El actor francés Gerard Depardieu, de 76 años, ha sido declarado culpable de abuso sexual por la justicia francesa, tras un juicio relacionado con hechos ocurridos durante el rodaje de la película Les Volets Verts (Las persianas verdes) en 2021. Las denuncias fueron presentadas por dos mujeres del equipo técnico: una decoradora de set y una asistente de dirección, quienes aseguraron haber sido agredidas sexualmente por el actor durante la filmación.
El tribunal impuso una condena de 18 meses de prisión exentos de cumplimiento y una multa de 20.000 euros. Depardieu no asistió a la lectura del veredicto, ya que se encuentra actualmente en las islas Azores (Portugal) rodando una nueva película bajo la dirección de la actriz francesa Fanny Ardant. No obstante, su equipo legal confirmó que el actor ya ha sido informado de la sentencia.

Tras ser declarado culpable, el actor fue inscrito en el registro nacional de delincuentes sexuales.
Este veredicto marca el primer fallo condenatorio para el intérprete, quien lleva años enfrentando acusaciones por conductas sexuales inapropiadas. En 2018, la actriz Charlotte Arnould denunció a Depardieu por violación, presuntamente ocurrida en la casa del actor. Aunque el caso fue archivado en un inicio, Arnould volvió a presentar la denuncia en diciembre de 2020. El procedimiento sigue activo en la justicia francesa.
La influencia de Macron
Los abogados del actor no han emitido comentarios a la prensa tras la reciente condena, pero el fallo ha reavivado el debate en Francia sobre la impunidad en el mundo del cine. En especial, luego de que el presidente francés Emmanuel Macron defendiera públicamente a Depardieu.

En febrero de 2024, una decoradora de 54 años y una asistente de dirección de 34 acusaron a Depardieu de agresiones sexuales durante el rodaje de «Les Volets Verts»,
En diciembre de 2023, Macron expresó su admiración por el protagonista de El conde de Montecristro, afirmando que «hace que Francia se sienta orgullosa» y calificando las críticas hacia él como una «cacería humana» . Estas declaraciones generaron una fuerte reacción por parte de la ciudadanía y figuras políticas, quienes acusaron al mandatario de minimizar la gravedad de las acusaciones y de respaldar a un agresor sexual.
En respuesta, Macron defendió su postura argumentando que su intención era resaltar la importancia de la presunción de inocencia y no de apoyar a un agresor. Reconoció que su mensaje pudo haber sido malinterpretado y lamentó no haber enfatizado suficientemente la importancia de escuchar y proteger a las víctimas de violencia sexual .
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