Luego de volver al Perú y tras su mediática separación, la empresaria e influencer se confiesa sobre su presente y el torbellino de emociones que significaron los últimos meses en su vida. Somos el primer medio en conversar con Carolina, quien, desde la comodidad de su hogar, revela las situaciones que tuvo que enfrentar a raíz de poner fin a su noviazgo.

Por: Diego Ochoa Acosta

Acaba de terminar una relación que fue muy comentada en medios y, con justa razón, prefirió guardar un respetable silencio hasta hoy. Pasada la tormenta y en la tranquilidad de su acogedor hogar, nos narra pasajes dolorosos que le han servido para convertirse en una mejor versión de sí misma.

Además de influencer, Carolina tiene empresas vinculadas al sector moda y hotelería.

¿Cuándo te das cuenta de que tu relación no iba más?

Al inicio, como es natural, todo se ve con ilusión y tuvimos momentos felices. Luego, con el pasar de los meses, fui descubriendo que había muchas banderas rojas, o red flags, como les dicen, y no corté en el momento adecuado. Debí haberlo hecho mucho antes, cuando empecé a darme cuenta de ciertas cosas que no eran para mí. Por mi posición, todo se hizo muy mediático: mi mudanza a París, mi nueva vida y mi nuevo amor. No ocultaba la felicidad de estar en una ciudad tan bella y lo contaba todo, hasta que, cuando quise romper, me sentí atrapada por el qué dirán… Se hizo un boom de la nada.

¿Cómo te manejaste estando sola fuera de tu país?

Hubo momentos duros. He ido con mis maletas como unas diez veces, llorándole a mi mejor amiga en París y diciéndole: «Ya me quiero largar, no aguanto más». Pero, claro, es algo que yo nunca comunicaría en mis redes. A veces sentía esta presión nuevamente de mostrar algo, que también te da un poco de… No sé si «vergüenza» es la palabra, pero… pucha, me decía a mí misma: «No quiero volver a pasar por un escándalo, no quiero volver a tener que publicar todo esto». Pero, de ahí, llegas a un punto en donde dices: «Hasta acá nomás, quiero salir de esto».

Yo me había aislado mucho de mi familia y de mi círculo de protección principal. No los escuchaba, como que uno se aleja, y eso es lo peor que puedes hacer cuando estás pasando por una relación que no es positiva para ti.

Como aprendizaje, ¿consideras que formalizaste muy pronto tu relación?

Sí, creo que sí. Me di cuenta de que la presión de las redes es muy dura; todo el mundo está muy atento a ti. Un aprendizaje para el futuro es guardar mis cosas mucho más privadas y, de ahí, en algún momento, cuando ya sea algo muy, muy sólido, compartirlo. También, estar con alguien a quien no le importe la fama o querer figurar.

Ahora que mencionaste esto, tu expareja se dedicó a hablar de ti en programas y en diversos medios, cuando la figura pública eras tú.

La verdad es que no me sorprendió. Yo sí sabía que su personalidad era así, pero sí me parece loco que alguien tenga que llamar mi atención de esa manera. De hecho, más adelante me escribió, me pidió disculpas, creo que puso su perfil en privado, pero sí fue muy duro que alguien pudiera jugar con una cosa así.

Que hablara de mi salud mental cuando yo, en privado, le había contado cosas mías, de cuando falleció mi papá y tenía todos estos temas… Hablar de eso ya dice mucho de la persona que lo está contando. Tú confías en alguien, le cuentas algo confidencial, y que lo ventile así es una estocada muy dura.

Tocar el tema de la salud mental con mala intención. ¿Qué tanto ha llegado a afectarte todo eso?

Creo que volver a Lima, estar aquí, en mi hogar, con mis amigos más íntimos, con mi hermano, que está viviendo ahora en Perú, rodearme de personas que me quieren de verdad y pasar mucho tiempo conmigo misma, me ha ayudado muchísimo.

Cuando reventó todo, me aislé. Me desconecté de mis redes por dos o tres semanas. Quería estar conmigo y estar en paz, volver a encontrarme, porque me había dejado llevar por las relaciones anteriores que había tenido y que sacaron un lado mío que no es realmente lo que soy.

Carolina lleva once años en el mundo de las redes sociales. Su camino empezó grabando videos de maquillaje para YouTube.

Al respecto, nos toca hablar de tu vigencia, porque tienes once años o más de una carrera exitosa en redes.

Bueno, más o menos. Empecé en 2013. Fue súper genuino. Creo que nació mucho de una intención mía de querer conectar con las chicas de mi edad, poder aportarles de alguna forma mis conocimientos, y así nacen mis videos de YouTube sobre maquillaje. Tratando de conectar y de enseñarles algo, ese era el trasfondo. Comencé con YouTube y en Blogspot, y fui migrando a Facebook, después a Instagram, y ahora estoy en TikTok… ¿quién se lo hubiera imaginado?

Me mencionaste que estabas orgullosa de haberte mantenido fiel a tu esencia a lo largo de los años en tu carrera.

Creo que mi contenido al comienzo era tal vez un poco más superficial, de moda, de maquillaje y temas por el estilo. Con mi pódcast y los vaivenes que me sucedieron, me humanicé mucho más, y eso creo que ha fidelizado a mi comunidad. He logrado conectar y conseguir el crecimiento de mis seguidoras.

«Me gusta dar mucho énfasis a mis negocios y a mis emprendimientos, pero estoy abierta a todo lo que se presente en el camino», dice Carolina sobre una posible incursión en la televisión.

¿De dónde procede esa chispa de emprendedora?

En verdad, creo que, como toda mi familia siempre ha sido de emprender, de hacer negocios familiares, de salir adelante por sus propios medios, eso me marcó desde pequeña. Empecé como maquilladora cuando tenía 16 años. Estudié un par de cursos de maquillaje y me metí a hacer videos en YouTube. Luego, comencé a atender a mis clientes en sus casas. Me iba en mi taxi y maquillaba para fiestas de promoción y también para eventos sociales; hasta hacía alguna que otra novia.

Veo que estás muy ligada a tu infancia. Tienes fotos tuyas de pequeña por toda tu casa. ¿Qué te conecta en la actualidad con esa niña que fuiste?

El fondo de pantalla del celular es una foto mía de chiquita. Me conecta mucho con mi niña interior, que, a pesar de pasar por tantas cosas y de crecer tan rápido, de haber tenido que madurar tan pronto, conserva la esencia de la niña que se divierte, que cree en la bondad de las personas, que es un poquito naive, pero que es genuina y está conectada con las personas que la rodean. Eso me encanta y me hace recordar mucho a quien era yo antes de todo esto.

¿Cuáles son esos momentos que te hicieron madurar tan joven?

Cuando falleció mi papá, yo tenía 17 años. Fue como un baldazo de agua fría. Luego, cuando mi mamá regresó a vivir a Alemania y me quedé prácticamente sola en Lima… Y, bueno, siempre he tenido a mi hermano, pero mi hermano también se fue a estudiar a España. Creo que todos esos momentos que me sucedieron a muy temprana edad permitieron que me diera cuenta de que, al final, uno debe confiar en sí mismo y en muy pocas otras personas. Al final del día, siempre vas a irte a dormir contigo mismo; entonces, hay que poder ser autosuficiente, independiente.Y no apoyarse tanto en quien no se conoce bien. Confié demasiado y delegué mucho en personas en las que creí, y luego no fueron lo que yo me imaginaba. Creo que eso también me ha hecho madurar demasiado.

¿Te ha tocado lidiar con falsas amistades en tu carrera?

Me ha pasado mucho, pero también yo he sabido mantenerme cerca de quienes son mis amistades de verdad, con quienes comparto fuera de las redes, fuera de los eventos. Al inicio, sí, era más duro. En este mundo, no es tan fácil que te abran las puertas; va a haber mucha hipocresía, falsedad, pero creo que cada vez más he formado mi círculo y he encontrado a las personas que genuinamente están ahí para apoyarme. Aunque me vaya bien o aunque me vaya mal, van a estar ahí, y esas amistades las valoro muchísimo. Son del medio, nacieron del medio, y hoy en día realmente son mis íntimas amigas.

“Me gusta mucho el lado de los negocios, me gusta mucho el lado también como que off camera”.

¿Qué planes sientes que tienes a corto y largo plazo en tu carrera?

De hecho, quiero seguir dándole súper fuerte a lo de ser influencer, pero con más contenido de valor detrás, tratar de llegar a las personas de una forma un poquito más profunda, tratar, a través de mi experiencia, de compartir algo más real también. Bueno, seguir con mi hotel en Máncora. Estamos con varios planes de expansión por ese lado. Con mi hermano también tenemos un proyecto que ya está encaminado y que, de hecho, vamos a lanzar a fines de julio de este año. Bueno, mi departamento en París, que ahorita estoy remodelando.

Retorno en mayo para ver cómo está. Lo pondré en alquiler como Airbnb, que funciona muy bien en París. De hecho, invertí en Miami hace poco y me fue también muy bien; entonces, voy a tratar de reinvertir mis ingresos y tenerlos como un side job, y seguir viviendo en París, porque es como mi ciudad de ensueño. Es el lugar en donde me encanta pasar tiempo, pero también quiero poder darle ese twist y verlo como un negocio y una inversión a largo plazo.

«París es como mi ciudad de ensueño. Es el lugar en donde me encanta pasar tiempo, pero también quiero poder darle ese twist y verlo como un negocio y una inversión a largo plazo».

Ahora eres un personaje masivo. Hace poco tuviste una experiencia televisiva en «El Gran Chef: Famosos». ¿Te animarías a retarte probando hacer televisión o algo similar?

Sí, me gusta mucho el lado de los negocios, me gusta mucho el lado también off-camera; no cierro las puertas para nada. De hecho, mi corta experiencia en televisión, participando en unos cuantos episodios en El Gran Chef, fue súper, o sea, me encantó. Creo que me divierto mucho en el set, es algo a lo que no me cerraría las puertas, pero sí tengo que dar mucho énfasis a mis negocios y a mis emprendimientos, que me encantan y me motivan muchísimo. Así que sí, estoy abierta a todo lo que se presente en el camino.

Dirección de arte y styling: Adriana Miro Quesada (@adriana_mqd)
Maquillaje: Adrián Rey (@skinfetish002)
Peinado: Gian Franco Bellido (@franco_bp)
Video: Yezer Otiniano (@yezerotiniano)
Asistencia de video: Steven Valverde (@stevOff) / Krisstell Tapia (@krissteltt)
Vestuario: Malika de la Flor (@malika.pe)

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