de los peruanos en el exterior, naturalmente sin descuidar otras áreas. Por ejemplo, aquí en España, a pesar de tener funciones diferentes, la Embajada y los Consulados hemos formado un solo equipo. Quienes trabajamos en la Embajada, funcionarios diplomáticos, agregados y servidores administrativos, nos hemos puesto enteramente a disposición de los Consulados y estamos empleando todas las herramientas digitales e informáticas para estar conectados en tiempo real. Así hemos hecho que la labor de asistencia a los peruanos sea más eficiente y coordinada.
Esta es la crisis más grave que a usted le ha tocado enfrentar y supongo que pasa lo mismo con Cancillería, al menos desde la Guerra con Chile.
Yo no recuerdo, desde que me inicié en la carrera hace 43 años, una coyuntura tan complicada como esta. Ha habido episodios diplomáticos complejos, pero este tipo de afectación —no solo de nosotros sino de toda la comunidad internacional— es un reto que escapa totalmente a lo imaginable y a las capacidades existentes, tomando en cuenta además que no terminamos de saber contra qué estamos luchando. Sabemos algo del coronavirus, pero no todo lo que necesitamos saber.
Pero, además, a usted le ha tocado estar en el epicentro de la crisis. Luego que Italia y antes que los Estados Unidos, España ha sido el país del mundo más golpeado por el coronavirus.
España ha sido golpeada con particular dureza por esta pandemia que evoluciona saltando de un país a otro. Vemos las cifras y cuesta decirlo y asimilarlo, pero el día de hoy [jueves 9 de abril] se produjeron 683 muertes, lo que da un total de 15,238 acumuladas desde que comenzó el problema. Para hacernos idea de la magnitud de esta emergencia y de su dramática evolución, hace un mes España registraba poco menos de 30 muertes. Nos ha tocado a todos los colegas de la Embajada y de los Consulados enfrentar una situación particularmente difícil, acaso irrepetible, pero creo que ha servido para reeducarnos en nuestra labor. Se requiere de mucha imaginación para enfrentar la cantidad de problemas simultáneos que supone esta pandemia, considerando además que en España vive la mayor comunidad peruana en Europa y una de las mayores del mundo, lo que hace especialmente intensa nuestra labor. Pero hemos asumido este reto con la mayor responsabilidad, determinación y optimismo.
Peruanos en España
Para hacernos una idea: ¿cuántos peruanos viven en España?
Se estima que somos 200 mil los peruanos que vivimos en España. 100 mil de ellos en Madrid, no menos de 40 mil en Barcelona y luego importantes concentraciones en Andalucía, Valencia, País Vasco y otras comunidades. Estamos hablando de una comunidad muy bien asentada, que ha demostrado un enorme sentido de responsabilidad frente a esta crisis. Los peruanos se vienen comportado ejemplarmente, acatando este riguroso aislamiento social. Hay muchos casos de solidaridad entre los connacionales. Profesionales de la salud peruanos están en el frente de batalla. Tenemos también la colaboración de algunos médicos peruanos que amablemente y de manera anónima se han ofrecido a la Embajada y estamos trabajando con ellos para atender telefónicamente algunas situaciones complicadas. Usted sabe lo saturados que están los hospitales, pero nos la hemos ingeniado para que una red de médicos peruanos pueda asistir telefónicamente, dar recetas y ayudar a quienes están en situaciones complicadas.
¿Se tiene un cálculo del número de peruanos ilegales en España?
Es difícil estimar el número, precisamente por la condición migratoria irregular y la naturaleza de dicha información. En todo caso, una de las decisiones tomadas por el gobierno español desde que se decretó el estado de alarma es que todos los plazos vinculados a procedimientos administrativos quedan en suspenso. De modo que aquellas personas que estaban con plazos de permanencia por vencer no tienen problemas porque su situación se congela hasta que volvamos a la normalidad.
Se lo preguntaba porque quienes están en situación migratoria irregular también son un grupo vulnerable. Muchas personas ilegales tienen temor de acercarse a las autoridades y a la sanidad pública porque creen que pueden ser detenidos y deportados.
Nosotros no hacemos distingo alguno entre el ciudadano peruano residente, con visa de estudiante, turistas que se encuentren dentro de los plazos de estadía en la zona Schengen o quienes se encuentran en situación migratoria irregular. Les brindamos la asistencia a todos con la plenitud de derechos que tienen. Algunos peruanos en situación migratoria irregular se han acercado a los Consulados y han recibido la colaboración a nuestro alcance, incluso asistencia económica para que puedan solventar sus necesidades en estos momentos tan complicados.
El principal problema que ustedes están enfrentando es el de los peruanos varados en el exterior. Solo en España se llegó a contabilizar a 1,500 de los 14,000 peruanos varados en el mundo.
Son cifras aproximadas. Naturalmente, han bajado con el centenar de peruanos que viajaron el jueves 9 de abril, 99 para ser precisos. También hay que recordar que hace cerca de una semana, a través de una gestión coordinada con otras embajadas en Europa, supimos de unos vuelos en Alemania y Holanda. A través del Consulado General de Barcelona se pudo evacuar a 28 connacionales, a otro tanto desde Sevilla y un grupo menor por Ámsterdam. La cifra total es variable porque algunas personas se desplazaron de una ciudad a otra cuando pudieron y se registraron en distintos consulados, especialmente entre Barcelona y Madrid. En este momento estamos hablando de entre 1,300 y 1,400 peruanos que permanecen varados en España.
Vuelos humanitarios
Quería preguntarle por la repatriación ocurrida el 9 de abril: 99 peruanos se embarcaron en el aeropuerto Adolfo Suárez – Barajas cerca del mediodía de Madrid, aproximadamente las cinco de la mañana de Lima, para volver al Perú. Todos estos vuelos de repatriación vienen siendo manejados con extrema cautela.
Estamos en permanente comunicación con la comunidad peruana a través de todos los instrumentos informáticos a la mano: página web, Facebook, correo electrónico, teléfonos de emergencia, etcétera, y actuamos con la mayor transparencia posible. Naturalmente, siendo España el foco de la pandemia en Europa —junto con Italia—, tomando en cuenta cómo ha sido castigado el país, así como la alta incidencia que tiene el coronavirus, especialmente en la capital, estamos obligados a ser muy cuidadosos, a seguir estrictamente los procedimientos y a observar las prioridades que son establecidas por las autoridades en Lima, incluyendo el número de connacionales que es recomendable embarcar en los vuelos.
Lamentablemente, en los vuelos pasados no fue posible la repatriación de peruanos. Esto se debió por un lado a la alta incidencia de la pandemia aquí en España y, por otro, a la capacidad logística para poder albergar a los compatriotas que llegan del exterior. Hemos mantenido estrecha coordinación con la Cancillería —y, a través de ella, con otras autoridades— para hacer posible que, en este vuelo de Estado, solicitado por el gobierno de España para repatriar a sus connacionales que permanecen en el Perú, podamos embarcar hasta cien compatriotas. Hicimos las consultas, pedimos las autorizaciones y nos indicaron ese número. Entonces emprendimos un trabajo muy cuidadoso desde la Embajada y los Consulados para incluir no solo a peruanos varados en la capital sino en distintas zonas de España. Hemos repatriado casi 60 peruanos de Madrid, 21 de Barcelona, 10 de Bilbao, 8 de Valencia y algunos menos de Sevilla. 99 en total. Sé que es una cantidad aún pequeña para el número de peruanos que quedan en el país, pero abrigo la esperanza de que continuemos ayudando a nuestros connacionales para que puedan embarcarse en próximos vuelos.
¿Qué criterios primaron en la selección de este grupo de repatriados?
Recibimos indicaciones precisas de Lima de priorizar a las personas vulnerables, principalmente desde el punto de vista de la salud. Algunos connacionales varados que pudieron certificar problemas médicos, grupos familiares con personas mayores o menores de edad, personas con condiciones especiales o capacidades limitadas de movilidad (varios viajeros venían en sillas de ruedas). Fundamentalmente, problemas de salud declarados o demostrados ante la autoridad consular y también personas mayores de 65 años y menores de 15.
Hay que entender que estas personas no llegan al Perú a reunirse con sus familias…
Han sido debidamente alertadas de que a su llegada al Perú tienen que pasar por un período de cuarentena de 14 días en lugares designados por el gobierno. La obligatoriedad de la cuarentena es uno de los factores que el gobierno viene manejando con mayor prudencia para no saturar la capacidad instalada de las personas que van llegando. Al tener que pasar 14 días de cuarentena no hay una circulación muy rápida de quienes llegan.
Imagino que el traslado de estos 99 peruanos fue una operación muy compleja y delicada, que supuso mucho trabajo previo.
Hemos estado trabajando casi una semana en la preparación de este vuelo. Primero identificando a los peruanos con mayor vulnerabilidad, coordinando con los consulados para que no sean solo repatriados desde Madrid y luego proveyendo a la aerolínea de la información sobre los pasajeros. Naturalmente, la operación supuso varios desplazamientos. El avión salía a mediodía y quienes venían de fuera de la capital debían estar en la víspera. Quisiera destacar el nivel de compromiso del personal diplomático en esta difícil tarea. Así, por ejemplo, dos jóvenes funcionarios de nuestro Consulado en Barcelona acompañaron a los peruanos que vinieron desde esa ciudad a Madrid, llegaron con ellos a la estación de trenes de Atocha, les consiguieron alojamiento y finalmente los condujeron hasta el aeropuerto. El consulado aquí en Madrid puso a disposición de los peruanos varados dos autobuses para transportarlos a Barajas.
Ha habido presencia de hasta seis funcionarios en el aeropuerto para atender a nuestros compatriotas y todo se ha desarrollado en estricto orden. Todo ha supuesto una cantidad de trabajo enorme, una labor muy cuidadosa y una coordinación tanto con Lima como con la Cancillería local, la aerolínea y la Policía. Tengo que decir que los connacionales no solo se han mostrado agradecidos, sino que además han tenido un magnífico comportamiento, respetando estrictamente las rígidas normas que regulan los escasos vuelos que salen del aeropuerto de Barajas. Ha habido mucho orden, ningún incidente, todo se desarrolló con normalidad y el vuelo salió a la hora prevista.
Peruanos afectados
¿Existe una contabilidad de los peruanos fallecidos por coronavirus en España?
Lamentablemente hasta el momento tenemos registro de 18 peruanos fallecidos. Son 14 hombres y 4 mujeres, de edades que fluctúan entre los 40 y los 89 años. La mayoría residían en Madrid, 4 en Barcelona, uno en Sevilla y otro en Alicante. Quiero precisar que todos son residentes peruanos en Madrid, alguno incluso con doble nacionalidad. Tenemos también registro de algunos peruanos que están contagiados: 41 personas en las zonas de responsabilidad de los distintos consulados, pero es posible que la cifra sea mayor, habida cuenta del número tan importante de peruanos que viven aquí. La legislación española protege la reserva de identidad, de manera que es muy difícil saber de fuente local cuántos peruanos están en esta situación. Son más bien los consulados los que, en contacto con la comunidad, van tomando registro de los casos.
¿Cómo es su diálogo con el gobierno de España?
A pesar de las dificultades obvias que impone el aislamiento social, el diálogo ha continuado con relativa fluidez. Hemos estado en contacto con la Cancillería española, por ejemplo, para las coordinaciones relativas a la repatriación de connacionales y las autorizaciones de vuelos. Tenemos también contacto con otros despachos, a nivel de los viceministros, en gestiones orientadas al posible suministro al Perú de materiales y equipos médicos necesarios para el control de la pandemia.
También coordinamos con otras embajadas en Europa y con las autoridades españolas correspondientes para asegurar la continuidad de nuestras exportaciones y facilitar el tránsito y los procedimientos sanitarios. Además, hemos facilitado la comunicación directa entre autoridades de ambos gobiernos. Así que, a pesar de que los funcionarios permanecen en sus hogares, como es mi caso, la actividad continúa. La superación de esta crisis requerirá, necesariamente, de la cooperación y solidaridad de gobiernos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil. Todos estamos obligados a aportar con responsabilidad lo que nos corresponde. Juntos, estoy seguro, superaremos este enorme desafío.