Fiel a su estilo y acorde con su estilo de vida polémico, el príncipe Ernesto de Hannover protagonizó ayer un incidente que lo llevó a ser ingresado en un centro psiquiátrico.

Por Redacción Cosas

Durante la madrugada de este miércoles, el padre de Christian de Hannover se vio envuelto en circunstancias que aún no se esclarecen, debido a que el parte policial y su versión se contradicen. Mientras se encontraba en su cabaña de Grünau Im Almtal, en el norte de Austria, el príncipe Ernesto llamó a la policía pues temía por su vida.

HannoverLos efectivos policiales que se acercaron hacia el lugar de donde provenía la llamada, seguidos por una ambulancia. Sin embargo, el aún esposo de Carolina de Mónaco no estaba ahí; en su lugar, estaba una pareja de esposos, que acompañó a los agentes hasta la cabaña en donde se encontraba Ernesto.

Según el reporte policial, al abrir la puerta, el bisnieto del último emperador de Alemania reaccionó agresivamente y, entre gritos y golpes, acusó a la pareja de haberlo querido matar en varias ocasiones. Incluso, habría amenazado a los presentes con un cuchillo de 30 centímetros. Pero lograron reducirlo y lo condujeron al departamento de psiquiatría de la clínica de Vöcklabruck.

Hannover

En la boda de su hijo con Alessandra de Osma, celebrada en nuestro país.

REPERCUSIÓN MEDIÁTICA

Al ser dado de alta, Ernesto intentó contar su versión de los hechos. Entonces, contactó con el diario Krönen Zeitung y declaró que los policías le propinaron una paliza sin motivo aparente. “Creo que estaban borrachos, al menos me dieron esa impresión. Luego me encadenaron a una ambulancia. No me dejaron salir de allí durante cinco horas. Querían llevarme a una habitación para torturarme…”, aseguró. En la publicación, además, se muestran fotografías de él con heridas recientes en los brazos.

Sobre el motivo de su llamada de auxilio inicial, el suegro de Alessandra de Osma alega que se debió a un ataque de hipoglucémico que no lo dejaba respirar. Sin embargo, esta vez no acusó de intento de asesinato a la pareja que presenció el altercado.

Las circunstancias en las que se dio lo ocurrido son confusas y aún un misterio. Sin embargo, el príncipe Ernesto –molesto por la decisión de las autoridades de retirarle su permiso para portar armas– amenaza con denunciar a la policía y a la clínica en cuestión.

Aparentemente, la decisión de las autoridades respecto de la tenencia de armas del príncipe se debe a su reincidencia en altercados de este calibre. En 1998, golpeó a un fotógrafo con su paraguas y pateó a un periodista en el Festival de Salzburgo; luego, en 2000, orinó sobre el pabellón de Turquía en la Exposición Mundial en Hannover. Por si fuera poco, tres años después, lo detuvieron en Francia por conducir nada menos que a 211 kilómetros por hora.