Edith Arana dirige este estudio de muebles que cuenta historias a través de la madera. Con un equipo de gran habilidad y sensibilidad, ha llegado a la Semana del Diseño de Milán a base de “una sencillez cuidadosamente elaborada”.
Por Alejandro Saldaña
Debido a cuestiones de presupuesto, los jefes de la diseñadora Edith Arana –de quienes aprendió grandes lecciones– tuvieron que dejarla ir. Lejos de ser una mala experiencia, ella se dio cuenta de que había llegado el momento de cumplir un sueño personal: fundar su propio estudio.
Así, tras aliarse con el maestro carpintero Julio Mautino, con el que hizo los muebles de su casa, Edith armó su emprendimiento llamado “Retablo”. Empezaron vendiendo un par de muebles, y cinco años más tarde han llegado hasta el Salone del Mobile.
Como directora y fundadora, Edith sigue haciendo crecer su marca, y parte de ello se debe a su talentoso equipo, conformado por las talentosas Rosse Paraguay, Silvia Castillo y Mara Calle, además de sus maestros carpinteros Julio Mautino y Ulises Núñez.

Retablo es un estudio que se caracteriza por ser multidisciplinario, donde, más allá de los muebles, se trabajan aspectos como ilustraciones, animaciones y poesía.
UN MUEBLE, UNA HISTORIA
Edith, que estudió Diseño Profesional de Interiores, había querido dedicarse a la Comunicación, porque le gustaba “hacer cine y contar historias”. Sin embargo, cuando vio a un colega sentado por largas horas editando clips de video, se dio cuenta de que eso no era para ella.
“Lo que más me gusta es generar atmósferas”, explica la fundadora. “Me gusta llevar Retablo como un proyecto de contar historias”, detalla.

Edith Arana, la directora y fundadora de Retablo.
Sobre los primeros meses de Retablo, su fundadora recuerda: “Lo primero que lanzamos fueron los muebles modulares que hoy nos caracterizan. Estos no requieren herramientas para su armado y permiten diferentes configuraciones”.
Asimismo, hay una frase que Retablo usa para definirse: “Una sencillez cuidadosamente elaborada”. Se trata de un concepto que, como la misma palabra explica, describe la sencillez de los muebles que producen, en los que no predominan los rasgos fuertes ni exagerados.
Además, los diseños tienen influencia nórdica y japonesa. “Observamos sus proyectos y su tratamiento de la madera y lo aplicamos a nuestra manera aprovechando el conocimiento de los carpinteros peruanos sobre las maderas locales”, resalta.
LÁGRIMAS Y RISAS EN MILÁN
Para Edith Arana, estar en la Semana del Diseño de Milán era un gran sueño. Tras quedar fascinada por el Salone Satellite en una antigua visita, se prometió así misma ser una de las expositoras.
El año pasado, cuando parecía que iba a lograr ese sueño con Retablo, una agencia defraudó al equipo. “Los muebles no salieron de Lima. Cuando ya iban hacia la feria, se detuvo todo”, explica.
“Fue bien chocante… fueron lágrimas”, recuerda la directora de Retablo. “Fue un golpe fuerte, porque la Semana de Milán dura siete días, pero la preparación es de por lo menos seis meses: desde que piensas la idea, desarrollas el prototipo en la carpintería, preparas la comunicación y las postales, además de separar el stand y comprar los pasajes”, detalla.
Un año después, Retablo logró llegar a Milán. “En el stand, la pieza principal fue un retablo modular con variaciones considerables. Combinamos dos tipos de madera, le pusimos patas torneadas en piedra y trabajamos cada accesorio para comunicar la inspiración en un templo chavín”, detalla Edith.
UN EQUIPO ROMÁNTICO
Al conversar con Edith y su equipo de creadoras –Rosse, Silvia y Mara–, se percibe rápidamente una sensación de paz, orden y sencillez. Eso mismo es lo que reflejan los proyectos de Retablo, que de hecho siguen evolucionando y expandiéndose.
Está claro que aquí se ha formado un equipo bastante interesante que se respeta cuando van dando formas a las ideas. ¿Su secreto?: “Una sensibilidad romántica”.

El equipo de Retablo: Mara Calle, Silvia Castillo, Rosse Paraguay y Edith Arana.
“Cada diseño lleva algo de nosotras”, explica la directora de Retablo. “No hacemos videos explicativos o TikToks, pero comunicamos de forma sutil. Nuestro público, incluso clientes que nos siguen desde hace varios años, intuyen esa narrativa y poesía en el mueble”, cuenta.
Rosse, diseñadora en Retablo, remarca: “Tratamos de combinar nuestra propia esencia con la del cliente, porque cada persona tiene necesidades muy distintas”.
A esto, Mara, del mismo equipo de diseño, añade: “No solo diseñamos muebles, sino que exploramos iluminación, investigaciones y hasta espacios exteriores. Esa sensibilidad romántica nos permite crear relaciones muy cercanas tanto con los clientes como entre nosotras”.

Julio Mautino, maestro carpintero principal de Retablo.
Pensar en un mueble de madera de una manera romántica no suele ser algo habitual, pero Retablo ha logrado que eso sea posible.
Ahora, mientras apuntan hacia México, a la par están dando un paso más con un proyecto de poesía y otros que exploran las culturas precolombinas del Perú.
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