Isabel Preysler presenta facetas poco vistas de su personalidad en “La marquesa”, reality presentado por su hija Tamara Falcó.

Por Sergio Herrera

La marquesa se ha posicionado como uno de los grandes estrenos de Netflix en España. Y no es para menos. El reality show conducido por Tamara Falcó se enfoca en los aspectos más inéditos de la vida de su madre, Isabel Preysler. La socialité hispano-filipina es quizás uno de los personajes más herméticos de la farándula española.

Sin embargo, el formato documental de la serie permite retratar desde una nueva óptica. El espectador es testigo de su rutina diaria y de las interacciones con su hija Tamara. Estos son algunos de los múltiples detalles que se revelan sobre su vida a lo largo de seis capítulos. Resulta una sorpresa que Isabel haya decidido aprobar este proyecto, pues su hermetismo suele alcanzar incluso a los miembros de su familia.

“Mi madre es muy impasible. Nunca se sabe lo que está pensando. En eso somos completamente distintas”, confiesa Tamara en uno de los capítulos. Ahora gracias a Netflix, nos enteramos del presente de Isabel, aunque también de su historia turbulenta. Así, conocemos sus alocadas fiestas en Studio 54, la mítica discoteca del Nueva York de los 70. También repasamos su poco interés por el matrimonio, debido a tres experiencias fallidas. Y por último, del desastre que significó su primera cita con Mario Vargas Llosa.

Su paso por Studio 54

Studio 54

Collage de fotos de Studio 54, la icónica discoteca neoyorquina que estuvo abierta entre 1977 y 1980. Durante su corto periodo de vida, fue escenario de escándalos y el local de fiestas preferido de varias celebridades de la época. Desde Mick Jagger hasta Donald Trump.

En un momento del documental, Tamara Falcó asiste al desfile de Carolina Herrera en Nueva York. Allí, no tarda en descubrir la estrecha amistad que existe entre la diseñadora venezolana e Isabel Preysler. Una relación que hasta entonces era desconocida por el gran público. “Nos hemos divertido como unas locas. Y hemos bailado hasta las cinco de la mañana”, le cuenta Carolina Herrera a Tamara. Ambas compartieron noches de fiesta y desenfreno en Studio 54 y otras discotecas de la época. Ante tal revelación, Tamara se quedó sorprendida. “Es que no me las imagino yendo juntas a Studio 54 y fueron. Me hace gracia porque yo las veo tan elegantes y tan peripuestas”.

La primera cita con Vargas Llosa

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

El documental también reveló un secreto poco conocido de Mario Vargas Llosa: su fobia a los alimentos con semillas.

Ya en la actualidad y con un estilo de vida más sosegado, Isabel suele viajar a Nueva York con Mario Vargas Llosa. Ambos terminan ganando. Preysler disfruta de las compras y el Nobel se pasea por las surtidas librerías que incluyen primeras ediciones.

La relación de siete años no tuvo el mejor inicio. En el documental, Isabel confiesa que su primera cita con Vargas Llosa fue “desatrosa”. Todo comenzó por un detalle aparentemente insignificante. Cuando fueron a almorzar, Isabel pidió un plato de aceitunas. El problema es que Vargas Llosa tiene una fobia a los alimentos con pepas o huesos. Es un trauma que Isabel desconocía, por lo que el autor de Conversación en la Catedral estuvo incómodo durante toda la cita. “Pero no me atreví a decirle nada”, confiesa el Nobel a Tamara entre risas. “Esas cosas que me traumatizan son perfectas para un escritor. El psicoanálisis no me interesa nada. A mí me interesa que haya muchas cosas oscuras en mí. Yo quiero estar muy desequilibrado a la hora de escribir”, asegura.

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