El patrimonio público de la reina Isabel II pasará al rey Carlos III, pero el reparto de sus bienes se mantiene en reserva por ser sus finanzas privadas.
Por Sergio Herrera
Tras su muerte el pasado jueves, la reina Isabel II ha dejado un amplio legado en la historia del Reino Unido. Pero no solo se limita a lo político o social, sino también al patrimonio. Se incluyen joyas, propiedades, obras de arte, inversiones, bienes inmuebles e incluso 32.000 cisnes. Todos estos bienes estarían valorados en la abultada cifra de 500 millones de euros, según estima la revista Forbes. Aunque se trata de un número aproximado, pues en vida, la Reina jamás reveló sus finanzas privadas, pues no estaba obligada legalmente a rendir cuentas. Por ello, con el nombramiento de Carlos III como Rey, ha surgido una nueva incógnita: ¿cómo se repartirá la herencia de Isabel II?
Carlos III será el principal beneficiario
Para empezar, la mayor parte de la herencia pasará al rey Carlos III. El patrimonio resultante estaría libre de impuestos, pues el rey británico está exento por ley de pagar esta tasa. Una obligación que sí poseen el resto de ciudadanos del Reino Unido. Asimismo, los inmuebles que Carlos III podrá disfrutar en calidad de Rey son el Palacio de Buckingham, el Palacio de Kensington, así como una serie de variopintas propiedades por todo el Reino Unido. Desde la calle Regent Street hasta el hipódromo de Ascot.
No obstante, el monarca no será el dueño absoluto de estas propiedades, una limitación que también tuvieron sus antepasados. Cabe destacar que la mayoría del patrimonio inmobiliario de la familia Windsor le pertenece al Estado británico y se gestiona mediante una compañía llamada Crown State, de la que obtendrá el 15% de los beneficios que genere. Asimismo, recibirá un sueldo conocido como «subvención soberana». Este incluye cobertura de gastos en viajes, seguridad, personal y mantenimiento de palacios reales. No se conoce cuánto ganará Carlos III, pero la última suma de dinero que recibió su madre en 2021 fue 85 millones de euros.
El nuevo monarca también será dueño de numerosos cisnes, delfines, ballenas y esturiones. Es un detalle que parece peculiar para una familia real, pero forma parte de la tradición monárquica desde hace más de ocho siglos. Estos animales viven en total libertad y se acordó tomar medidas de protección para prohibir la caza furtiva.
Las joyas de Isabel II
Si hablamos de los clásicos atuendos de la Reina, se nos viene a la mente sus múltiples joyas. Al momento de su fallecimiento, Isabel II poseía una de las colecciones más extensas del mundo. Alberga unas aproximadas 300 piezas que incluyen 98 broches, 46 collares, 34 pares de pendientes, anillos, relojes y colgantes. La colección pasará a manos del rey Carlos III y probablemente, no tardarán en ser lucidas por la reina consorte Camila. Entre sus joyas más destacadas se encuentran la tiara de diamantes, el collar de perlas de tres vueltas y los pendientes de botón que eran parte de su usanza habitual. Cabe recordar que así como las propiedades y las joyas de la corona, pertenecen a la monarquía como institución y, como tal, Carlos no se beneficiará de ellas a título privado.
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