Meghan Markle y el príncipe Harry han decidido abandonar el Kensington Palace, donde tenían como vecinos al príncipe William y a Kate Middleton, para empezar desde cero en Frogmore Cottage.
Los duques de Sussex están muy cerca de iniciar un nuevo capítulo en sus vidas: dentro de unas semanas se mudarán a Frogmore Cottage, una residencia real ubicada en Windsor.
Según un comunicado oficial, la pareja se mudará el próximo año antes de la llegada de su primogénito. «La pareja ha vivido en Nottingham Cottage desde su compromiso el año pasado. Windsor es un lugar muy especial para Sus Altezas Reales y están agradecidos de que su residencia oficial se encuentre en la finca», explica Kensington Palace.
Kensington Palace confirm my story that The Duke and Duchess of Sussex #HarryandMeghan will move out of KP next year to Frogmore Cottage as their official residence. Their office will continue to be at Kensington Palace with the Duke & Duchess of Cambridge. pic.twitter.com/yzvcv7d75W
— Emily Andrews (@byEmilyAndrews) November 24, 2018
Esta residencia real, que fue otorgada a los duques de Sussex tras su matrimonio, simboliza muchísimo para la pareja. En Frogmore Cottage, Meghan Markle y el príncipe Harry realizaron la recepción de su matrimonio y posaron para las fotografías oficiales de su compromiso.
Sin embargo, esta no sería la única razón por la que ambos han decidido cambiar de residencia. «La nueva vivienda del príncipe Harry y Meghan Markle cuenta con diez habitaciones y una guardería, así como un gimnasio y una sala para yoga» señala la revista Hola. Aparentemente, la pareja busca un hogar más grande antes de la llegada de su bebé.
¿Tensión en la familia real?
La noticia de que los duques de Sussex ya no vivirán cerca a los duques de Cambridge ha generado todo tipo de rumores, y ya hay medios que apuntan a que existe tensión entre Meghan Markle y Kate Middleton.
Sin embargo, parece que la verdadera razón detrás de la mudanza es que el príncipe Harry busca marcar distancia de su hermano con su propia familia. «Con sus propias familias, es comprensible que los hermanos reales quieran definir sus propios roles dentro de la familia real», apunta Harpers Bazaar.
Además, según el mismo comunicado del Kensington Palace que dio a conocer la noticia de la mudanza, los duques de Sussex seguirán trabajando en el Kensington Palace, lugar en el que permanecerán sus oficinas. Esto indicaría que, tanto Meghan Markle como el príncipe Harry, quieren disponer de ambientes separados para trabajar y para vivir.