Desde Kate hasta Letizia, y obviamente pasando por Meghan y Charlotte, el mundo está obsesionado con el closet de las princesas. Y nadie como las princesas Alexandra y Michael de Kent para marcar tendencia.

Por Redacción COSAS

Las nuevas generaciones de royals ocupan, entendiblemente, los titulares: los medios de comunicación y redes sociales no solo siguen sus últimas noticias, sino que también hacen eco de sus looks, su estilo de vida y de todo aquello que es tendencia entre la realeza contemporánea. Desde Kate hasta Letizia, y obviamente pasando por Meghan y Charlotte, el mundo está obsesionado con el closet de las princesas. Sin embargo, entre las royals “seniors” encontramos también una muy actual muestra del mejor estilo. Y nadie como las princesas Alexandra y Michael de Kent para marcar tendencia.

La princesa Alexandra Helen Elizabeth Olga Christabel Windsor es la única hija del príncipe George de Kent –hermano del rey George VI y tío de la actual soberana– y de la princesa Marina de Grecia, un detalle que la convierte en una personalidad con más sangre real que su propia prima: Elizabeth II es hija de un príncipe y una aristócrata, mientras que Alexandra desciende de dos príncipes. Pero Alexandra de Kent nunca ha presumido la nobleza de su cuna; por el contrario, desde muy joven ha destacado por su incansable labor a favor de la Corona, una cualidad que la ha llevado a ser considerada uno de los miembros más trabajadores de la familia real británica.

De perfil muy reservado, la royal de 83 años se caracteriza por llevar trajes compuestos de chaqueta y falda, en colores suaves, a diferencia de sus coetáneas. Hay siempre sutileza detrás de sus estilismos. Por supuesto que las joyas y los accesorios no faltan: los sombreros de copa alta y ala ancha son sus favoritos, así como los pañuelos y listones que luce en el cuello con prendedores de piedras preciosas.

Alexandra de Kent

Elegancia y estilo

Marie Christine von Reibnitz, conocida como la princesa Michael de Kent tras su boda con el primo hermano de la reina Elizabeth II, es quizá una de las royals con más personalidad dentro de la monarquía británica. La princesa es experta haciendo de los accesorios toda una declaración de intenciones. Sus joyas elaboradas con enormes y coloridas piedras preciosas son admiradas en cada acto público al que acude. No en vano estudió Artes Decorativas e Historia de las Bellas Artes en el Victoria and Albert Museum, y tiene como referente de estilo a la reina María Antonieta. Claro que también la han metido en alguna polémica: fue ella quien llevó el broche supuestamente racista que ofendió a Meghan Markle.

En un país en el que los tocados y los sombreros son casi una seña de identidad nacional, Marie Christine no pierde ocasión para lucir divinos tocados de plumas y demás ornamentos cuando la etiqueta así lo dicta. Pero la princesa también ha hecho suya otra de las prendas inglesas por excelencia: la gabardina. La lleva en su forma más tradicional, con una chompa de cuello alto y conjuntos informales, pero también como pieza sofisticada, versionada casi en vestido, para actos protocolares, como el Royal Ascot, donde las británicas compiten en elegancia.

La esposa del príncipe Michael de Kent tampoco rehúye a las nuevas siluetas, tal y como lo demostró con el original abrigo brocado y de mangas abullonadas que llevó en la boda de su hija, Lady Gabriella Kingston, realizada el 18 de mayo de 2019, en la capilla de St. George del Castillo de Windsor. No obstante, hay algo que sí diferencia a la princesa del resto de integrantes de la familia real británica: el uso de transparencias. Un atrevimiento que alguna que otra vez ha generado ciertas controversias pero que también la ha posicionado como una de las mujeres más elegantes de su generación.