El mexicano Rodrigo Ambrosio obtuvo el primer lugar de la etapa internacional del Concurso de Diseño Masisa 2016, realizado a mediados de noviembre en el Museo de Arte de Lima. Allí participaron los alumnos finalistas de Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Chile, México y Venezuela.
Rodrigo Ambrosio es estudiante de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Centro de Estudios Superiores de Monterrey (CEDIM) y logró el primer lugar gracias a su proyecto denominado “Ritch”, una mesa de noche (velador) que, a través de un sistema análogo, permite retomar el control de los dispositivos móviles cuando sea necesario. La ciencia detrás de Ritch es tan simple como su forma: una malla de cobre permite bloquear hasta el 95% la señal de un celular que es insertado en su zona offline del mueble, mientras que la superficie online permite volver a recibir la señal habitual.
Tras ganar el concurso, a manera de premio, Rodrigo realizará una pasantía con gastos incluidos en una reconocida empresa de diseño de Alemania y podrá visitar la Feria IMM 2017 en Colonia, en el mismo país.
El segundo lugar lo obtuvo el argentino Pedro Vilchez, alumno de la Universidad de Belgrano, con su proyecto escritorio de “DSK”. En tanto, el tercer lugar fue otorgado a un grupo de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile conformado por Stefanía Arias, Javiera Grez, María Jesús Sotoluque y Carolina Pacheco, por su proyecto “Carpintero”.
La decisión estuvo en manos de un jurado internacional integrado por Elisa Toazza, diseñadora de la Universidad Tecnológica Federal de Paraná, Brasil y Gerente de Diseño y Marketing de Schattdecor para América Latina; Ricardo Geldres, diseñador Industrial peruano miembro de la marca Rika y profesor de la Pontificia Universidad Católica; Teresa Edwards, arquitecta y diseñadora de interiores y organizadora del Lima Design Week; Álvaro Chang- Say, arquitecto peruano miembro del estudio Armando Paredes; y Felipe Darrigrandi, Gerente Marketing de Masisa Andina.
Desde hace más de 20 años, Masisa apoya el desarrollo profesional de los alumnos de distintas universidades, a través del Concurso de Diseño. Este año, el desafío consistió en diseñar muebles que se adapten a las tecnologías actuales, debido a que la transición a esta era digital es una tarea compleja que supone una constante renovación de los espacios.