La modelo y amazona peruana se comprometió con Roberto Bustamante. Recordamos su última entrevista y portada de COSAS, donde habló de su carrera, su mudanza a Wellington y la pasión por la equitación.
Por: Redacción COSAS
La campeona ecuestre de salto internacional Paloma Santa Cruz anunció su compromiso con Roberto Bustamante. La pareja viajó recientemente a México y, a través de publicaciones en Instagram, mostró momentos de su estancia en playas del Pacífico.

En días previos, Roberto y Paloma publicaron imágenes de su viaje por México.
Durante su paso por el resort Cuixmala, en la Costa Alegre de Jalisco, Roberto le propuso matrimonio en un entorno natural de gran exclusividad. La deportista compartió el momento en sus historias, donde escribió que se casa con el «alma más noble del mundo«, recibiendo mensajes de felicitación de familiares, amigos y seguidores.

Todo indica que México fue el destino elegido para la propuesta de matrimonio.

Familiares y amigos les enviaron mensajes de afecto y felicitaciones por su compromiso.
A continuación, recordamos la última entrevista que ofreció a COSAS, cuando protagonizó la portada de la revista.
De las pasarelas a la pista: el salto internacional de Paloma Santa Cruz
Paloma Santa Cruz de Osma es una de las modelos más reconocidas de nuestro país: rostro de innumerables campañas de marcas y diseñadores locales y extranjeros, y figura infaltable en las pasarelas limeñas. Sin embargo, pocos saben que su verdadera pasión no tiene que ver con el maquillaje y los flashes, sino más bien con los establos y los caballos. Una pasión que en los últimos años, confiesa Paloma, se ha adueñado cada vez más de su vida y la ha llevado a tomar decisiones antes insospechadas.

En menos de cuatro años, la nutricionista y amazonas ya domina alturas de 1.45 metros de salto ecuestre.
Paloma aprendió a montar desde la más tierna infancia, alentada por su mamá, Carmen de Osma. “Así como otras chicas llevaban clases de ballet o de tenis, yo aprendía equitación. Sin embargo, cuando empecé el IB, en 2012, tuve que parar porque mi vida se llenó de otras obligaciones”, cuenta Paloma.
Acabó el colegio, se fue a estudiar a Estados Unidos y dedicó buena parte de su tiempo al modelaje. Sin embargo, la pandemia dio un golpe de timón a su vida.
Volver a cabalgar
“En cuarentena nos mudamos a una casa que tiene mi mamá en Sierra Morena (Huarochirí), y ahí estaba mi caballo, el que me habían comprado cuando tenía 15. Encontré mis botas, mi casco rosado, y allá me reencontré con Ana Lucía, una amiga que es fanática de los caballos. Ella me comenzó a dar clases informales en el campo y me dijo: “Tienes que retomar”, recuerda Paloma.
Fue como reencontrarse con un viejo amor. “La equitación es como montar bicicleta: no te olvidas nunca. Entonces, fue fácil volver a hacer clic”, confiesa. Paloma seguía siendo socia del Club Hípico de Villa, así que, después del covid, volvió a la escuelita a hacer minijumping.

La modelo estudia en MBA en el Babson College miestras se prepara para el próximo Winter Equestrian Festival.
Para seguir avanzando en el deporte y saltar más alto, se compró su primer caballo, Gama Carlomagno, que vendía su amiga Anité porque se iba del país. “Es el mejor caballo del mundo: un maestro de vida y de deporte. Fue el que me hizo pasar de saltar 60 centímetros a un metro en pocos meses”, narra Paloma.
La modelo amazona siguió progresando hasta que se dio cuenta de que necesitaba entrenar de manera más exigente para lograr los objetivos que se había trazado. Fue así como surgió la idea de viajar a Wellington.
Encuentra la entrevista completa aquí.
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