Durante los últimos 5 meses he estado llevándome super mal con mi -ahora ex- sobre todo porque él está demasiado estresado con su trabajo y demás temas personales que le están pasando. Hace una semana terminó conmigo después de una de nuestras recurrentes peleas, y en verdad me cayó como un baldazo de agua fría. No hemos hablado desde entonces, y no quiero contactarlo tampoco, ya que no solo estoy bastante dolida, sino que una parte de mi está resentida con él. Sin embargo, quería preguntarte: ¿Qué tanto debo esperar para tratar de salir nuevamente con alguien? ¿Funciona eso de un clavo saca a otro clavo?
Siempre me quedará la duda si lo de “un clavo saca a otro clavo” es puro egoísmo o por el contrario es simplemente instinto de supervivencia, pero terminar una relación siempre es difícil, seas tu quien la corte, haya sido de mutuo acuerdo, o peor, te hayan dejado inesperadamente. No creo que haya una regla escrita sobre cuál es el rango de tiempo apropiado salir nuevamente con alguien, por el contrario, cada persona tiene sus propios tiempos y ritmos de recuperación y duelo, pero lo que sí tengo claro es que una ruptura amorosa nos enseña mucho de nosotros mismos; de nuestra forma de comunicarnos y de cómo afrontamos nuestros conflictos y sobre todo nuestras inseguridades.
Ay, Pablito clavó un clavito… suena infantil pero bueno, sea como sea, es un juego de alto riesgo, sobre todo porque al terminar una relación muchas personas caen en esa soledad de decir se acabó esta relación, ¿ahora qué hago? Asi que preguntate a ti misma, ¿quieres salir con alguien ahora porque tienes miedo a estar sola? ¿o porque estás tan dolida que en estos momentos lo único que necesitas son primeros auxilios emocionales que te hagan acordar que existe vida después del desamor?
Tienes que ser muy sincera contigo misma ya que el gran error de querer intentar sacar un clavo con otro clavo es no tener completamente claro el propósito del clavo. Si te engancha aún más el primer clavo, o quedan ambos mal clavados, o inclusive no encaja ningún clavo, ni con ayuda de tarugo, total: el único clavado resultó siendo Pablito.
Si “un clavo saca a otro clavo” funciona, dependerá del caso. Si no estás segura al 100% de querer enterrar completamente a tu ex, te recomiendo que no lo intentes, ya que eso de meter a un tercero y luego querer regresar a la monogamia, en mi experiencia, se va a convertir en un espiral de problemas y vas a terminar abriendo una caja de Pandora que no vas a poder cerrar.
Por otro lado, si no hay forma de que regresen, un clavo te puede ayudar tanto a ganar perspectiva para darte cuenta si en tu relación anterior andabas como mendiga feliz con migajas de cariño, o para resetear el PC, o como me gusta decir: una limpia de paladar. Vendría a ser un equivalente a los jengibres o “gari” que te sirven en los sitios de sushi, cuyo propósito es neutralizar el sabor cuando pasamos de un pescado al otro. Nada más están ahí, entre marisco y marisco, para limpiarnos el paladar y que podamos saborear plenamente la siguiente proteína. Y finalmente el último clavo, ese gustito que te das para que tu ex sepa que tu tabla no se queda sin clavar.
Sea cual sea, ya sé que te quieres dar una despelucada, o quizá te urge resetear el cassette, es muy importante que tengas muy en claro qué tipo de clavo es el que necesitas antes de ir a la ferretería. Se clara con el clavo, la idea es dejar huella, no cicatriz, y se clara contigo misma, ¿realmente necesitas un clavo? Y de ser así, con mucha precaución, no vaya a ser que confundas el kion con pescado, y luego te termines enamorando.
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