Josefina confiesa que todavía no tiene un estilo definido, y que recién empezará a perfilarlo conforme avance sus estudios, que empezaron hace dos años. “Eventualmente, quiero poner mi marca de alta costura, pero no tengo un estilo predeterminado. Eso se va descubriendo”, asegura.
Desde pequeña se siente cómoda en desfiles, sesiones fotográficas y pruebas de vestidos. “Todo nació, porque mi mamá fue modelo toda su vida”, admite. “Conozco (al diseñador) Amaro Casanova desde que tengo uso de razón. Él ha hecho hasta mi vestido de primera comunión, y cuando iba a su casa, observaba cuáles eran los procesos para hacer los vestidos. Todo comenzaba en una idea y terminaba en una prenda. Amaro ha sido una de las personas principales a la hora de inspirarme para estudiar Diseño de Modas”.
Josefina se considera una artista: “El arte me sale por todas partes, ya sea escribiendo, pintando… Me expreso de la forma que puedo, pero siempre quiero expresarme”, asegura. En su tiempo libre, pinta y escribe; sobre todo, poemas, ideas o frases que le salen de dentro. “Escribo para mí. Nunca muestro lo que escribo, porque es un acto íntimo, personal”, nos cuenta.
¿Es el arte algo que a uno le nace o, más bien, hay que cultivarlo? “La creatividad no te nace, tienes que trabajarla”, responde. “Debes salir, buscar cosas, buscar la inspiración. Si te quedas en tu cama mirando al techo, probablemente, no te salga nada”.
Está claro que en el diseño de modas, el lado artístico y creativo es muy importante, pero también suele ocurrir que se realizan diseños que solo obedecen a ciertas tendencias, y que no requieren de mayor esfuerzo creativo. La idea de Josefina es, de alguna manera, luchar contra ese facilismo en el que pueden caer muchos diseñadores.
“La parte artística es muy importante en el diseño. Puedes copiar un modelo que ya está hecho, por ser tendencia, y sí o sí se va a vender, pero lo bonito es ponerle algo tuyo a tu ropa. Por ejemplo, si yo dibujo, lo chévere sería poner mi dibujo o una parte de él en la prenda. El valor agregado que le das tú mismo es muy importante”, agrega.
Si bien las capitales de la moda se encuentran fuera de nuestra región, Josefina afirma que le gustaría quedarse trabajando en el Perú, pero, si se da la oportunidad, también le gustaría ir a Milán. “Lo importante, al fin y al cabo, es hacer lo que te gusta. Si lo haces, creo que no importa mucho el sitio”, concluye.
A falta de cuatro años para terminar su carrera, y con solo diecinueve de vida, Josefina, sus diseños y su arte tienen todavía un largo camino por recorrer. Está claro que tiene el talento y el glamour en la sangre, y navega cómoda en las aguas de la alta moda, por lo que su futuro es más que promisorio.
Fotos de Paolo Rally