El director conocido por revolucionar el cine y la televisión falleció, según confirmó su familia en una publicación en Facebook el 16 de enero
Por Redacción COSAS
El reconocido cineasta estadounidense, David Lynch, célebre por obras como «Twin Peaks», ‘Blue Velvet» y «Mulholland Drive», falleció a los 78 años de edad, golpeando a la industria del cine y el arte. Su estilo único, caracterizado por un surrealismo inquietante y una narrativa cargada de simbolismo, marcó un giro en la forma de contar historias en la gran pantalla.
David Lynch fue uno de los primeros cineastas en explorar Internet como medio creativo. En 2002, lanzó DavidLynch.com, donde compartía cortometrajes, arte y contenido experimental.
Lynch, nacido en Missoula, Montana, en 1946, inició su carrera con el cortometraje «The Alphabet» y se consagró con «Eraserhead» (1977), una obra de culto que estableció su reputación como un director fuera de lo convencional.
Un maestro del misterio y la oscuridad
Sus películas exploraron los rincones más oscuros de la mente humana y desafiaron los límites de lo comprensible. Títulos como «Blue Velvet» (1986) y «Lost Highway» (1997) se adentraron en temas como el deseo, el miedo y la fragilidad de la realidad, mientras que «Mulholland Drive» (2001) fue aclamada como una obra maestra que difumina las líneas entre el sueño y la vigilia.
Por otro lado, «Twin Peaks», la serie de culto creada junto a Mark Frost, revolucionó la televisión en los años 90 con su mezcla de drama, misterio y surrealismo.
Comunicado del fallecimiento del cineasta publicado por su familia.
«Snootworld», la película que nadie quiso financiar
Rechazado por Netflix, y por todas las productoras a las que acudió durante las últimas dos décadas, «Snootworld» es un filme animado que el propio David Lynch describió como un «cuento de hadas». El guion fue cocreado con la ex colaboradora de Tim Burton, Caroline Thompson , a quien también se le conoce por «El joven manos de tijera» y la exitosa serie «La familia Addams».
“No sé cuándo empecé a pensar en Snoots, pero hacía estos dibujos y luego empezó a surgir una historia. Me reuní con Caroline y trabajamos en un guion. Hace poco pensé que alguien podría estar interesado en respaldar esto, así que se lo presenté a Netflix en los últimos meses, pero lo rechazaron”, comentó en una entrevista con Deadline.
David Lynch ya había experimentado con la animación con la serie «Dumbland» en 2002 y el extraño y extravagante cortometraje de 10 minutos «Fire (Pozar)».
Según consideró, que la historia estaba «pasada de moda para la animación de hoy» basada en su mayoría en «chistes superficiales». «Los cuentos de hadas se consideran gruñones: aparentemente la gente no quiere verlos. Ahora es un mundo diferente y es más fácil decir no que decir sí”, agregó.
La historia de los Snoots gira en torno a unas pequeñas criaturas que, al cumplir ocho años, pasan por un ritual de transición en el que se vuelven aún más pequeñas y son enviadas lejos durante un año para su protección. Todo se complica cuando el héroe Snoot de la historia desaparece en la alfombra, y su familia no logra encontrarlo, llevándolos a un mundo extraño y maravilloso.
En aquel entonces, Lynch comentó que aún no ha tomado una decisión sobre si dirigirá «Snootworld», además de producirla y coescribirla, aunque la opción le parecía posible. Explicó que inicialmente esperaba que su hija, la cineasta Jennifer («American Horror Story»), se encargara de la película. Sin embargo, debido a la gran cantidad de proyectos en los que ella está involucrada, llegó a la conclusión de que sería mejor que él o alguien más asumiera la dirección. Tras su muerte, la posibilidad de llevar a la pantalla grande estos diminutos seres queda aún abierta.
La influencia de Lynch en el cine y el arte
Además de su faceta como director, Lynch incursionó en la pintura, la música y la meditación trascendental, disciplinas que alimentaron su particular visión del mundo. Su legado perdura en una generación de cineastas y artistas que reconocen su impacto en el lenguaje audiovisual.
La noticia de la muerte de Lynch conmociona a sus seguidores y al mundo artístico. Aunque su voz ya no guiará nuevas obras, su legado sigue vivo en cada escena que dejó plasmada en la pantalla.
En palabras del propio Lynch: «El cine es un hermoso sueño que nunca debería terminar».
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