Carlos ha batido un récord que lo sitúa en la historia de la monarquía como el príncipe de Gales más viejo. Podría también sumar otro récord, si se dan algunas condiciones.
El príncipe Carlos ha batido nuevo récord. Y no, no estamos hablando de ningún logro deportivo a sus 68 años. El primogénito de Isabel II se convirtió el sábado pasado en la persona que durante más tiempo ha ostentado el título de príncipe de Gales. Esta distinción se suma a otra de la que ya se ha hablado antes: es la persona heredera directa al trono durante más tiempo. Exactamente, desde que tenía tres años, cuando su madre se convirtió en Reina de Inglaterra.
Es usual que los primogénitos de los reyes de Inglaterra ostenten el título de príncipe de Gales. Sin embargo, este no es hereditario ni lo adquieren automáticamente. El rey o la reina tienen que crearlo cuando lo consideren conveniente. Carlos es el vigésimo primer príncipe de Gales. Fue nombrado el 26 de julio de 1958. En ese entonces, tenía nueve años. Han pasado 59 años, con lo que ha logrado superar el récord de Eduardo VII, hijo de Victoria, según el diario El País.
Todo esto llega cuando la imagen de Carlos no es bien vista por los británicos. En una encuesta reciente, a raíz del 20 aniversario de la muerte de Diana de Gales, un 36% considera que su papel en la monarquía es positivo. Sin embargo, comparado con los resultados de hace cuatro años, su popularidad ha caído desde un 60% que tenía en ese entonces. De igual manera, su esposa, Camila, solo tiene el respaldo del 14% de ingleses que desean verla como reina. Entre los factores que contribuyen a la poca aceptación de Carlos está la popularidad de la que gozan sus hijos, William y Harry.
Por último, el príncipe de Gales podría batir otro récord en el futuro. Si es que en algún momento le toca ser rey de Inglaterra, se convertiría en el monarca más viejo de la historia de su país al asumir el trono. Claro, eso no sucederá pronto. La buena salud que tiene la reina Isabel II a sus 91 años hace que el turno de Carlos para convertirse en rey parezca todavía muy lejano.