El príncipe Hisahito tomaría el mando de la monarquía japonesa por encima de su prima Aiko, hija del emperador.
Por Alejandro Tong
El sobrino del emperador Naruhito sopló quince velas el pasado lunes. Hijo del príncipe Akishino, Hisahito es el único heredero de su generación, ya que la ley de la casa real ordena que solo los hombres de la línea imperial con descendencia masculina pueden ascender al Trono del Crisantemo, imposibilitando a las mujeres de ser titulares de la monarquía.
Y es que, a más de 400 años de la coronación de María I de Inglaterra, la monarquía japonesa sigue resistiéndose a la posibilidad del reinado de una emperatriz.
Incluso frente a la escasez de presencia masculina en la realeza nipona, el gobierno conservador del primer ministro japonés Yoshihide Suga no considera esta opción, a diferencia de la opinión pública del país, ya que las últimas encuestas demuestran que la mayoría sí es favorable a la idea de que una mujer pueda ser monarca.
¿El fin de la familia real?
Sumado a esta negativa del gobierno japonés, la monarquía japonesa se encuentra en crisis debido a la escasez de descendientes varones. Excluyendo al emperador Naruhito, quien tiene como única hija a la princesa Aiko, solo hay tres hombres más en la familia: el príncipe heredero Akishino, el príncipe Hisahito (único hijo varón de Akishino) y el príncipe Hitachi, de 85 años.
Por tanto, y en caso de que cuando Hisahito sea mayor y no tenga hijos varones, cabe la posibilidad de que familia imperial se extinga.
Para encontrar una solución a este problema, el gobierno de Japón creó hace unos años un panel de discusión. Fue entonces cuando se defendió la posibilidad de incluir a las mujeres de la familia imperial en la línea de sucesión, pero hasta ahora dicho panel ha descartado considerar esa idea.
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