Por estos días, la agenda de Mercedes Aráoz dista mucho de aquella de los tiempos en que era una de las ministras más mediáticas del anterior gobierno. Lejos de estructuras protocolares y estrategias de Gabinete, Aráoz recorre el país acompañando a Pedro Pablo Kuczynski en esta carrera de fondo que es la elección presidencial de abril próximo. Junto a Martín Vizcarra (ex presidente regional de Moquegua) integra la plancha presidencial de Peruanos por el Kambio (PPK). Va a la segunda vicepresidencia, pero también encabeza la lista al Congreso de esta agrupación política en Lima.
“Hay mucho entusiasmo en el equipo”, asegura Aráoz, en su casa de Miraflores. Se trata de un espacio íntimo, pero que aún está desprovisto de su toque: luego de casi cuatro años de trabajo en México para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hace muy poco decidió pegar la vuelta y entrar nuevamente en la aventura que representa una campaña electoral en el Perú. Una decisión en la que, según dice, pesó la vocación de servicio público, pero también, y mucho, el lado familiar y personal. Su hija Daniela ha concluido sus estudios en la universidad y ya da los primeros pasos en el ámbito profesional. Y ella quiere ser testigo de ese proceso.
“Creo que tengo una experiencia que me permite demostrar que tengo capacidad de gestión. Siento mucha rabia cuando veo la injusticia y creo que esa rabia la tengo que canalizar en la gestión”, dice Aráoz.
En 2011, Mercedes Aráoz fue la candidata presidencial del Apra en las elecciones de ese año. La decisión, aunque llamara la atención, se entendía y se explicaba por sí sola. Entonces, la imagen profesional de Aráoz tenía mucha aceptación. Siendo ella ministra de Comercio Exterior y Turismo, durante el segundo gobierno de Alan García, se consolidaron los acuerdos comerciales con Estados Unidos y Canadá. Y Machu Picchu fue elegida maravilla del mundo, inflamando orgullos nacionales, por si fuera poco.
Tuvo, además, un paso destacado por las carteras de Producción y Economía, donde fue la primera mujer en ocupar el cargo de ministro. Pero también tuvo que afrontar momentos complejos y difíciles, como la crisis del ‘Baguazo’. Algo que sus contrincantes políticos de turno le han recordado por estos días.
Desavenencias con la cúpula aprista la alejaron de la contienda electoral de 2011. Hoy, algo en sus gestos hace presumir que está agradecida con el desenlace de esa parte de su historia política, que ahora prosigue de la mano con PPK, quien la convenció, desde la primera conversación que tuvieron al respecto, de integrar su fórmula presidencial.
¿Imaginaba una campaña electoral como la que estamos viviendo?
Es una etapa difícil y dura, pero hay un espíritu bonito y mucho entusiasmo en la gente que está trabajando con Pedro Pablo (Kuczynski). Evidentemente, toda campaña demanda mucho de cada persona que participa y particularmente del candidato y de los que lo acompañamos en la plancha, Martín Vizcarra y yo. Somos un equipo que está constantemente trabajando. Y eso queremos demostrarlo.
Es cierto, la imagen de ustedes tres en campaña es una constante, tanto al interior del país como en Lima. ¿Estaba preparada para una demanda de este tipo?
Claro. Esa es la idea. Si llegamos a ser gobierno, nosotros vamos a tener ese nivel de integración como equipo. Vamos a apoyar activamente a Pedro Pablo en el Ejecutivo y en el Legislativo, donde a mí también me tocaría estar, para que haya éxito en su gestión. Si hay una característica muy positiva que me llama la atención en Pedro Pablo es su capacidad para trabajar en equipo. Delega acciones y además vive orgulloso de la gente con la que trabaja.
¿Y qué acciones ha delegado Kuczynski en usted?
Hoy estamos trabajando mucho el tema de la campaña, apoyándolo. Lo estoy ayudando mucho en la organización, y a pesar de que el estratega es otro, también en ciertas cosas en ese campo. Soy parte del comando de campaña. Estamos trabajando mucho el tema comunicacional, ya que es fundamental que la gente conozca nuestras propuestas, tanto acá como en el exterior, porque hay peruanos fuera a los que también queremos llegar.
Usted es una figura reconocible en la política peruana sin ser una “política” en el sentido estricto. En buena cuenta, por su exitoso paso por distintos ministerios en el segundo gobierno de Alan García. ¿Por qué ahora va con Kuczynski y no con el líder aprista?
Agradezco muchísimo al presidente García por haberme hecho partícipe de su gestión, pero yo no soy afín al Partido Aprista. En 2011 tuvimos una separación algo incómoda por un pedido básico que había hecho para no llevar gente en la lista congresal con antecedentes o problemas de corrupción. Ese fue el tema que me alejó. No digo que todos los apristas sean corruptos, simplemente digo que no estaba cómoda con una lista congresal así, y por lo tanto me separé. Y con Pedro Pablo encuentro que estamos teniendo el mayor de los cuidados en elaborar nuestra lista congresal.
¿El Partido Aprista la convocó para estas elecciones?
He tenido conversaciones, pero no una invitación concreta…
¿La invitó César Acuña?
Me llamó César Acuña, y también he conversado con el presidente García, pero en ninguno de los dos casos tuve interés en participar con ellos.
¿Qué conclusiones saca de todas las visitas al interior del país que realiza en esta campaña?
En principio, la gente está deseosa de algo realmente diferente, de que se les cumpla, de que las promesas no sean promesas al aire… En ese sentido, la aceptación espontánea y afectuosa de Pedro Pablo y el equipo es muy buena. Hemos estado en el sur, en Arequipa, en Cusco, donde hubo una aceptación fabulosa, en Chiclayo, Piura, Tumbes. Creo que la gente está a la expectativa de algo, y nosotros estamos llevando nuestro mensaje y el objetivo de mostrarles que somos un grupo de gente que va a trabajar al servicio de ellos.
¿Y qué le gustaría impulsar a usted de llegar al Congreso?
Lo primero, las medidas de urgencia que tenemos. Algunas en materia tributaria, otras en materias ligadas a la disminución de los trámites y la facilidad de gestión, otras tienen que ver con los temas de seguridad, la reforma policial…
O sea, ¿viabilizar los ofrecimientos de PPK?
Esa es la idea. De ahí, trabajar los temas anticorrupción y algunas cosas que a mí me interesan fortalecer en sectores como las pymes, el comercio internacional y los temas de turismo. Temas donde siento que puedo aportar mucho.
¿Y no la desanima el escenario en el que se podría desenvolver, con un Congreso de tan bajo nivel?
Ojalá no sea así. Ojalá entre al Congreso gente con muchas ganas de trabajar honestamente por el país. Confío en eso. Nuestro equipo va a ir con esas ganas e imagino que en los otros partidos debe estar llegando gente con esa misma voluntad.
Lea el artículo completo en la edición N°586 de COSAS PERÚ.
Texto: Carlos Hidalgo Fotos: Edward Alba