A los 74 años, el legendario líder de The Rolling Stones muestra una energía y un entusiasmo impresionantes. Su genio y capacidad de seducción continúan iguales. Jagger parece inmortal.
Por Manuel Santelices
“Mick y yo pasamos solo nueve meses juntos. Pero aunque hubiera sido solo una noche, habría sido suficiente. ¿Saben a qué me refiero?”, dijo hace algún tiempo Marsha Hunt, la atractiva modelo y madre de la primera hija de Mick Jagger, Karis. ¿Sabemos a qué se refiere? Por supuesto. Todo el mundo sabe que Jagger, como dijo otra de sus numerosas amantes, “tiene la estamina de un hombre de diecisiete”, y si alguien aún tenía dudas, un corto video posteado en su Instagram hace unas semanas las despejó de inmediato. Ahí aparecía la última y más grande estrella del rock, a los setenta y cuatro años, agitando su cuerpo sobre el escenario como si fuera un adolescente inquieto, manteniendo la energía y el entusiasmo de un hombre de un tercio de su edad. ¿Otra evidencia?, el hijo que tuvo el año pasado, a los setenta y tres años, con su actual novia, Melanie Hamrick, una bailarina de apenas treinta.
El milagro de su estado físico no es el simple resultado de la lotería genética. Jagger mantiene su atlético y delgado cuerpo durmiendo al menos ocho horas diarias, usando tapones en sus oídos cuando está en el escenario y entrenando con su personal trainer, una costumbre que practica desde 1970. Definido a veces como un maestro en la alcoba y otras como un empedernido romántico, pocas en la larga lista de sus conquistas han quedado desilusionadas.
Las tres mujeres más importantes de su vida, Marianne Faithfull en los años sesenta, Bianca Jagger en los setenta y Jerry Hall en los ochenta y noventa, quedaron no solo marcadas por la relación, sino que han sabido sacar buen provecho de ella. Bianca –que perdió a Mick en brazos de Hall– jamás renunció a su célebre apellido de casada, y Jerry, aparte de la enorme fortuna que recibió después de su ruptura, siguió exprimiendo las últimas gotas de su fama como alegre divorciada hasta que hace poco más de un año volvió a casarse con el megamagnate de las comunicaciones Rupert Murdoch, uno de los hombres más ricos del mundo.
De las tres, Marianne Faithfull es para Jagger la más peligrosa. Cuando The Daily Telegraph le preguntó sobre sus recuerdos del cantante, ella, con su voz acigarrada y su actitud de diva, contó que una noche Mick había ido directamente de un show al hotel donde ella lo esperaba. “Se veía aterrador. Era como si estuviera poseído”, dijo, “creo que ni siquiera sabía quién era yo. Tenía todavía puesto su maquillaje, había espuma saliendo de su boca, sus ojos eran violentos y hablaba con gruñidos. Me tomó y me lanzó contra la pared varias veces. Después, creo que ni siquiera recordó lo que había pasado”.
Sus amargos comentarios se repitieron en 2003, cuando Jagger, que alguna vez fue retratado como “una amenaza para la sociedad” por el gobierno británico, fue nombrado Sir por la reina de Inglaterra. “Mick es un terrible esnob que siempre soñó con un título”, dijo. El cantante respondió tiempo después diciendo: “Jamás escuché decir eso de mí, pero sé que a Marianne le encantaría ser una Dame. Por supuesto, ella no tiene lo que se necesita”.
Faithfull no fue la única irritada por la distinción aristocrática de Jagger. Su mejor amigo, compañero de rondas, confidente y colega al interior de la banda, Keith Richards, consideró el título una traición. “Es ridículo que Mick acepte todos estos homenajes del establishment, cuando hace años lo único que querían era lanzarnos a una celda. Es un mísero honor, y si él está contento con toda esta tontería, debería retirarse”. ¿Qué dijo Jagger? “Obviamente, Keith está enojado porque no le dieron el título a él”.
Su supuesta ambigüedad también ha sido bien documentada, aunque él ha dicho que nunca pasó más allá de alguna “exploración” en la adolescencia. “Mick dice que nunca tuvo una relación homosexual después de abandonar el colegio”, comentó una vez Andrew Loog Oldham, el primer manager de The Rolling Stones, “lo único que me gustaría preguntarle es qué edad cree que tenía cuando terminó el colegio”. Angie Bowie, la primera esposa de David Bowie, contó en su autobiografía cómo un día encontró a Mick y a su marido juntos en la cama. Desnudos.
A pesar de todos los rumores, Jagger ha mostrado siempre un voraz apetito heterosexual sobre el que mantiene un absoluto silencio. Solo queda, entonces, sacar las propias conclusiones. Si Bill Wyman, otro miembro de la banda, dice que tuvo relaciones con dos mil mujeres, ¿Cuántas tuvo Jagger?. “Jamás hablaría con la prensa de eso”, señala él riendo, “eso pertenece a las elucubraciones de los tabloides”.