UNA DAMA TRABAJANDO

–¿Se imaginó siendo primera dama?

–No. No, porque además no me gusta el cargo de “primera dama”. Solo el nombrecito me daba ajjj… Siempre decía, “quiero ser la primera servidora”, o “soy la esposa del presidente y nada más”, pero todo el mundo te llama primera dama. Viajas y hasta el más pequeñito te dice “primera dama” –aflauta la voz–, “Mi primera dama”… ¿Qué hago? ¿Le voy a decir al niño, “mira, hijito, no soy la primera dama. Soy solamente la esposa del presidente”?. ¡Imagínate! Sería perder el tiempo…

–¿Imaginó el revuelo que iba a provocar en algunos sectores de la sociedad?

–Mira, no creo que la sociedad sea tan pacata. Lo que creo es que los políticos y la prensa han querido hacer ver a la sociedad así, tradicional, dicen “la primera dama debe hacer esto y nada más”. Pero ahí hay un tema político. Si no tuviera aspiraciones de trabajar por mi país, si no fuera una figura política, si simplemente fuera la esposa del presidente, no creo que me hubieran hecho todo este cargamontón.

–Mario Vargas Llosa dijo hace poco que estaba recibiendo un “baño de mugre”, ¿cree que eso tiene que ver con el hecho de ser mujer?

–Hay en parte un machismo encubierto. Aunque seas presidenta del Partido Nacionalista, aunque seas una persona inteligente, que pueda aportar y contribuir en las decisiones de tu esposo, o puedas dar opiniones a los ministros para que tomen una mejor decisión, aunque sea como amiga, no sé… “Eso no nos importa, tu rol es regar las plantitas de Palacio de Gobierno”. ¿Qué mensaje le dan a las mujeres? Cuando yo doy un mensaje totalmente diferente; voy a los pueblos y les digo “hay que empoderarse, ustedes lideran sus casas, ustedes lideran sus familias…”. Nuestras políticas públicas se basan y se asientan en la fortaleza de las mujeres. Y el mensaje que dan desde la oposición es que la primera dama debe ser casi, casi, una acompañante del marido…

–¿Se refiere tanto a los políticos como a los medios opositores?

–Sí, claro… Pero más es el cargamontón político. En realidad, desde que el presidente asumió (el mandato), este tema del temor a que yo postule ha sido muy fuerte y se fue acentuando en la medida que la campaña política electoral se empezó a acercar. Entonces, ahora me dan mucho más fuerte… Te hacen preguntas como “ay, ¿le ha dolido la bajada de 13%?”. Tengo, en mi peor momento, 30% de apoyo popular, con todo el cargamontón que me han hecho.

–¿No fue un error decir que el sueldo mínimo no estaba en agenda teniendo en cuenta la salida del ex primer ministro Villanueva del Gabinete, y lo que pasó después en el Congreso?

–En realidad, mira… Ya lo ha dicho el presidente. Hubo varias veces en que Villanueva quiso renunciar, en reuniones anteriores a mis declaraciones con el presidente. En ninguna de esas conversaciones la razón fui yo. El caballito de batalla de Villanueva era el cambio de ministros. A cada rato decía “sí, vamos a cambiar ministros…”. Solo tienes que revisar los medios…

–¿Villanueva había hecho tratos con los otros grupos políticos?

–Claro. “Vamos a cambiar ministros, vamos a cambiar ministros…”. Los ministros venían y me decían, “¿quiénes vamos a salir? Mis directores no quieren firmar nada porque todos estamos en evaluación”. Además, Villanueva lo decía cada semana a la prensa. No se puede trabajar así… Le quedó gigante el cargo. Encima iba a cada rato donde el presidente, venía a mí, para decir “ustedes no me tienen confianza, hay que cambiar ministros…”. Quería cambiar ministros una semana antes de lo de La Haya. Pasó lo de La Haya y quería cambiar a (Pedro) Cateriano (ministro de Defensa), a Eda (Rivas, cancilller), cuando sabía que teníamos que hacer las coordenadas… Y lo que pasó después… El presidente y Miguel (Luis Miguel Castilla, ministro de Economía) se van de viaje. Ellos ya habían hablado del sueldo mínimo porque era una política del gobierno… –Se pone muy seria y siento que me está regañando–. No es que yo haya zanjado una discusión. Eso era una política del gobierno. Es como si yo te dijera “este año va a haber más plata para infraestructura en el sector Educación”. Es una decisión, ¿me entiendes? –No me deja responder y continúa, vocalizando y articulando muy bien las palabras–. Ok. Entonces, este señor (Villanueva) da una entrevista a “Gestión” y dice “he conversado con el ministro de Economía para elevar el salario mínimo vital”. Me llaman (el presidente Humala y el ministro Castilla) desde Dubái o desde donde estuvieran, preguntando qué había pasado, qué estaba hablando Villanueva. ¿Tú has conversado con él, Miguel? “No, yo no he conversado con él”, dijo Miguel. Presidente, ¿usted ha conversado con él? “No, yo no he conversado con él”, dijo el presidente, “qué tiene que estar diciendo eso, ya hemos quedado en que el salario mínimo no se puede levantar porque ya hemos levantado dos tramos”. Si nosotros elevamos el salario mínimo… El Estado no paga el salario mínimo. No nos cuesta nada elevar el salario mínimo, pero fregamos a los micro y pequeños empresarios, y con eso a los empleados. Entonces, ni siquiera es bueno para el trabajador. Es totalmente populista anunciar una medida de esa naturaleza. Y además de mentir sobre el tema de fondo, miente sobre la conversación con Luis Miguel Castilla. A mí me hacen una pregunta al paso, saliendo de un evento de Salud “¿y qué opina de las declaraciones del primer ministro Villanueva sobre el salario mínimo?”. Y yo digo “bueno, el tema del salario mínimo no está en discusión en el gobierno”. Yo no zanjo ninguna discusión. Solo estoy transmitiendo lo que ya se sabe en el gobierno. Y los medios lo levantan como si yo estuviera dándole la contra al primer ministro.

“Tengo, en mi peor momento, 30% de apoyo popular, con todo el cargamontón que me han hecho.”

–Claro, eso fue lo que se percibió…

–Claro, pero el primer ministro lo que ha hecho más bien es… Él luego dice “porque la institucionalidad, la institucionalidad…”. La institucionalidad no se debe a una persona. La institucionalidad son el Gabinete y el presidente de la República. Que él haya dicho algo fuera de una política de gobierno ya determinada, eso es una falta a la institucionalidad. Eso es una mentira… Él emitió una opinión personal… ¿No sé si me dejo entender? Más bien, yo estoy ratificando una medida institucional.

–¿Por qué se frustró el voto de confianza al nuevo Gabinete, que por poco es censurado en el Congreso?

–Ah, porque este señor lo que hace es… Tiene muchas vinculaciones con el fujimorismo, entonces sale a decir que la institucionalidad… y “he decidido salirme cuando escuché las declaraciones de Nadine…”. Otra mentira más… Es un zorro de la política, Villanueva no es ningún neonato en la política peruana, como comprenderás. Entonces, decidí callar. No voy a estar en discusiones con este señor.

–¿Villanueva articuló, entonces, una serie de condiciones para que en el Congreso sucediera lo que sucedió? ¿Eso es lo que me quiere decir?

–No. Lo que te digo es que la prensa y la oposición encontraron la perita en dulce de dónde agarrarse. Porque Villanueva me culpó de su renuncia. Entonces toda la oposición le hizo caso a Villanueva y dijo “Nadine ha provocado la renuncia de un Gabinete”.

–¿Cambiará su papel en el gobierno a partir de ahora?

–Mmm… –entona una breve melodía y luego de algunos segundos en silencio, responde– . Lo que está claro es que ha existido una sesión en el Ejecutivo relacionada con el tema de… de… de… Es que no sé cómo decírtelo, porque ahora ha habido una contraestrategia… Voy a seguir apoyando al presidente, y te lo estoy diciendo en términos formales porque estás grabando: voy a seguir apoyando al presidente.

–¿Tendrá un perfil más bajo en su relación con los medios?

–Mmm… Voy a seguir viajando, seguramente. Un poco menos que antes…

–¿Cuáles son sus siguientes acciones como presidenta del Partido Nacionalista? Porque, ahora que menciona los viajes, siendo la lideresa del partido, la oposición estará al acecho, esperando para ver qué dinero se ha podido gastar de los fondos públicos. ¿Está preparada para enfrentar eso?

–Eso es muy fácil de saber, porque cuando viajo por el gobierno normalmente va un funcionario público. No tengo una ONG, no tengo programas fuera del gobierno. Yo lo que hago es activismo, o promuevo programas del gobierno. Entonces, por ejemplo, si voy a promover el programa Haku Wiñay, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, viajo con la ministra o con el viceministro. Viajamos, normalmente, en el avión presidencial, en cualquier avión de la FAP, o en helicóptero, porque los utiliza la ministra y el equipo del Midis. Le dan el avión a ellos, y yo los acompaño. Eso es normal, eso se hace. Incluso si yo no estuviera, ellos pueden utilizar el avión… En el caso de mis viajes para ver bases, para el desarrollo normal del partido, yo lo pago, lo paga el partido, y viajamos en avión comercial o en auto. Ahí no hay ningún tipo de cruce. Claro, pero lo que va a aumentar también es la presencia de los ministros solos…

“Lo que me inculcaron de chiquita, las vivencias que he tenido, me hacen ver que todavía este país necesita estrechar las brechas sociales”.

–¿A qué se refiere?

–Eso es lo que acordaron en la última presentación del Gabinete…

–¿Eso quiere decir que no va a trabajar con ellos como lo venía haciendo?

–En los viajes…

–¿En los viajes ellos irán solos?

–Sí… O sea, no tanto conmigo. Yo tengo algunas responsabilidades internacionales que me obligan a estar con ministros. En eventos de la FAO, por ejemplo, ahí sí, ni modo, voy a tener que ir con ministros. Viajaré con los ministros más “sociales”…

–Pero igual seguirá trabajando con el Gabinete, siempre tendrá una relación laboral con él, ¿no?

–Mmm, laboral nunca hubo. Lo que pasa es que en la medida en que yo soy presidenta del partido y veo las cuestiones referidas a la bancada, cuando hay iniciativas legislativas tengo que verlas algunas veces con los ministros, y otras veces con los asesores de los ministros…

–Esas reuniones se van a seguir dando, por supuesto…

–Normalmente se dan… Son parte de mi función, además, como presidenta del partido. Y está bien que se den, porque así salen más fácilmente los proyectos del Ejecutivo…

–Creo que a estas alturas queda claro que este gobierno le debe mucho a su presencia…

–Yo creo que facilita mucho. Todos lo ven así, por lo menos en el gobierno en general. Incluso con los alcaldes, con los gobiernos regionales… Quien no lo ve así es la oposición. Y es básicamente por un cálculo político, porque es parte de la crítica que hacen, cuando deberían estar tratando de tener un proyecto político con lineamientos propios. Pero antes que eso, están lanzando dardos al gobierno.

–Y también rumores irresponsables…

–Ay, qué feo eso, ¿no?

–Como los que tienen que ver con el supuesto hijo extramatrimonial del presidente o los cupos de…

–Los narcoaviones… Si son líderes políticos que en perspectiva quieren ser presidentes del Perú, deberían presentarle al país su propuesta política, su propuesta de país. Pero no, lo que obtenemos de ellos son críticas malsanas y ataques desmedidos. Entonces, a mí me extraña, me preocupa que no sepamos lo que van a hacer los próximos líderes, porque hasta ahora lo que hacen es atacar al gobierno.

–¿Se le podría pedir a Alan García que presente propuestas?

–Exactamente. Y que cumpla con las investigaciones que le hacen. Mira, es paradójico. A mí me acusaron vanamente de querer manejar las instituciones para poder elegirme el 2016. Dijeron que iba a presentar no sé qué recurso al Jurado Nacional de Elecciones, que iba a proponer alguna medida legislativa… ¡Toda una cortina de humo para que al final él (Alan García) lo haga! Para que al final moviera sus tentáculos en el Poder Judicial y saque su recurso para quedar limpio de polvo y paja ante la megacomisión.

–Vargas Llosa dijo hace poco que usted era su candidata para el 2021…

–Tan lindo –aflora una sonrisa cálida en su rostro–. Es mi fan, ¿no? Es mi fan…

–Esa declaración evidencia que él tiene claro que usted no postulará en el 2016…

–Pero es verdad, no voy a ser candidata el 2016. Eso es un fantasma que persigue a la oposición…

–¿Una histeria?

–Totalmente. Es una histeria. Me han chancado, me han… Y claro, ahora García dice “socialmente ya no puede porque está muy baja en popularidad. Ya no es un temor la reelección conyugal” –Ahora muestra todos sus dientes–. ¡Hazme el favor…! Claro, uno se mide de acuerdo con lo que es, pues, ¿no? Seguro, si ellos estuvieran en mis zapatos, lo harían (postular). No me cabe la menor duda.

–¿Harían sus movidas?

–Como las han hecho en el Poder Judicial. Seguro que las harían… Yo no. Porque a mí me gusta la alternancia, es parte del juego democrático. La alternancia te da tiempo para pensar cosas para hacer más adelante.

–¿En el 2021 sí se ve como candidata?

–No hay tiempo para pensar. Te puedo decir sí como no. Y al final, quién sabe… 

Por Gabriel Gargurevich

Fotos de Rafo Iparraguirre