Finalmente, ha trascendido el día en el que se celebrará el bautizo de Archie, el promogénito de los duques de Sussex. La ausencia de la reina Isabel II a la ceremonia y los nombres de los padrinos, que todavía se mantienen en reserva, son algunos de los detalles más comentados por la prensa británica.
A pesar del hermetismo que reina en la Casa de Winsor en torno a la intimidad de los duques de Sussex, Harry y Meghan, y pequeño hijo Archie, en las últimas horas ha trascendido la fecha en la que tendría lugar el bautizo del primogénito de la pareja. Según información de Daily Mail, la ceremonia se llevaría a cabo este sábado 6 de junio, justo dos meses después del nacimiento de Archie Harrison Mountbatten-Windsor.
Son pocos los detalles que se han conocido del evento. En primer lugar, se da por descontado queel bautismo no será celebrado en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, donde se casaron el príncipe Harry y Meghan Markle hace poco más de un año. En cambio, el lugar elegido será la capilla privada de la reina Isabel II. Ahí se seguirá la tradición de la familia real de utilizar agua procedente del río Jordán para mojar la cabeza de Archie, en un rito que marca el inicio de su vida como cristiano.
Sin embargo, quizá la noticia más comentada los últimos días sea la ausencia de la reina Isabel II en la celebración del evento. Su apretada agenda le impedirá estar en este día tan importante, al que sí asistirán unos 25 invitados, entre los que se encuentran el príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles.
Hermetismo y secretismo
Si bien se distribuirán fotografías oficiales del bautizo a los medios de comunicación, la ceremonia será en estricto privado y no se permitirá el acceso ni de medios de prensa ni de público. Respecto a la elección de los padrinos y madrinas de Archie, se barajan los nombres de Jessica Mulroney, famosa estilista y vieja amiga de Meghan, Charlie Van Straunbenzee, amigo de la infancia de Harry, y la tenista Serena Williams, ganadora de 23 títulos Grand Slam.
Por último, los medios especializados en realeza especulan si la pareja, que ha mostrado varios gestos que desafían las costumbres reales, seguirán con una de las muchas tradiciones más antiguas: vestir al bautizado con una réplica del original faldón con encaje de Honiton con lazos de satén blanco que han llevado todos los miembros de la realeza británica desde 1841 el día de su bautizo.