Aunque Meghan Markle y Kate Middleton tienen en común no haber nacido en la nobleza, han acabado teniendo desencuentros que han quebrado por completo sus vínculos.
Por Redacción COSAS
La crisis por la emancipación de los duques de Sussex de la realeza ya tiene más de una semana dando de comer a los medios. Por ello, es bueno conocer los pormenores de un factor que también ha contribuido a la decisión de la pareja real de buscar aires de independencia: el distanciamiento entre Meghan Markle y Kate Middleton.
En veredas opuestas
No es extraño que de cuando en vez, algún miembro de la realeza contraiga nupcias con personas fuera de ese entorno. Basta con citar el famoso matrimonio entre el príncipe Carlos y Diana Spencer como antecedente. Sin embargo, la realeza ha podido superar dicho detalle teniendo en cuenta que la persona que se integra a la Casa Real, a pesar de ser plebeya, venga de un hogar honorable y tenga la discreción y el buen gusto como norma.
En este último punto, Kate Middleton encajó a la perfección. Siendo sus padres una pareja de líderes en e-commerce, digamos que la holgura económica siempre fue una constante en su casa. Además, ambos tienen perfil bajo y jamás se les ha conocido escándalo o exceso alguno. Por su parte, el origen de Meghan Markle distaba mucho de este concepto palaciego. Hija de la segunda esposa de Thomas Markle, una afroamericana instructora de yoga y trabajadora social, la prensa se ha cebado mucho con la relación de Meghan y su progenitor. Conocido es que el Sr. Markle ha sacado las garras en más de una oportunidad para hacerse de dineros ante la prensa de espectáculos británica a cambio de algún “pedido especial” de esta. Dicho perfil sorprendió a la reina Isabel II, pero a pesar de ello fue paciente y tolerante con Meghan.
Romance a dos tiempos
Otro punto que los tabloides británicos han explotado hasta el hartazgo, es el cómo cada pareja se conoció. En el caso de William y Kate, su romance empezó cuando eran universitarios. Y aunque tuvieron alguna pequeña crisis antes de comprometerse, la ahora duquesa de Cambridge siempre fue del gusto de la reina Isabel II y de todo el entorno real por su manejo de protocolos y su fácil adaptación a su nueva vida. Eso sí, el camino al altar y la maternidad le tomó prácticamente doce años.
Lo de Meghan Markle y Harry, en cambio, fue algo vertiginoso. Se conocieron en una cita a ciegas en 2016 y tras el flechazo, mantuvieron su relación en secreto, hasta que hicieron público su romance en diciembre de 2016. Once meses después ya estaban comprometidos y en mayo de 2018 se casaron en la Capilla de San Jorge de Windsor. El nacimiento de su hijo, Archie, un año después, dejaba en claro que el camino de Meghan fue más corto que el de su cuñada: tan solo cuatro años.
¿Una vida soñada?
Con las diferencias a la vista, no fue raro que una vez que los duques de Sussex se instalaran en el Palacio de Kensington junto a William y Kate, el trato entre ambas damas variara de cordial y tranquilo, a discordante y conflictivo. Meghan solía romper los protocolos por sus «caprichos» y malos modos con la servidumbre de su nuevo hogar, lo que le generó más de una discusión en público con su cuñada. Esto habría motivado que los Sussex se muden a la residencia de Frogmore Cottage que la reina les cedió, ya que la enemistad naciente entre Meghan y Kate ya se estaba contagiando entre los príncipes William y Harry. Todas estas comidillas rebotaron en la prensa británica, que hacía hincapié en el hecho que una mestiza estadounidense, con escasa etiqueta, divorciada y de un entorno familiar cuestionable, ostentara un lugar de privilegio en la realeza.
Aunque Kate cedió en su posición e intentó conciliar con Meghan para tener un acercamiento con toda la familia, la respuesta vino el 8 de enero, con el anuncio de los duques de Sussex de dejar de ser miembros senior de la realeza, lo que desató la crisis que perdura hasta el día de hoy. La fecha escogida para dicho anuncio tampoco fue al azar, ya que se dio en el día del cumpleaños de Kate, eclipsando su onomástico número 38. Aunque es imposible augurar como acabará esta historia, los movimientos de personal en la residencia de Frogmore Cottage y el cese del personal de cocina y de otros servicios del día a día, pueden dar una pauta sobre los planes de residencia permanente de Harry y Meghan. Canadá, lugar predilecto de la ex actriz de la serie Suits, podría terminar siendo el hogar de los Sussex por buen tiempo.
Encuentra más noticias de los Sussex y lo último de la realeza aquí.
Fotos: @themountbattenwindsors