Taís Araujo y Lázaro Ramos, probablemente la pareja más famosa de Brasil en estos momentos, visitarán próximamente nuestro país para participar en la vigésima edición del Festival de Cine de Lima. Actualmente, son protagonistas de “Mister Brau”, teleserie cómica que rompe en sintonía en el horario estelar de Rede Globo, pero a ellos los une mucho más: para empezar, están casados desde hace cinco años (aunque su relación lleva más de una década) y son padres de dos hermosos niños –João Vicente y Maria Antônia–, que probablemente los acompañen en su inminente viaje al Perú. Pero no solo eso: la solidez de su relación personal se prolonga también al ámbito laboral, porque “Mr. Brau”, la hilarante sitcom que acaba de estrenar su tercera temporada, no es el único proyecto que tienen en conjunto.

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“Ahora solo tengo proyectos con Lázaro”, dice Taís entre risas. Ambos trabajan juntos en la obra teatral “O Topo da Montanha” y en la comedia televisiva “Mister Brau” (que puede verse en el Perú a través del cable, en la señal internacional de Globo).

Taís, ¿cuán importante fue para ti “Xica da Silva”? Luego de ese papel también marcaste un hito al ser la primera protagonista negra de una telenovela de Globo en el horario estelar…
No fue “luego”, ya que pasaron siete años entre un papel protagónico y otro, en “El color del pecado”. Después de “Xica da Silva” pasé a Globo, donde estuve durante todo ese tiempo haciendo papeles chicos o secundarios. Cuando yo empecé era una niña, no tenía experiencia, por lo que esos siete años en Globo me sirvieron también para aprender, estudiar y mejorar como actriz. Debo decir que desde “Xica..” hasta hoy las cosas cambiaron en Brasil, pero no tanto. Hay muchas otras actrices negras muy buenas, pero ninguna ha tenido las oportunidades que yo tuve en su momento. El cambio de verdad llegará cuando todas tengamos exactamente las mismas chances.

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Taís Araujo estudió Periodismo en la universidad. Lázaro debutó como actor en su Bahía natal, en la compañía Bando do Teatro Olodum.

Lázaro, ¿qué se debe hacer para que los actores negros tengan más oportunidades?
(Respira hondo) Hace once años conduzco un programa de entrevistas en el cable, en el que periódicamente se habla, se reflexiona y se discute sobre eso, y lastimosamente aún no tengo una respuesta para tu pregunta. Hay poquísimos guionistas negros. Eso haría la diferencia. Lo mismo con los directores de casting. No deben buscar actores negros solo cuando el guion indica que el personaje es negro: nosotros podemos hacer cualquier tipo de papel. Eso es algo que tiene que ver con mi carrera: quizás lo que me haya diferenciado en el mercado de trabajo es que yo empecé en el cine, cuando los cineastas en Brasil estaban eligiendo contar historias en las que los papeles protagónicos eran personajes que se parecían a mí. Algo así como los héroes no oficiales del país, los héroes del pueblo. Así fueron los primeros filme que hice: personajes riquísimos, como “Madame Satá”, y otros, pero que ofrecían una nueva cara del Brasil. Gracias al éxito de esas películas fui llamado para trabajar en la televisión, pero mi caso es parecido al de Taís: soy una excepción. No todos tienen las mismas oportunidades.

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Lázaro está preparando una nueva película como director. Taís está a punto de estrenar la película “O Roubo da Taça”.

“Madame Sató” fue un hito para tu carrera. Con ella, además, ganaste el premio a Mejor Actor del Festival de Cine de Lima 2003. Hablemos de esa película…
¿Sabes que yo adoro el Festival de Lima? Tenemos mucho cariño por sus organizadores y por la ciudad. Pero tienes razón, “Madame Satá” fue muy importante, marcó un antes y un después para mí. Antes de esa película, yo había actuado ya en unas veinticuatro obras de teatro en Bahía, en el nordeste de Brasil, mi ciudad natal, en un grupo muy importante llamado Bando de Teatro Olodum. Allá mi trabajo era conocido, pero fuera de Bahía nadie sabía quién era. “Madame Satá” cambió mi manera de entender la actuación, gracias también a un director fabuloso, como Karim Aïnouz, que todo el tiempo me desafiaba como intérprete. Además, junto con la película pude viajar por el mundo. Gracias a “Madame Satá” gané treinta y cinco premios internacionales. Fue algo lindísimo. Esa película cambió mi manera de elegir los personajes. Desde entonces entendí que no debía tener miedo a los desafíos, sino todo lo contrario, que era necesario buscarlos.

Por Raúl Cachay A., desde Río de Janeiro
Fotos de Jorge Bispo

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