Si llega temprano a la casa, los viernes, por ejemplo, se lanza a la gran cama con sus hijas, Illary, de doce años, y Nayra, de nueve –Samin, el más pequeño, de tres años, aún no es  parte del elenco–, y cantan algo del repertorio de One Direction. Yo las escuché cantar mientras las fotografiaban con unas guitarras, en el mismo salón donde antes había conversado con su madre.

–Illary tiene una voz lindísima, y Nayra también. Yo me pongo al centro de la cama, y ya, a la miércoles, comenzamos a cantar: «Ya, tú haces la alta, tú baja un poco más, ¡yo hago esta voz! Y cantamos en la cama, uuuaaaaaaaaa» –dice Nadine, ululando.

–¡Hacen un coro de verdad! –le digo.

–Más o menos –dice, achinando los ojos–. Ahí, tratan, tratan… Illary canta muy bien –agrega, poniéndose seria–. Ha cantado en todos los shows del colegio. Tiene buen dominio de escena, se para al frente y dice «Yo voy a cantar una canción recontra mostra porque esto, (explica la canción), y un saludo para tal, otro para tal…». 

–¿Podría ser artista, no?

Nos quedamos en silencio unos segundos. Y Nadine rompe el silencio:

–Me voy a pedir agüita, ¿ya?

Roxana Altuna vuelve a entrar a escena con el Supracal.

Nadine acompañó a su esposo en la campaña presidencial hasta los ocho meses de embarazo. Samin nació en diciembre del 2010. Hoy se come los chocolates del Presidente, aprovechando que está reunido con los ministros.

***

 

–¿Te imaginaste siendo Primera Dama?

–Nop. No, porque además no me gusta el cargo de Primera Dama. Solo el nombrecito me daba ajjj. Siempre he dicho que yo quiero ser la Primera Servidora o la simplemente la esposa del Presidente, y nada más. Pero todo el mundo te llama «Primera Dama». O sea que ya me hice al dolor, como se dice. ¡Porque todo el mundo me llama así! Viajas y hasta el más chiquito te dice Primera Dama –reniega Nadine, aflautando la voz–.Así que ya a al diablo pues, ¿no? ¡Hay que asumir no más! ¡Por default! ¿Qué hago, pues? Intentar cambiarlo sería perder el tiempo.

–¿Imaginaste el revuelo que tu papel iba a tener en el Gobierno dentro de algunos sectores de la sociedad? –digo con gravedad.

–Mira, no creo que la sociedad sea tan tradicional, tan pacata. Lo que creo es que los políticos y la prensa han querido mostrar una sociedad así, tradicional. Dicen: «La Primera Dama debe hacer esto y nada más o ¡esa no es su chamba!». Ahí hay un tema político. Si no tuviera aspiraciones, si no fuera una figura política, si simplemente fuera la esposa del Presidente, no creo que me hubieran hecho todo este «cargamontón».

–Vargas Llosa dijo hace poco que estabas recibiendo un baño de mugre, ¿crees que eso tiene que ver con el hecho de ser mujer?, ¿con el hecho de ser una mujer con capacidad de acción en el Gobierno?, ¿tendrá que ver con machismo y ansias de poder?

–Hay, en parte, machismo encubierto. Porque así responde el machismo: «Ese no es tu lugar, tú solamente eres Primera Dama. Lo demás que puedas ser no nos importa. Aunque seas Presidenta del Partido Nacionalista, aunque seas una persona inteligente que pueda aportar y contribuir a las decisiones de tu esposo, o puedas dar opiniones a los ministros para que tomen una mejor decisión, no nos importa. Tú rol es regar las plantitas de Palacio de Gobierno». Entonces, sí hay un componente machista que exige que yo asuma un rol. Además la población también percibe el machismo, porque los congresistas mismos lo dicen: «La Señora Nadine tiene solamente el rol de Primera Dama, que se dedique a ser Primera Dama, entonces». ¿Qué mensaje les dan a las mujeres? Yo doy un mensaje totalmente diferente. Voy a los pueblos y les digo: «Hay que empoderarse, ustedes lideran sus casas, ustedes lideran sus familias. Todos nuestros programas son dirigidos a las mujeres. Nuestras políticas públicas se basan y se asientan en la fortaleza de las mujeres». Pero el mensaje que dan desde la oposición es que la Primera Dama debe ser una acompañante del marido.

–¿Te refieres tanto a los políticos como a los medios opositores?

–Sí, claro. Pero más es el «cargamontón» político. En realidad, desde que el Presidente asumió (la presidencia), apareció el temor a que yo postule  y se fue acentuando en la medida en que la campaña política electoral se acercaba. Entonces ahora está mucho más fuerte. Me hacen preguntas como: «Ay, ¿le ha dolido la bajada de trece por ciento?». Tengo treinta por ciento de apoyo popular en mi peor momento, incluso con toda la basura que me han tirado. O sea, discúlpame pero…

–No te afectan estas caídas en las encuestas.

Niega con la cabeza. 

–¿No fue un error decir que el sueldo mínimo no estaba en agenda teniendo en cuenta la salida del ex Primer Ministro Villanueva del Gabinete, y lo que pasó después en el Congreso? –contraataco.

–En realidad, mira… Ya lo ha dicho el Presidente. Villanueva ha querido renunciar en varias ocasiones, en reuniones anteriores a mis declaraciones con el Presidente. En ninguna de esas conversaciones la razón de su renuncia fui yo. El caballito de batalla de Villanueva era el cambio de ministros. A cada rato decía: «Sí, vamos a cambiar ministros…». Para comprobarlo solo hay que revisar lo que publicaron los medios.

–¿Villanueva había hecho tratos con los otros grupos políticos?

–Claro. «Vamos a cambiar ministros, vamos a cambiar ministros…» Los Ministros venían y me decían: «Oye, Nadine. ¿Quiénes vamos a salir? Mis directores no quieren firmar nada, porque todos estamos en evaluación». Además Villanueva lo decía cada semana a la prensa. No se puede trabajar así. Al pata le quedó gigante el cargo. Encima iba a cada rato donde el Presidente, venía a mí, para decir: «Ustedes no me tienen confianza, hay que cambiar ministros». Quería cambiar ministros una semana antes de lo de La Haya. Pasó lo de La Haya y quería cambiar a Cateriano (Pedro, Ministro de Defensa), a Eda (Rivas, Cancilller), cuando sabía que teníamos que hacer las coordenadas. No hay forma. Y lo que pasó después… El Presidente y Miguel (Castilla, ministro de Economía) se fueron de viaje. Ellos ya habían hablado del sueldo mínimo porque era una política del Gobierno… –Nadine se pone muy seria y siento que me está regañando–. No es que yo haya zanjado una discusión. Eso era una política del Gobierno. Es como si yo te dijera: «Este año va a haber más plata para infraestructura en el sector Educación». Es una decisión, ¿me entiendes? –No me deja responder y continúa, vocalizando y articulando muy bien las palabras–. Entonces, este señor (Villanueva), da una entrevista a Gestión y dice: «He conversado con el Ministro de Economía para elevar el Salario Mínimo Vital». Entonces me llaman, el Presidente y el ministro Castilla, desesperados, de Dubái o desde donde estaban a preguntarme qué ha pasado, ¿qué diablos está hablando Villanueva? Ninguno de los dos había conversado con él. ¡¿Entonces por qué tiene que estar diciendo eso?! Ya habíamos quedado en que el salario mínimo no se podía levantar más, porque ya lo habíamos levantado dos tramos. O sea, el Estado no paga el salario mínimo. No nos cuesta nada elevarlo, pero fregamos a los micro y pequeños empresarios y con eso a los empleados, ¿entiendes? Ni siquiera es bueno para el trabajador. Es totalmente populista anunciar una medida de esa naturaleza. Entonces, además de mentir sobre el tema de fondo, miente sobre la conversación con Miguel Castilla. Luego, a mí me hacen una pregunta al paso, saliendo de un evento de salud: «¿Qué opina de las declaraciones del Primer Ministro Villanueva sobre el salario mínimo?» Y yo digo: «Bueno, el tema del salario mínimo no está en discusión en el Gobierno». Yo no zanjo ninguna discusión. Solo transmito lo que ya se había acordado, ¿entiendes? Y los medios lo levantan como si yo estuviera dándole la contra al Primer Ministro.

–Eso fue lo que se percibió…

–Claro, pero lo que ha hecho el Primer Ministro más bien es… La institucionalidad no se debe a una persona. La institucionalidad requiere del Gabinete y el Presidente. Que él haya dicho algo fuera de una política de Gobierno ya determinada, ¡eso es una falta a la institucionalidad! Y es una mentira. Él ha emitido una opinión personal. No sé si me dejo entender… Más bien yo estoy ratificando una medida institucional.

–¿Por qué se frustró el voto de confianza al nuevo Gabinete y por poco es censurado en el Congreso?

–Ah, porque este señor (Villanueva) tiene muchas vinculaciones con el fujimorismo, entonces sale a decir: «Que la institucionalidad… He decidido salirme cuando escuché las declaraciones de Nadine». Otra mentira más. Es un zorro de la política, Villanueva no es ningún neonato en la política peruana, como comprenderás. Entonces, yo decidí callar. Le dije al presidente: «Mire, si yo salgo, voy a patear, así que mejor me callo. No voy a estar en discusiones con este señor». En fin, ya –dice Nadine, intentando sonreír–. Ese fue todo un tema.

–¿Villanueva articuló, entonces, una serie de condiciones para que en el Congreso suceda lo que sucedió? ¿Eso es lo que me quieres decir?

–No. Lo que te digo es que la prensa y la oposición encontraron la perita en dulce de dónde agarrarse. Porque Villanueva me culpó de su renuncia. Entonces toda la oposición le hizo caso a Villanueva y dijo: «Nadine ha provocado la renuncia de un Gabinete».

–¿Cambiará tu papel en el Gobierno a partir de ahora?

–Mmm… –dice entonando una breve melodía, como deshojando margaritas, y luego de unos segundos en silencio, responde–: Lo que está claro es que ha existido una sesión en el Ejecutivo relacionada al tema de… No sé cómo decírtelo, pero hubo una contra estrategia. Seguiré apoyando al Presidente, y te lo estoy diciendo en términos formales porque estás grabando: voy a seguir apoyando al Presidente.

–¿Vas a tener un perfil más bajo en relación a los medios?

–Mmm…–vuelve a canturrear antes de responder lo siguiente–: Voy a seguir viajando, seguramente. Aunque quizá un poco menos que antes.

–¿Cuáles son tus siguientes acciones como Presidenta del Partido Nacionalista? Porque ahora que mencionas los viajes, siendo Presidenta del Partido Nacionalista, la oposición va a estar al acecho, esperando ver qué dinero se ha podido haber gastado de los fondos públicos. ¿Estás preparada para enfrentar eso?  

–Eso es muy fácil de saber porque cuando viajo por el Gobierno, normalmente va un funcionario público. No tengo una ONG, no tengo programas fuera del Gobierno. Yo lo que hago es activismo, promuevo programas del Gobierno. Entonces, por ejemplo, si voy a promover el programa Jakuwiñay del ministerio de Desarrollo e Inclusión, voy con la Ministra o el Viceministro. Viajamos, normalmente, en el avión presidencial, en cualquier avión de la FAP, o en helicóptero, porque los utiliza la Ministra y el equipo del MIDIS. Le dan el avión a ellos, y yo los acompaño. Eso es normal, eso se hace. Incluso si yo no estuviera ellos pueden utilizar el avión. En el caso de mis viajes para el desarrollo normal del Partido, lo pago yo, lo paga el partido, y viajamos en avión comercial o en auto. Ahí no hay ningún tipo de cruce. Claro, pero lo que va a aumentar también es la presencia de los ministros solos.

–¿A qué te refieres?

–Eso es lo que se ha acordado en la última Presentación del Gabinete.

–¿Eso quiere decir que no vas a trabajar con ellos como lo venías haciendo?

–En los viajes…

–¿Ellos viajarán solos?

–Sí. Ya no tanto conmigo. Yo tengo algunas responsabilidades internacionales que me obligan a estar con los ministros. En eventos de la FAO, por ejemplo, ahí sí, ni modo, voy a tener que ir con ministros.

–Pero igual vas a seguir trabajando con el Gabinete, siempre va a ver una relación laboral, ¿no?

–Mmm, relación laboral nunca hubo. Lo que pasa es que en la medida en que yo soy Presidenta del Partido y veo las cuestiones referidas a la bancada, cuando hay iniciativas legislativas tengo que verlas algunas veces con los ministros, y otras veces con sus asesores.

–Esas reuniones se van a seguir dando, por supuesto.

–Normalmente, sí. Son parte de mis funciones, además, como Presidenta del Partido. Y está bien que se den porque así salen más fácil los proyectos del Ejecutivo.

–Creo que a estas alturas está claro que el Gobierno le debe mucho a tu presencia.

–Yo creo que facilita mucho… Todos lo ven así, por lo menos en el Gobierno en general. Incluso los alcaldes, los Gobiernos Regionales. Quien no lo ve así es la oposición. Y es básicamente por un cálculo político, porque es parte de la crítica política que hacen, cuando deberían estar tratando de tener un proyecto político con lineamientos propios. Pero en lugar de hacer eso, están lanzando dardos al Gobierno.

–Y también rumores irresponsables.

–Ay, que feo eso, ¿no?

–Como los que tienen que ver con el supuesto hijo extramatrimonial del Presidente o los cupos de…

–Los «narcoaviones». Yo digo que, si son líderes políticos que, en perspectiva, quieren ser presidentes del Perú, deberían presentarle al país su propuesta política, su propuesta de país. Pero no, lo que obtenemos de ellos son críticas malsanas y ataques desmedidos. Entonces, a mí me extraña, me preocupa que no sepamos lo que van a hacer los próximos líderes, porque hasta ahora lo que hacen es atacar al Gobierno.

–¿Algo que se le podría pedir a Alan García es que presente propuestas?

–Exactamente. Y que cumpla con las investigaciones que le hacen. Mira, es paradójico. A mí me acusaron vanamente de querer manejar las instituciones para poder postular el 2016. Dijeron que iba a presentar no sé qué recurso al Jurado (Nacional de Elecciones), que iba a proponer alguna medida legislativa. ¡Toda una cortina de humo para que al final él (García) lo haga! Para que al final moviera sus tentáculos en el Poder Judicial y saque su recurso para quedar limpio de polvo y paja en la Megacomisión. Entonces, creo que hay que tener un poco de memoria respecto a cómo se comportaron las personas en el pasado cuando fueron acusadas.

–¿Por qué crees que hay gente en la prensa que defiende a García?

–Hay varias lecturas. Hay de los que se embelesan, hay de los que tienen compromisos, de los que creen que es un camino donde van a ganar más, y hay de los que ya ganan haciendo ese tipo de opinión.

–¿Cómo así?

–Estando en los medios de comunicación concentrados, por ejemplo.

–Vargas Llosa dijo hace poco que tú eres su candidata para el 2021.

–Tan lindo… –dice Nadine, y una sonrisa cálida aflora en su rostro–. Es mi fan, ¿no? Es mi fan.

–Esa declaración evidencia que él tiene claro que no vas a postular en el 2016.

–Pero, es verdad, yo no voy a ser candidata el 2016. Eso es un fantasma que persigue a la oposición.

–¿Una histeria?

–Totalmente, una histeria. Entonces me han chancado. Y claro, ahora García dice: «Socialmente ya no puede (postular) porque está tan baja en popularidad que ya no podría». Ya no es un temor la Reelección Conyugal –dice Nadine, enseñando todos sus dientes con una imbatible sonrisa–. Hazme el favor… Claro, uno mide de acuerdo a lo que es, pues, ¿no? Seguro, si ellos estuvieran en mis zapatos, postularían. No me cabe la menor duda.

–¿Harían sus movidas?

–Como las han hecho en el Poder Judicial. Seguro lo harían. Yo no, porque a mí me gusta la alternancia, es parte del juego democrático. Creo que la alternancia es buena, y te da tiempo para pensar nuevas cosas por hacer, para más adelante.

–¿En el 2021 sí te ves como candidata?

–Mira, no, esteee… No hay tiempo para pensar. Es bien yuca. Te puedo decir sí, como no. Y al final ¿quién sabe?..

–¿Practicas la Meditación o algún tipo de técnica milenaria oriental para calmar la mente?

–Nooo, Nooo… ¿Te faltan muchas preguntas? –dice Nadine frunciendo el ceño, en señal de ruego. 

–Esta es la última.

–Me hago la pila –advierte.

–¿Cuáles son tus aspiraciones como madre, como esposa, como profesional y como mujer con real vocación para servir al país?

–Ay, ay, ay –entona una breve melodía–. Es casi como dividir… Como cuando comenzaban a decir: «¿Cómo vamos a saber cuándo habla como Primera Dama o Presidenta del Partido?». Lo que me has preguntado tiene que ver con los roles que tiene una mujer. Y uno no puede dividir los roles porque todos pertenecen a la identidad de uno mismo. Una es madre, esposa, profesional y activista de una política determinada. Ahorita mismo soy Primera Dama y soy Presidenta del Partido Nacionalista. Hay varios roles y una mujer que los contiene. Y una espera dar lo mejor de sí en cada rol. Para eso, por lo menos yo, necesito de personas que me apoyen a cumplirlos, como mi familia, por ejemplo. Sentir el apoyo de mi familia, de mi esposo, de mis hijos, de mi mamá, de mis hermanos. En segundo lugar, necesito tener capacidad de orden y disciplina, que creo que tengo: tener las cosas claras y los objetivos enfocados. Y saber que donde esté, lo me que inculcaron de chiquita y las vivencias que he tenido, me permiten ver que este país todavía necesita estrechar las brechas. No solo entre ricos y pobres, sino entre niñas del campo y la ciudad. Estrechar las brechas en educación, en salud, sobre todo las brechas sociales. Entonces, donde me pongan, yo sé que voy a tratar de reducir estas brechas.

–Muchas gracias, Nadine.

–De nada.

–Me ha encantado conversar contigo. En serio.

–Igual.

–Y es verdad que admiro tu trabajo. Es verdad.

Nos paramos de los sillones señoriales, nos abrazamos. Al separarnos la puedo ver de cuerpo entero, vistiendo un buzo Adidas y unas zapatillas negras con suela fucsia y naranja. Una frase que me dijo al inicio de nuestra conversación regresa a mi cabeza: Si iba a una fiesta, porque no iba a muchas, me reventaba vestirme de nena, de niña. A mí me gusta estar así, con pantalón. Ahora me pongo vestidos, porque en fin…

La acompaño a uno de los baños de la Residencia de Palacio de Gobierno, donde han habilitado un salón de belleza. La van a maquillar. Empiezan las fotos. «La parte fea», dice Nadine, sentándose, lista para dejarse embellecer.