La historiadora Janina Ramírez conversa con la flamante ganadora del Oscar a Mejor Actriz y examina la verdad detrás de su personaje, la reina Anne, en la desgarradora e hilarante película “The Favourite”, del griego Yorgos Lanthimos.

Olivia Colman está sentada frente a mí con lágrimas que brillan en sus ojos. Estamos hablando de su papel como la reina Anne en la película del director Yorgos Lanthimos “The Favourite”. Anne no parece un personaje para un éxito de taquilla de gran presupuesto. En contraste con personajes fascinantes como George III (apodado como el ‘Rey Loco’) y Elizabeth I, Anne ha pasado a la historia como una “reina de relleno”: la última de la dinastía Stuart; constantemente embarazada pero sin dejar heredero; gorda, poco inspiradora, ineficaz.

Tras ganar diversos premios por su papel como la reina Anne de Gran Bretaña, Colman sorprendió al mundo entero (en especial a Glenn Close, quien era la favorita en todas las apuestas) al recibir el Oscar a la Mejor Actriz por su estupendo rol en “The Favourite”.

“The Favourite” hace honor a esta caricatura, pero inyecta intriga, sexo, pasión y juego de poder, todo ello centrado en la historia de tres mujeres: la reina Anne; Sarah Churchill (interpretada por Rachel Weisz), quien es duquesa de Marlborough y su amiga de mayor confianza; y la joven prima de Sarah, Abigail Masham (interpretada por Emma Stone).

En persona, Colman es encantadora, divertida y cariñosa, con una sonrisa que se extiende por todos los milímetros de su rostro. También es cortés. Sabe que soy historiadora, al contarle algunos de los acontecimientos importantes que tuvieron lugar durante el reinado de Anne entre 1702 y 1714: Inglaterra y Escocia estaban unidas como un estado soberano, Gran Bretaña se convirtió en una potencia militar en tierra y mar, y se sentaron las bases para la “Edad de Oro” de la era georgiana.

Sin embargo, quizás los acontecimientos que definieron su vida fueron personales: diecisiete embarazos y la muerte de todos sus hijos. Cuando hablamos de esto, parece que Colman pudiera estallar en lágrimas. Fue en el dolor donde encontró la inspiración para interpretar a Anne.

Como actriz, se deja llevar por los sentimientos al señalar que “mis emociones están cerca de la superficie todo el tiempo. Si tuvieras una cara triste, me pondría a llorar al instante. Es mi personalidad y ha empeorado desde que tuve hijos. Siempre era la niña que tenía que salir del cine porque lloraba cuando le pasaba algo malo a alguno de los personajes de los dibujos animados. Me imagino lo triste que es esa persona en ese momento”.

Saber que estaba interpretando a una mujer que experimentó numerosos partos fallidos fue una poderosa motivación para una madre de tres hijos. “Perder a los niños me parece un dolor inimaginable”, dice. “Eso fue muy útil para definir quién era Anne en mi cabeza. Además, después de ese tipo de tragedia, puedes hacer lo que quieras. Puedes o comportarte tan mal como quieras, porque eso que te pasó es horrible”.

En realidad, es increíble que Anne siguiera adelante y se convirtiera en una de las principales responsables de la toma de decisiones en el seno de la política británica. Lanthimos ha aprovechado algo verdaderamente mágico en esta película: la gente del pasado era tan compleja y confusa como nosotros somos ahora. “The Favourite” no es solo un drama de época: es un estudio de la emoción humana. “Compilar un compendio de hechos para ‘The Favourite’ habría sido una tontería.

En «The Favourite», Emma Stone interpreta a Abigail Masham, quien logra congraciarse con la reina jugando con sus fantasías.

La película combina el conocimiento histórico y la licencia artística de una manera que desafía nuestras expectativas de un drama de época”, admite Colman. Y eso es lo que me pareció tan novedoso, que la historia haya sido manipulada con cuidado y astucia. Está ahí, pero al igual que la memorable mezcla de baile de época con movimientos callejeros entre Sarah y el conservador Robert Harley (interpretado por Nicholas Hoult), el contexto histórico cambia.

El arte tiene prioridad sobre la precisión histórica. Los pasillos del Hatfield House, con sus baldosas en blanco y negro, forman la base tanto de la atmósfera claustrofóbica como de la paleta de colores monocromáticos. Lanthimos quería que sus actores tiraran por la borda cualquier investigación que hubieran hecho, y que siguieran a sus personajes tal y como están escritos en el guion de Deborah Davis y Tony McNamara. Para él, la atmósfera y la relación entre las tres mujeres era más importante que la historia. Pero el pasado no está del todo ausente.

La reina impensada

La reina Anne parecía triste, distante y poco atractiva. Eso me atrajo de ella, y Colman parece haber sido afectada de la misma manera. “Las imágenes son buenas para mí”, comenta. “No soy muy buena para retener lo que está escrito, pero soy mejor con las imágenes. Sigo el guion y sé exactamente de qué trata la historia en la película”.

El tamaño y la mala salud de Anne, referidos con frecuencia en los documentos de la época, fueron fundamentales en la forma en que Colman la representa. “Ella era famosa por ser grande, y Yorgos quería que yo fuera más grande. Quería algo natural, así que una prótesis le habría molestado.

Me puse un par de piedras en las piernas, eso ayudó… Ella no podía hacer lo que otras personas hacen. No podía bailar. Se sentía incómoda. No se sentía muy hermosa. Y todo el mundo, alrededor de ella, muere; todo el mundo la abandona. ¿La gente la ama de verdad o es solo porque ella es la reina?”.

Su reputación de gobernante inglesa emocionalmente necesitada, insegura y temperamental fue cimentada por la otra mujer en el corazón de la película: su amiga de mayor confianza, Sarah, a quien había elevado a las más altas posiciones posibles para una mujer en el siglo XVIII. 

En 2013, Colman se incorporó al elenco de la serie “Broadchurch”, donde realizó el papel de la detective Ellie Miller, hasta finales de 2017.

Sarah Jennings tuvo un afectuoso matrimonio de cuarenta años con John Churchill, primer duque de Marlborough. Sin embargo, por derecho propio se convirtió en una de las personas más ricas del país, lo que significaba que tenía acceso completo y control sobre el dinero, la propiedad y el espacio personal de la reina.

No obstante, después de la muerte de Anne, Sarah publicó unas impactantes memorias en las que la describía como “grosera y corpulenta… hosca… con una nubosidad de disposición”. Este fue el último acto de traición que se ha grabado en el registro histórico. Pero Anne era más que eso: era una gobernante de gran importancia, conducía un país en apuros en un momento difícil de la historia británica.

Los Estuardo eran una dinastía inestable, ya que raramente producían herederos masculinos sanos. La Guerra Civil del siglo anterior había culminado con la muerte de Charles I. Aunque la monarquía había sido restaurada bajo la dirección de su hijo Charles II, la noción de la realeza divina estaba siendo suplantada.

También fue un periodo de confusión religiosa. El padre de Anne, James II (hermano de Charles II), era un rey problemático por ser católico. Fue depuesto durante la Revolución Gloriosa de 1688, después de solo cuatro años en el trono, y tuvo que ver a sus dos hijas –Anne y Mary– siendo maniobradas como parte de una nueva potencia del protestantismo mientras estaba exiliado en Francia.

Anne no era la gobernante inútil que a menudo se dice que es. Durante sus doce años de reinado, se interesó mucho por la política, asistiendo a más reuniones de gabinete que cualquier otro monarca anterior o posterior. Supervisó los Actos de Unión, que unieron a Inglaterra y Escocia como un solo reino, formando la base de Gran Bretaña.

La Guerra de Sucesión Española significó que Inglaterra, Austria y la República Holandesa se enfrentaran en batalla con la Francia católica y España a lo largo de su reinado. Promovió el arte, la literatura, el teatro y las ciencias, brindando a Isaac Newton la distinción de caballero.

Cuando era pequeña, nadie pensó que se convertiría en reina. Con muchos parientes listos para reclamar el trono, Anne fue considerada como una de las que tenía menores oportunidades de acceder a él dentro del orden jerárquico. Se le dio una educación adecuada para una dama de compañía, en lugar de una futura gobernante. Por eso fue tan hábilmente manipulada por Sarah, que era cinco años mayor que ella.

Meryl Streep, Olivia Colman y Jim Broadbent, en el set de “The Iron Lady” (2011).

Aunque Sarah no recibió una educación formal, tenía astucia, ingenio y belleza, rasgos que dejaron a Anne a su sombra desde el inicio de su amistad. Sarah era vivaz, rápida en aprender, y estaba hambrienta de perseguir los intereses de su esposo contra todo pronóstico. Anne la seguía tímida y lealmente, desesperada por cualquier amor que le pudiera brindar.

El papel de Sarah

Anne tenía solo seis años cuando su madre murió. A lo largo de su vida sufrió de mala salud, teniendo que pasar gran parte de su infancia siendo tratada por problemas oculares en Francia. Temerosa de estar sola, sin amor y poco atractiva, forjó una intensa relación con Sarah, y las dos intercambiaron cartas apasionadas en las que se declaraban su amor mutuo. Su escandalosa amistad estaba basada en la manipulación. Cuando Anne fue coronada reina en 1702, la ingeniosa Sarah utilizó su vínculo para obtener favores, dinero y poder político. 

En la actualidad, vivo en Woodstock (Oxfordshire), y el legado de su relación me saluda cada vez que salgo de casa y paso por el Palacio Blenheim. Sarah y su marido utilizaron todos los trucos para conseguir la financiación y los terrenos necesarios para construir la monumental casa de campo, sede de los duques de Marlborough y el único palacio no real del país. Su esplendor embriagador es el resultado de la explotación cuidadosa de una mujer vulnerable por parte de su amiga de mayor confianza. Anne era el peón de Sarah. Pero en la corte, nada dura para siempre.

La película muestra las vacilaciones en su relación, desde las altas funciones (donde Sarah es mostrada dirigiendo la corte, distribuyendo favores y fondos), hasta su dolorosa despedida. Las escenas finales tienen lugar alrededor del año 1711, cuando Anne y Sarah tuvieron su último encuentro fatídico. Frustrada por las dificultades políticas y religiosas, y atormentada por la usurpación de su posición de favorita, Sarah dejó Inglaterra con su marido.

Historia moderna

Olivia Colman encarnará a Elizabeth II en la tercera temporada de la serie de Netflix “The Crown”.

Inusualmente para un drama de época –o cualquier drama– “The Favourite” presenta no solo a una intrigante protagonista femenina, sino a tres. Así entra en escena Abigail Hill. La relación entre la joven prima de Sarah y Anne es históricamente exacta, ya que Abigail se ganó el favor de la duquesa de Marlborough.

A Olivia Colman le parece divertido que los críticos estén tan sorprendidos que tres mujeres pueden estar en la pantalla y sostenerla completamente. “Es curioso cómo todos dicen: ‘¡Vaya, tres mujeres! Y funciona. ¿Quién lo hubiera pensado?’. Lo que me encanta de ello es que todas son completamente iguales. Todas empiezan en un solo lugar y todas están haciendo algo completamente diferente. Podría ser una película sobre cada una”, explica.

Lanthimos muestra cómo Abigail se congraciaba con los afectos de la reina jugando con sus fantasías, mostrando amabilidad cuando Sarah mostraba frialdad, y haciendo que Anne se sintiera amada y bella.

Los documentos históricos, incluidas las cartas de Sarah a Anne, indican la profundidad y la impropiedad de la relación de Abigail y la reina: “A muchas personas les ha gustado el humor de sus camareras y han sido muy amables con ellas, pero es muy raro mantener una correspondencia con ellas y ponerlas al pie de una amiga”.

Es imposible ser preciso sobre si Anne, Abigail y Sarah estaban involucradas en relaciones lésbicas. “¿Es verdad, entonces?” me pregunta Colman, y parece sorprendida al escuchar que esto fue aludido en documentos históricos. Ciertamente, Lanthimos corre con la sugerencia de las relaciones lésbicas.

Y eso nos lleva al sexo. “Tiendo a tratar de evitar algo así, ya que me hace reír y me da mucha vergüenza ”, dice Colman. “Pero tuvimos dos o tres semanas de ensayos, así que no podíamos avergonzarnos entre nosotras. Habíamos rodado por el suelo, reído, comido juntas y compartido todo.

Nos habíamos hecho muy buenas amigas. Besarse está bien, porque besar a Rachel Weisz es como si hubieras ganado la lotería. Para la otra parte –ser estimulada por Emma Stone– se nos hizo difícil no reírnos de eso”, agrega, y me cuenta que puso una esponja húmeda entre sus piernas como una sorpresa para Stone, quien saltó de espaldas horrorizada cuando la sintió. 

Olivia Williams, Samuel West, Elizabeth Wilson, Olivia Colman y Bill Murray, durante la filmación de “Hyde Park on Hudson” (2012), donde interpretó a la reina consorte del Reino Unido, Elizabeth Bowes-Lyon.

Hay diferentes tipos de amor lésbico a lo largo de la película, con una escena en la cama intensamente juguetona y apasionada entre Sarah y Anne, presenciada por Abigail desde un balcón. Luego hay momentos de seducción: cuando Stone coge el interior de la pierna de Colman como un espejo de sus intentos por arrastrarse hacia el poder.

Al acercarse, la relación ha cambiado, y Anne exige “masajes” a Abigail como pago, un intercambio triste salpicado de una imagen de conejos que representan a sus hijos perdidos. El sexo es placer y poder, pero el sexo también trae dolor y resentimiento. El hecho de que el sexo sea entre mujeres en esta película es casi un hecho aislado.

Por eso me encanta “The Favourite”. El drama de época presenta tan a menudo el pasado como una fantasía, jugando con escenarios magníficos y un maquillaje impresionante. Todos hablan de manera lánguida y reflexiva, contemplando cada uno de sus movimientos. Culpo a Shakespeare por mucho de eso. La realidad es que las personas del pasado eran como nosotros.

¿Y qué hay del cambio de género? Lanthimos construye un mundo donde las mujeres, no los hombres, ejercen el poder. A diferencia de Elizabeth I, que a menudo se muestra rodeada de asesores masculinos, “The Favourite” cambia el enfoque, a menudo a la alcoba. Me hipnotizó el hecho de que Sarah anduviera por ahí con ropa de hombre disparando a las cosas, y Abigail distraída complaciendo a su marido llorón en la noche de bodas mientras ella tramaba su ascenso.

Esto es increíblemente novedoso para un drama de época. Los hombres son los pavos reales pintados, las láminas insensatas, mientras que las mujeres son el corazón del juego de poder. Por eso es que esta película ha tocado la fibra sensible de la generación #MeToo. Aquí vemos a mujeres del pasado disfrutando del sexo y controlando la política. Podríamos imaginar que se trata de un fenómeno moderno, pero el poder y la liberación de la mujer no se limitan a los años posteriores al sufragio.

La historia demuestra que las mujeres pueden ser brillantes, fuertes e influyentes; es solo que los historiadores, predominantemente hombres, no han permitido que sus historias se cuenten de esa manera. Anne es un ejemplo de ello; el poder de las mujeres ha sido deliberadamente enmascarado, minimizado y secuestrado.

Junto a Rachel Weisz en “The Favourite”. Debajo: Colman ganó la Copa Volpi a la Mejor Actriz en el más reciente Festival Internacional de Cine de Venecia.

Lanthimos ha evitado muchos de los clichés que se encuentran en las películas históricas. No hay fotos impresionantes de una calle del siglo XVIII. El diálogo no es ni de su tiempo ni del nuestro. Los trajes son más estilizados que fieles. Los personajes masculinos son históricamente exactos, pero parecen ridículos en todas partes, involucrados en lanzar granadillas a los sirvientes y usar pelucas y maquillaje.

Pero para mí, como historiadora, “The Favourite” es la película histórica definitiva. A Lanthimos no le importa cuándo tuvo lugar la batalla de Blenheim. No le dice al espectador cómo llegó al trono Anne, ni qué acontecimientos políticos se están desarrollando. En cambio, nos hace conectar con un ser humano. “The Favourite” tiene tanto que ver con las mujeres de ahora como con las mujeres de entonces.

Nos hace pensar en cómo nos comportaríamos en la posición de Anne. La Anne de Lanthimos se siente sola, inútil, dañada y, sin embargo, es la persona más poderosa del país. ¿Cómo se muestra eso? Tiene una colección de conejos, cada uno de los cuales lleva el nombre de un niño que perdió. No lleva maquillaje en la mayoría de las escenas, y se mueve con una bata sucia durante la mayor parte de la película.

También es increíblemente divertida. Cuando Anne sale con un maquillaje terrible para encontrarse con el embajador ruso, la corta respuesta de Sarah, “pareces un tejón”, es desgarradora, pero a la vez histérica. Le pregunté a Colman si sabía cuándo se estaba haciendo la graciosa. “No puedo evitarlo. Cuando le dicen que parece un tejón, es gracioso”.

Sentimos el dolor de Anne, su alienación, su deseo de ser amada, acariciada y poderosa. De acuerdo, puede ser en gran medida una fantasía, y la historia se manipula al servicio de la historia, pero se basa en el tejido histórico suficiente para que resulte una experiencia de transportarse al pasado. Es un petardo maravilloso, absorbente y emocional de una película que simplemente se desarrolla en el pasado.